Cristo Rey (B) + 11.22.15
(stmaryny.org) |
M.Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(2 Samuel 23:1–7; Salmo
132:1–13, (14–19); Revelación 1:4b–8; San Juan 18:33–37)
En la misa en inglés
hoy cantamos una canción que dijo:
“You're my friend and You are my brother
Even though
You are a king
I love You
more than any other
So much more
than anything (From: ‘As the Deer’).”
Es decir: “Tu eres mi amigo y tú eres mi hermano
Aunque seas un rey.
Yo te amo más que cualquier otro
Más que cualquiera cosa en el mundo.”
Este
domingo es el festival de Cristo Rey, y marca el fin del año litúrgico.
En la capilla de nuestro seminario tuvimos un vitral con una imagen de Cristo Rey y tengo de confesar a Uds. que a veces lo encontré poco estimulante. Quiero decir que pareció una imagen tan distante, tan removida de nuestra existencia. Un rey en un trono no fue mi Jesús. No fue mi amigo ni mi hermano. This image of Christ the King didn’t seem like my friend, or my brother.
En la capilla de nuestro seminario tuvimos un vitral con una imagen de Cristo Rey y tengo de confesar a Uds. que a veces lo encontré poco estimulante. Quiero decir que pareció una imagen tan distante, tan removida de nuestra existencia. Un rey en un trono no fue mi Jesús. No fue mi amigo ni mi hermano. This image of Christ the King didn’t seem like my friend, or my brother.
Aunque
la imagen de Jesús como Cristo Rey es de una tradición bien Antigua, en verdad
la celebración de la fiesta de Cristo Rey es un fenómeno reciente en la
historia de la iglesia. El papa Pio XI lo estableció como una fiesta en 1925,[1] en parte como una respuesta a los gobiernos que
quisieran tener una autoridad totalitaria en aquella época. El quisiera
compartir que la autoridad de Cristo es el único poder absoluto que nosotros
los cristianos reconocemos y que ningún reino de este mundo puede pasar el
poder del reino de Dios. Decidimos nosotros los episcopales tener esta misma
fiesta un tiempo corto después. Pope Pius XI wanted it to be clear
that no authority on earth was stronger than Jesus’ authority, and we agreed
with him.[2]
Cristo es el alfa y la omega, en términos de
poder real. De verdad.
Pero Jesús, nuestro Señor de
Amor, es tan tímido de una manera con este poder, a lo menos de la manera en
que este mundo lo quiere imponer. Aun en el intercambio que vemos hoy entre
Jesús y Poncio Pilato, él teme ser llamado “Rey” porque él
sabe la manera en que Pilato lo ocupa esta palabra. Quiere decir que su reino
no es de este mundo, pero trata de la verdad.
Jesus is clear
that his kingdom is not about worldly power, but the power of truth.
Y sin embargo, mientras medito
en la imagen de Cristo Rey, una cosa bella en el contexto de la lectura que
escuchamos hoy de Revelación, algunas verdades aparecen para mí.
El primero es que Cristo es un
rey quien comparte su poder. En la lectura de Revelación, escuchamos: “Cristo
nos ama… [y] nos ha hecho sacerdotes al servicio de su Dios y Padre. ¡Que la
gloria y el poder sean suyos para siempre!” (Revelación 1:5b-6). El reino de
Jesús es democrático de esta forma. Jesus shares power with all of us as a priesthood of
believer. Todos somos parte del sacerdocio de Jesús en su reino.
A diferencia de los poderes del mundo, cuales solo ejercen poder sobre los
demás, Jesucristo comparte su poder para que todos servimos.[3]
Estamos dados dignidad y valor. Aunque con su poder absoluto podríamos ser
esclavos, estamos hechos hermanos y hasta amigos en el amor de nuestro Señor.
Un segundo aspecto del reinado
de Jesucristo es que Jesús siempre está aquí con nosotros, en la forma de su Espíritu.
Noten que el pasaje de Revelación dice: “de parte del que es y era y ha de
venir,” (1:4b) no “de parte del que era y es y ha de venir”. Es decir, el
enfoque es en la verdad que Jesús está presente con nosotros ahora mismo. No
solo para los cristianos bajo la persecución quienes inicialmente escucharon la
Revelación de Juan pero, para nosotros, ahora mismo.[4] Jesus is with us right now, in the
pain and loss that we have seen in Paris, Beirut, Baghdad and Mali. Jesús
está con nosotros, ahora mismo, en el dolor y pérdida que hemos visto en Paris,
Beirut, Bagdad y Mali. El Espíritu de Jesús, el Abogado, está aquí con
nosotros, y en su amor nos está ayudando a pasar por este momento, aunque no lo
vemos ni lo escuchamos. Pero lo podemos sentir. Y a veces, lo vemos en las
acciones de los demás. Lo vemos en palabras de verdad y amor en medio del
dolor. En la decisión de la gente de Francia de continuar de invitar refugiados
de Siria porque no quieren que gana el estado islámico. En el video que vi esta
semana que mostró un niño pequeño hablando con su papa, sobre como las
velas y las flores que están poniendo en todas partes de Paris están
combatiendo las armas y la violencia.[5]
Demos gracias a Dios por el Espíritu amoroso de Jesús, que nos rodea, aun
ahora, y cada momento.
Un tercer aspecto del reinado
de Jesús tiene que ver con la meta de su reino. Jesús, el Príncipe de Paz,
quiere que aprendamos sobre el amor. Jesus’ main goal is to teach us all about love. It’s that simple, and it’s that hard.
Algo simple pero difícil a la vez. Algunas de las palabras más verdaderas que leí
esta semana vinieron de Ricardo Rohr, en su libro Everything Belongs o “Todo pertenece”, donde él hablaba de una
visión mística de Santa Juliana de Norwich. El empieza hablando sobre ella,
diciendo:
“En temor y temblor,” ella pidió
de Jesús, “O buen Señor, ¿cómo es posible que todo sea bien cuando un gran daño
ha venido a tus criaturas por medio del pecado? Y aquí quisiera, si atreviera,
recibir una linda explicación para quedarme tranquila.” Y él
dijo, “Como yo he traído bien del peor mal, quiero que sepas por esto, que
traeré bien de todos los males menores también.” [Y Rohr
dice:] ¿Puede ser posible que el amor de Dios sea tan grande y tan universal?
¿Es la vida solamente una gran escuela del amor? Yo creo que sí.
Amor es la lección, y el amor de Dios es tan grande que finalmente todos los
aprenderemos. Finalmente nos rendiremos, y al final Dios vencerá.
Esa será la “justicia” de Dios, la cual absorberá todas versiones
inferiores.[6]
La justicia de Dios. ¿Lo creemos? ¿Qué se trata de que
cada uno de nosotros esté abrazado en el seno amoroso de Cristo? Can we imagine that God’s justice is actually
about every one of us being gathered up into Christ’s bosom of love? ¿A los brazos del
quien es nuestro amigo y nuestro hermano, aunque también un rey? Posiblemente
esto es muy difícil, pero más fácil si soñamos en un mundo mejor.
[2]
John J. Lynch, “Cristo Rey (B)-2015” http://episcopaldigitalnetwork.com/stw-es/2015/04/18/cristo-rey-b-2015/.
[3]
Rolf Jacobson, Karoline Lewis, Matt Skinner, “Sermon Brainwave Podcast #447 –
Christ the King,” http://www.workingpreacher.org/brainwave.aspx?podcast_id=684.
[4] Ibid.
[6]
Richard Rohr, Everything Belongs: The
Gift of Contemplative Prayer (New York: A Crossroad Book, 2003), 132-133.
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