Propio 15 (A) + Gracia soñadora + 8.20.17
(Earthseed, godischange.org) |
M.
Campbell-Langdell
All Santos,
Oxnard
(Génesis 45:1–15; Salmo 133; Romanos 11:1–2a, 29–32; San Mateo 15:(10–20), 21–28)
(Génesis 45:1–15; Salmo 133; Romanos 11:1–2a, 29–32; San Mateo 15:(10–20), 21–28)
¡Oh cuán bueno y agradable es
*convivir los hermanos en unidad! (Salmo 133:1)
Que triste que en esta semana
no hemos visto esta unidad en el mundo. A veces, mirando a mí alrededor, viendo
lo que ha pasado en Charlottesville y Barcelona, y tantos otros lugares, me
pienso-¿Dónde hay la unidad?
Y me pregunto: ¿Cómo podemos ver el perdón en este mundo lleno de tantas acciones y palabras llenas de odio?
Y me pregunto: ¿Cómo podemos ver el perdón en este mundo lleno de tantas acciones y palabras llenas de odio?
La historia de José y sus
hermanos en el libro de Génesis es poderosa. José fue un niño especial,
favorecido por su papa y hasta fue dado una chaqueta multicolor por ser tan
mimado. Aun en su niñez, había algo diferente sobre él, y por esto sus hermanos
no lo gustaban para nada. Así que lo trataron de botar afuera y cuando
enfrentaron la oportunidad, lo vendieron a la esclavitud y dijeron a su papa
que era muerto. Que lindos tipos, ¿no?
Pero lo asombroso aquí es como Dios usó todo esto para el bien. Más tarde en su historia, José se levanta al poder debajo del Faraón de Egipto justo antes de unos años de abundancia que fueron justo antes de unos años de sequía y escases. Gracias a su habilidad de interpretar sueños y entender lo que Dios quisiera compartir con él y con el Faraón, José tuvo la oportunidad de guardar las cosechas durante el tiempo bueno para dar de comer a la gente en el tiempo de sequía. Y hasta tenían para vender a los otros pueblos a su alrededor. Así que en el momento en que encontramos a José y sus hermanos hoy ellos han regresado y están con hambre. Ellos no saben quién es José. Y para estar honesta, él no los trató completamente bien al inicio. Porque tenía que probarlos un poco para ver si ellos ya fueron diferentes. Pero lo asombroso es que al final él puede perdonar. Y este perdón no es tanto en palabras como en acciones. Y abre sus brazos a sus hermanos y a su papa para que pudieran vivir en abundancia en Gosen.
Pero lo asombroso aquí es como Dios usó todo esto para el bien. Más tarde en su historia, José se levanta al poder debajo del Faraón de Egipto justo antes de unos años de abundancia que fueron justo antes de unos años de sequía y escases. Gracias a su habilidad de interpretar sueños y entender lo que Dios quisiera compartir con él y con el Faraón, José tuvo la oportunidad de guardar las cosechas durante el tiempo bueno para dar de comer a la gente en el tiempo de sequía. Y hasta tenían para vender a los otros pueblos a su alrededor. Así que en el momento en que encontramos a José y sus hermanos hoy ellos han regresado y están con hambre. Ellos no saben quién es José. Y para estar honesta, él no los trató completamente bien al inicio. Porque tenía que probarlos un poco para ver si ellos ya fueron diferentes. Pero lo asombroso es que al final él puede perdonar. Y este perdón no es tanto en palabras como en acciones. Y abre sus brazos a sus hermanos y a su papa para que pudieran vivir en abundancia en Gosen.
Aquí José es un israelita que
ya parece un Egipto, y su debilidad ha convertido en poder. Pero él ocupa este
poder para traer reconciliación.
A veces las historias de la
Biblia parecen muy duros al lado de nuestra vida, pero ahora vemos algo
opuesto. La gente, los descendientes de los egipcios y de otras partes de África
que están en nuestro país, que fueron humillados en su condición de esclavitud
no han sido levantados a tener oportunidades por la mayor parte. Mucha gente de
color todavía lucha para tener mejores oportunidades que los de sus papas. Es
todavía mucho más fácil para los de nosotros con piel más claro y con
relaciones ricas.
