Propio 25 (B) + Restaurados en comunidad + 10.25.15

(www.mashable.com)
M Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Job 42:1–6, 10–17; Salmo 34:1–8, (19–22); Hebreos 7:23–28; San Marcos 10:46–52)

“Por eso me retracto arrepentido, sentado en el polvo y la ceniza.”  (Job 42:6).
De una manera me sorprendió leer estas palabras de Job esta semana. Pensando en todo lo que ha sufrido, ¿él se arrepiente? Se dio cuenta de que no entendió bien a Dios, si, pero parece un poco demasiado escucharlo decir que con todo lo que ha sufriendo, que tendrá que arrepentir.  It just seemed improbable that Job would need to repent after all he has been through. ¿No es suficiente que él dice que entiende ahora que Dios es más grande y poderoso que pudiéramos imaginar?
Gustavo Gutiérrez, el teólogo de la teoría de la liberación de América Latina, dice de este pasaje algo que encuentro bien útil. Dice que en el judío que la palabra “naham” que significa “arrepentir” esta combinada con una palabra “al” que lo hace significar “cambiar la mente.” Job ya se ha cambiado su mente del polvo y de la ceniza, es decir, de las cosas malas, los sufrimientos que él ha sufrido en su vida.[1] Es como si dice con el cantante, “I’m trading my sorrows, I’m trading my shame… I’m laying them down for the glory of the Lord!”[2]
Porque cuando pasamos por dificultades, tenemos que decidir: ¿vamos a quedar en este lugar de dolor, o vamos a hacer un nuevo empiezo? Justo como Bartimeo arroja su capa, una cosa que representa su posición como mendigante, Job deja atrás sus dolores. Él está restaurado a la comunidad. ¿Quisiera tener sus hijos de regreso? Claro que sí. Pero encuentre comunidad y en la comunidad encuentre el gozo del Señor, y hasta cuatro generaciones de su familia puede ver.
Muchos de Ustedes han vivido algo bien difícil, y algunos posiblemente todavía pasan por un momento difícil. Y estamos orando por Ustedes. Sabemos que esto no pasa de inmediato, y de hecho Job llega a este momento después de 42 capítulos y un encuentro con Dios. Pero los que han pasado dificultades todavía traen estas experiencias dentro de sí mismos. Sin embargo,han encontrado gozo en lo que Dios ha proveído, y esto es lo maravilloso.
Y los de Ustedes que han vivido esto saben que Dios les da una nueva sabiduría después de pasar por cosas tan graves. Por ejemplo, uno se da cuenta que las relaciones familiares son mucho más importantes que cualquiera posesión. No sé, pero posiblemente es por esto que Job es el único de su época que dio una herencia a sus hijas, no solo a sus hijos.
Porque en esta estación en que hablamos del dinero, y nuestra relación con él, estamos conscientes de algo. Y esto es que si ahorramos solamente para nosotros mismos o dividimos dinero en familia de una manera injusta, rompemos relaciones en familia y en nuestras amistades. Pero si compartimos como hizo Job, estamos restaurados a la comunidad.
Todo esto me hace recordar de una película que vi hace unas semanas. Se llamaba “My Old Lady,” o “Mi Casa en Paris” (2014) y quiero decir primero que no todos deben verlo porque es un poco crudo y mucha de la película está en francés. Pero se trata de un hombre que, en la muerte de su papa, aprende de que ha heredado un gran departamento en Paris. Esta feliz este hombre, porque él no tiene ni un centavo. Y viene a Paris para vender el departamento y vivir de todo el dinero.
Pero hay un problema. Allí en el departamento vive el amante de su papa, una mujer bien anciana, y su hija. Y en vez de poder vender el departamento, el encuentre que su papa tenía un arreglo con esta señora que esta casa seria suyo pero que por toda su vida iba a pagar la señora una cantidad cada mes. Y ahora no solo no puede vender el departamento, pero este hombre tiene que encontrar dinero para pagar la señora. Y todo está muy confuso. Al inicio, él se pone bien necio y empieza a vender los muebles de la señora para darle el dinero… ¡muy mal tipo! Pero luego, cuando conoce más a la señora y a su hija, el encuentra que las relaciones y amistades son más importantes, y encuentran una manera de quedar con el departamento.
Él viene a Paris, un hombre aislado e infeliz, y al fin de la historia él está feliz y ha encontrado su lugar.
En el libro de Job, vemos que Job esta restaurado a su comunidad—todos vienen a cenar con él. Y lo llevan dinero y anillos de oro. Pero uno piensa que las relaciones restauradas son más importantes que todas las riquezas.
Es interesante ver en este evangelio que Bartimeo sabe un poco de esto, también. Aunque él está mendigando en la calle, no pide dinero. Él es el primero en San Marcos quien llama a Jesús “Hijo de David,” un término mesiánico, y entonces es el primero de ver quien es Jesús de los afuera del círculo de Jesús. Y lo pide algo bien especial a Jesús: “¡Ten compasión de mí!” Esto es interesante porque un comentarista dijo que Bartimeo estaría pidiendo lo que llamamos “hesed” en hebreo, que no solamente es compasión o misericordia, pero tiene que ver con estar restaurado a la comunidad. Porque muchas veces la gente con discapacidades estaba excluida y no se sentía parte de la comunidad.[3] Bartimaeus has been excluded and so his request for Jesus’ mercy is more about being restored to community than just restoring his sight.
Sí, es correcto que Bartimeo pide sanación de sus ojos, o sea que su vista este restaurado. Pero él, quien puede ver lo más importante, que es quien es Jesús, realmente quiere ser parte de una comunidad. Quiere estar restaurado a una buena relación con sus otros seres humanos. Y lo que notamos aquí es que sí esta restaurado a comunidad, pero no queda en su pueblo de Jericó. No, él va con Jesús, y se hace parte de su comunidad. Jesús lo sana, pero también completa este trabajo de compasión en involucrarlo a Bartimeo en su comunidad.
Así que, si sea con nuestro dinero o con cualquier otro “bien” en nuestras vidas, podemos buscar el “hesed,” o la manera en que todos pueden estar restaurados a la comunidad. Podemos nosotros  aquí en la Iglesia de Todos los Santos ser un lugar donde, cualquier cosa que hemos vivido en el pasado, podemos empezar de nuevo y podemos estar restaurados. ¡Que arrojamos todo lo que nos ha traído dolor para encontrar el gozo del Señor! Porque como dice la canción que mencioné antes, y aquí tradujo: “Estoy bendecida más allá de la maldición y por su promesa perduraré, y su gozo será mi Fortaleza. Aunque el dolor puede tardar por la noche, su gozo viene en la mañana.” ¡Amén!



[1] Gustavo Gutiérrez, On Job: God-Talk and the Suffering of the Innocent (Maryknoll: Orbis, 1986), 86.
[2] Darrell Evans and multiple, “Trading My Sorrows” 2010 Christian Lyrics Online.
[3] Bob Cornwall, “Let Me See Again: Lectionary Reflection for Pentecost 22B,” Ponderings on a Faith Journey, (http://www.bobcornwall.com/2015/10/let-me-see-again-lectionary-reflection.html), (October 20, 2015, accessed October 22, 2015). 

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