Navidad + Amor descendió + 12-25-16

M. Campbell-Langdell
All Saints, Oxnard
(Isaías 62:6–12; Salmo 97; Tito 3:4–7; Lucas 2:(1–7), 8–20)

Love came down at Christmas
Love all lovely, love divine
Love was born at Christmas
Star and angels gave the sign. (Christina Rossetti)
Esta canción dice que es el amor que descendió el día de Navidad. Que siempre recordamos que en Jesús fue el amor que nació este día, tantos años atrás.
En ese mismo espíritu, los voy a contar de una camiseta que vi esta semana. La camiseta dijo: “¿Es muy tarde para portarme bien?” The shirt said “Is it too late to be nice?”
Y por supuesto es un chiste, dirigido a Santa Claus. Pero creo que también habla de una verdad. De una pregunta que muchos de nosotros sienten, este tiempo del año. ¿Es muy tarde para portarnos bien? Aun cuando estamos adultos y jamás preocupamos sobre si vamos a recibir un regalo este año, nos preguntamos si ya es muy tarde para estar buenos.
El amor descendió en la Navidad, pero ¿realmente merecemos ese amor, esa salvación? ¿Nos hemos portado bien? Pero Jesús dice, nunca es tarde para recibir mi amor. Y además, no se trata de lo que hacemos. De portarnos bien. No podemos merecer el amor de Dios. Es algo que Dios da libremente, sin reservas. Pero, por ese amor, estamos llamados a actuar de manera amable.
El amor descendió en la Navidad para compartir las buenas nuevas del amor de Dios, el amor de Dios que rompe toda barrera, y quiere abrazar a cada uno de nosotros. Y no, nunca es tarde.
Somos “La ciudad deseada, La ciudad no abandonada,” (Isaías 62:12). En completar la profecía de Isaías, Jesús vino. El amor descendió y nos mostró que nunca es tarde para recibir el amor de Dios.
Pero añado una cosa más. Baby Jesus needs you!
¡El bebe Jesús le necesita!
¿Por qué? Me preguntan. Él tiene a su mama y si padre Dios y su papa adoptivo. A lo menos por el momento ellos tienen un lugar calientito para quedar, aunque también con unos vecinos interesantes quienes hacen unos sonidos como muge. Pero ¿Quién soy yo para juzgar? Entonces… ¿Qué necesita el de nosotros?
Pues en Jesús Dios vino no como una idea, no como una teoría ni un ideal, pero como carne. Como un hombre de carne y hueso. [1] La Palabra de Dios vino y quebró todas las palabras y teorías en mostrarnos la realidad del amor de Dios en la vida diaria. El vino y nos mostró el camino y la verdad, el vino y nos mostró el amor de Dios en su persona. Y él trabajaba también con hombres y mujeres; con otros humanos, almas imperfectos que solo quisieran amar y seguir pero a veces cayeron, para compartir las buenas nuevas del amor de Dios que nunca muere y que tiene para toda la creación.
Y esta gente trabajaba con otra gente. Y estas otras personas, eventualmente, compartieron las buenas nuevas del amor de Dios para todos. Y es por esto que estamos aquí hoy en día. En el día de Navidad. Y si, vino y ayudó el Espíritu Santo. Pero principalmente Dios depende de nosotros para hacer el trabajo diario de Dios de compartir el amor de Dios con el mundo.
Así que, ¡el niño Jesús le necesita!
El niño Jesús le necesita para compartir ese amor en el mundo. Porque somos las manos y los pies de Cristo en el mundo, como dijo Teresa de Ávila.
Pero para hacer esto, nosotros necesitamos el niño Jesús.
Y por esto es bueno que hoy entre todos los días recibamos el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo en Pan y Vino. Literalmente recibimos a Jesús en nuestras vidas para que seamos fortalecidos para servir a los demás. Para que tengamos amor para compartir. Porque este mundo es oscuro a veces. Y es un lugar difícil. Y a veces sentimos el amor de nuestra familia y de nuestros amigos, de nuestros compañeros de trabajo y de otros en nuestras vidas. A veces tenemos que sentir el amor de Dios para nosotros y para los demás. Para prender los brasas del fuego de la esperanza en un mundo que a veces siente muy desolado. Para recordarnos que somos una cuidad no abandonada. Para recordarnos que el amor descendió en la Navidad.
El amor descendió en una persona, amable, frustrante, inspirador. Una persona quien abrió a nosotros nuevo entendimiento de quien y que realmente es Dios. Y nosotros, también, somos amable, para hablar de mi misma, mucho más frustrante e imperfecta que Jesús, pero el si nos puede ocupar, si lo dejamos hacerlo. Para ser sus portadores de amor.
Porque el amor, no el juicio, descendió en la Navidad. Aun en nuestra colecta del día, escuchamos de como Jesús vendrá para juzgar, pero yo tengo la idea de que esto parecerá muy diferente que el juicio que temamos. Nunca es tarde para sentir el amor. Nunca es tarde para sentir el amor de Dios. It is never too late to feel God’s love.
Pero yo sé una cosa por seguro. El niño Jesús le necesita. Y necesita todos nosotros. Mientras lo demos la bienvenida hoy en día, mientras lo recibimos en nuestras vidas hoy en día, que también prometemos compartir el amor. Con este mundo, que no nos alejamos de los quienes están en dolor, pero que los alcanzamos con ayuda. Con nuestras familiares y amigos quien están en dolor. Con nuestra comunidad local, una comunidad que nos necesita de tantas maneras. Con los mas pequeños y más grandes entre nosotros, que compartimos el amor.
Porque ¡el niño Jesús le necesita!
Amen.



[1] Fr. Thomas Rosica, “Emmanuel: God With Us,” http://saltandlighttv.org/blogfeed/getpost.php?id=60351&language=en (December 26, 2014).

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