Pero hay todavía tanta
oportunidad para experimentar la gracia en nuestro país. Hay tantos que si
enfrenten las dificultades y siguen adelante y suben a puestos de autoridad. Y
una de las cosas asombrosas es que Dios muchas veces usa las voces de gente de
color y otras minoridades para compartir nuevas posibilidades. José fue una
minoría israelita quien salvó una región del hambre por la ayuda
de Dios. Y en el evangelio de hoy la mujer de cananea muestra a Jesús como una
diferencia cultural puede mostrar una oportunidad nueva para mostrar la gracia
de Dios. Mira, esta mujer venia de una tradición más griega, en que los perros
fueron a veces mascotas en la casa y hasta algunos comieron debajo de la mesa
de sus dueños. Jesús fue un hombre judío y la gente judía consideraba a perros
como animales impuros y por esto no pudieron comer en la casa. Pero cuando Jesús
quisiera rechazarla como una “perra,” no solo no este ofendida (como los perros
fueron mascotas en su cultura), pero ella lo muestra que si en su cultura los
perros pueden comer debajo de la mesa, ¡en la mesa de Dios seguramente la gente
judía y la gente de cananea pueden estar salvados y sanados a la vez![1]
Es asombroso. Pero asombroso también es que Jesús nos muestra como estar
abiertos a diferentes ideas y mentalidades.
Porque este no es nuestro
mundo, pero es el mundo de Dios, así que las posibilidades para la gracia de
Dios son muchos más de lo que pudiéramos imaginar. Pero tenemos que estar
abiertos en mente y espíritu. No podemos pensar cómo piensa en mundo a veces,
que si gente de color lo tienen bien, va a ser peor para la gente blanca, o
viceversa. No podemos reaccionar con violencia cuando la gente cree en una fe
diferente.
A veces tenemos que escuchar
otra voz, como la de José.
Yo leí un libro durante mis
vacaciones llamado Earthseed: Parable of
the Sower por Octavia Butler. En este libro la sociedad de los EEUU se ha
derribado y hay caos. Hay gente con una adición a una droga que les causa hacer
fuegos en todo lugar y en el medio de todo esto hay una mujer joven y
afro-americana que vea lo que viene por delante y decide hacer un plan para no
solo sobrevivir si misma pero para construir una comunidad. Y esta comunidad
cree en un Dios de cambio pero también cree en apoyarse mutuamente aun a los
miembros más vulnerables, que es algo que ha perdido el resto de la sociedad. Esta
comunidad es nueva, multicultural y con el liderazgo de esta mujer joven ellos
están llamados a vivir en un apoyo mutuo, y a vivir en compasión y
reconciliación. Están unidos.
Esta visión me habla de lo que
podemos ser como iglesia hoy. Somos multiculturales y no siempre somos
perfectos pero si sabemos cómo amarnos en nuestras diferencias. Y vemos
alrededor un mundo en que la gente no se ame especialmente si son de diferentes
razas o credos. Pero nosotros sabemos que las diferencias son nuestra riqueza. También
sabemos que nuestros sonadores son nuestro futuro. Así que cuando luchamos para
su protección, no solo luchamos para ellos pero para el futuro de nuestra
sociedad y para ser un lugar donde los jóvenes de todos trasfondos pueden
compartir sus sueños como lo hizo José. Y quien sabe, pueden salvarnos de sequía
y hambre. Necesitamos los sonadores para mostrarnos como puede seguir adelante
todos en nuestro mundo.
¿Cómo podemos nosotros
preparar el terreno para el perdón? En ocupar cada interacción para llamarnos y
llamar a los demás a vivir su ser más humano, más compasivo, más cristiano.
Esto ocurre al nivel personal en nuestras interacciones y platicas, si son en
persona o en línea. Pero también ocurre al nivel nacional y de la ciudad, y al
nivel estatal. ¿Cuáles noticias vemos o leemos? ¿Cómo podemos pensar bien antes
de “consumir” la media? ¿Podemos mirar para oportunidades de tener
conversaciones reales con gente que son diferente? Obviamente hay otras
consideraciones aquí. Hay que protegerse a sí mismo un poco y también hay que
discernir si esta persona puede estar en dialogo con Ud. o no. Justo como hizo José
con sus hermanos, no queremos perder energía en gente que no han cambiado
adentro o no están listos para una plática honesta. Pero si podemos buscar
oportunidades para compartir la semilla de reconciliación, perdón y compasión.
Porque este es el mundo de
Dios, un mundo en que un hermano que fue maltratado por sus hermanos y vendido
a la esclavitud puede tener un cambio de destino y puede llegar a ser una
persona de poder. En este mundo, este hombre puede conocer a los mismos
hermanos y compartir su perdón con ellos.
En este mundo de Dios tenemos
que perdonar primero a los que actúen con odio, porque si continuamos con odio
también estamos perdidos. Pero esto no significa que las acciones odiosas son
aceptables. De hecho nuestro objetivo aún más claro es encontrar oportunidades
nuevas para compartir el amor y la reconciliación de Dios. Para mostrar al
mundo un nuevo camino.
Para que haya abundancia no
solo en Mar-a-Lago o en Washington o Gosen pero en todo el mundo y para toda
gente-abundancia en gracia por todos nuestros padres y madres; para todos
nuestros familiares y amigos. Amen.
[1]
Mitzi J. Smith, Commentary on Matthew 15:[10-20], 21-28, https://www.workingpreacher.org/preaching.aspx?commentary_id=3360.
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