Adviento 2A + Preparen el camino + 12.4.22
M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Isaías 11:1–10; Salmo 72:1–7, 18–19; Romanos 15:4–13; San Mateo 3:1–12)
No sé de Ustedes, pero yo experimento
muchas distracciones en este tiempo del año.
Yo empiezo a leer las escrituras en mi teléfono celular y recibo una noticia de
otra venta y otro descuento y me pienso en si necesito comprar un regalo para
alguien. Voy a caminar alrededor de mi vecindario y me pongo a ver las luces y
pensar cuando debo poner mis luces en la casa también. Trato de hacerme más
quieta en las mañanas para orar mas y me distraigo con el periódico, mensajes (bienvenidos)
de amigos y otras distracciones.
Por eso, el tema de las reflexiones de Living Compass (Brújula de Vida) de este
Adviento de simplicidad siente tan bueno para este momento de tantas
distracciones.
Primero, vamos a la lectura de San Mateo, y la figura de Juan el Bautista. No
debemos distraernos con sus palabras. Porque son muy fuertes, y podemos sentir
ofendidos. Pero yo me gusta mirar lo que él hace aquí, en vez de solo lo que
dice. Él es un hombre que ha simplificado su vida
completamente. Ha quitado ropa de lujo y solo lleva ropa muy básica. Se ha ido
al desierto, fuera de la mayoría de las personas, para no tener distracciones.
El depende de la comida que puede encontrar en el desierto solamente.
Comentarista Stanley Saunders nota que su dieta y ubicación en el desierto
muestran que Juan el Bautista depende solo en lo que provee Dios, y también nos
hacen pensar en los primeros tiempos de la nación de Israel.[1]
Esta dependencia en lo que
provee Dios me hace pensar en la autora Barbara Kingsolver y su libro Animal,
Vegetal, Milagro: Un año de comida natural (2008).
En este libro, ella describe como pasa un tiempo viviendo solo en lo que puede
crecer en su jardín en Virginia. Convencida de que parte del daño que estamos
haciendo al planeta es en nuestras decisiones de comprar comida de todas partes
del mundo, aun si hace daño al planeta transportar la comida tan lejos, ella
decide comer completamente localmente por un tiempo. Con algunas excepciones,
ella es fiel a su propósito y describe la bendición de vivir de la tierra, algo
que yo sé que algunos de ustedes conocen si crecieron en un
rancho o cerca de uno.
Cuando leí este libro, hice algunos cambios. No crecí muchos vegetales porque
no soy muy buena jardinera, pero me enfoque en comprar mis vegetales de una
granja local. Y cuando “necesito” comprar otra cosa, trato de comprar el
alimento más local posible. No lo hago perfectamente, pero hice algunos
cambios. Una cuaresma empezamos algo que hemos continuado, más o menos,
especialmente después de Covid- compramos nuestra carne de una carnicería local
porque la gente se estaba enfermando en los empaques de carne. Se que tengo privilegio
en poder elegir esto, pero también consumimos menos carne por esta razón. Estamos
bendecidos en California porque vegetales y frutas se cultivan todo el año. Comer
según lo que se cultiva en la temporada también le hace a uno simplificar sus
decisiones porque no puede cocinar cualquiera cosa en cualquier momento, tiene
que ser la temporada de esa cosa. O tiene que ser preservado para estar
consumido en otro tiempo.
Esta simplificación puede
tomar muchas formas para nosotros. Puede ser en nuestra comida, pero también
puede ser en nuestro horario. Hacer tiempo de orar más puede significar
cancelar ciertas reuniones o no añadir tantas actividades. Puede ser designar
cierto tiempo para ir de compras y luego dejar de consumir y crear regalos a
mano.
Pero todas estas formas de
simplificar son externas. Juan el Bautista nos recuerda que simplificar lo
externo es solamente un empiezo. El usa sus simplificaciones para criticar a
los lideres judíos de su tiempo y pedir que se arrepienten. Nosotros también
estamos rodeados por muchas distracciones, y tenemos que recordar que hay cosas
mucho más importantes que ir de compras o participar en fiestas (aunque estas
son muy buenas de su manera). Hay tiempo de reflexión con las escrituras y
Dios, hay oraciones por los en necesidad o peligro, y hay momentos para ayudar
a nuestros vecinos en necesidad. Todo esto estamos tomando tiempo para hacer en
este tiempo de Adviento. No para añadir otra cosa a nuestro horario. Pero para prepararnos
internamente.
¿Por qué es importante esto?
Porque algo muy especial pasa en este tiempo del año.
Si, recordamos eventos históricos de la venida de Dios al mundo en forma de
Jesucristo, pero también anticipamos el momento en que el vendrá de nuevo. Pero
aún más, hay un pequeño milagro. Uno que no sentiremos si no estamos abiertos. Si
no nos cerramos con distracciones, pero dejemos espacio interior con oración, y
simplificamos nuestras vidas cuando todo el mundo quiere distraernos. Posiblemente,
si estamos abiertos, sentiremos más cerca de nuestros familiares y amigos, y
experimentaremos más gozo en estos tiempos festivos. Y posiblemente, en un
momento u otro, si nos preparamos por dentro, el niño Jesús nacerá en nuestros
corazones de nuevo. Pero Dios no viene al lugar donde no este invitado. El
viene cuando hay un ambiente que le de la bienvenida. Es decir, tenemos que
preparar el camino para el Señor en nuestras vidas en separarnos un poco de
todas las distracciones de este tiempo. Tenemos que limpiar el espacio interior
con dejar tiempo para oración y servicio a los demás. Y, si nos quedamos muy
tranquilos, muy despiertos y muy abiertos, posiblemente sentiremos el momento.
El momento del nacimiento de este bebe Dios. El nacimiento del amor de Navidad
en nuestros corazones de nuevo.
Amen.
[1]
Stanley Saunders, “Commentary on Matthew 3:1-12”, for December 4, 2022, Commentary
on Matthew 3:1-12 - Working Preacher from Luther Seminary.
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