Pascua 5 (A) + Un lugar en la mesa + 5.14.17

(Rublev's "Trinity")
M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Hechos 7:55–60; Salmo 31:1–5, 15–16; 1 San Pedro  2:2–10; San Juan 14:1–14)
“Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios. Entonces dijo: — ¡Miren! Veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre a la derecha de Dios.” (Hechos 7:55-56)
El teólogo católico romano Hans Kung dijo de este pasaje sobre su muerte de Esteban que es la mejor imagen del Dios trino, es decir la Trinidad, en el Nuevo testamento. Esteban, mirando hacia el cielo, vea la gloria de Dios (porque justo como Moisés él no puede ver directamente a Dios sino que su gloria solamente). Y el vea a Jesús de pie a la derecha de Dios, Jesús quien es “la imagen del Dios inmortal” y, llenado por el Espíritu Santo, muere Esteban.[1]
En la muerte de este primer mártir Cristiano, estamos recordados que la conexión humana con Dios es clave. Que me trae a algo que aprendí esta semana sobre el icono famoso de la Trinidad-que posiblemente lo conocen-del iconógrafo Andrei Rublev, que también se llama “La hospitalidad de Abraham.” Tiene tres figuras tomando asiento en una mesa debajo de un árbol. Son las tres personas que vamos a ver en las escrituras en unas semanas a quien Abraham dio hospitalidad. Tres personas que al inicio parecieron ángeles pero pueden ser más que esto. Pueden ser, de hecho, una imagen del Dios trino. Allí en esta imagen de la Trinidad hay una mesa, y en tres lados hay las figuras. Y en frente, hay un espacio. En frente de la mesa donde hay un espacio parece que había un espejo. Imaginase-Rublev nos dice que Dios nos invita a la mesa. Que Dios quiere interaccionar con nosotros. In the image, there are the three figures of the Trinity, and then there is a fourth spot at the table, to which we are invited![2]
Que hace mucho sentido porque en este evangelio de hoy Jesús dice: “¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las cosas que les digo, no las digo por mi propia cuenta. El Padre, que vive en mí, es el que hace sus propias obras” (Juan 14:10). Y aquí parece que él dice que su misión principal fue revelar a la gente sobre la naturaleza de Dios.[3] Luego él va a mandar al Espíritu Santo para guiarnos, algo de que escuchamos más la semana que entra. Jesus’ whole mission is to show us about God our creator. And to send us the Holy Spirit to guide us. Jesús vino al mundo para compartir con nosotros sobre el Dios de amor y para revelar este Dios a nosotros, y a invitarnos a bailar consigo en el baile divino de la Santa Trinidad.
Teólogo Franciscano Richard Rohr nos dice que no fue hasta la publicación del libro y más recientemente la película La Cabaña o The Shack por William Paul Young que hablamos mucho sobre la Trinidad en la cultura popular. Con este libro y esta película vimos una manera de ver a Dios como Trinidad de una manera completamente diferente.[4] It wasn’t until the depiction of the Trinity as African-American mother, carpenter dude Jesus and flighty gardener spirit of Asian aspect Spirit in the book and movie The Shack that we were invited into looking at the concept of God as three persons again in a new way. En la película, Dios Padre es Dios Madre, con aspecto de mujer afro-americana, una madre sumamente amable y tierna. Jesús es el carpintero, un hombre normal pero bien sabio. Y el Espíritu es una jardinera y una artista, en la película con un aspecto asiático. Esto obviamente no es la imagen que tienen todos de Dios. Pero fue bien interesante para abrir nuestras mentes un poco sobre como pudiera ser Dios.
Muchos de nosotros conectamos con esta imagen heterodoxo de la Trinidad en el libro de Young. Yo me encanté la imagen de Dios como madre. Ahora, en el día de las mamas, tenemos que darnos cuenta de que nuestras madres son personas bellas e imperfectas, y no las podemos comparar a Dios. Muchas veces comparten el amor más cerca del amor de Dios con nosotros, pero cuando nos fallan, es la cosa casi más dura en el mundo. So I am not lifting up God as mother in order to idealize the mothers in our midst, even as we do celebrate our mothers this week! Pero todo esto dicho, me encanté la imagen de una madre Dios, completamente abierta, totalmente amable y quien le aceptaba completamente a uno. Esto fue buena medicina en contra de la imagen de un Dios que juzga todo el tiempo de que a veces escuchamos. I loved the idea of God as Mother, ultimate nurturer rather than scary judge.  
Y todo esto tiene que ver con algunos de las maneras de que podemos hablar de Jesús. Como mencione antes, uno de mis imágenes favoritas de Jesús es Jesús la Madre, una imagen que viene de la mística Julián de Norwich. Jesús es una madre en la manera en que el espera mejores cosas de nosotros que el hizo. Jesus is a mother to us in that he expects us to do even better than he has done. Ahora, esto puede parecer ridículo. ¡Nosotros no somos la manifestación de Dios en un cuerpo humano! ¿Cómo es posible hacer mejores cosas que Jesús? Pero yo no creo que Jesús habla de hacer cosas más grandes que el en términos de su poder espiritual o que son más asombrosos que las cosas que él hizo. Él nos pide va más allá de lo que él hizo. Compartir con todo el mundo de sus buenas nuevas. Y esto es un trabajo que continúa hoy. Justo como cualquiera madre, Jesús quiere que tomemos lo que aprendimos de él y lo movemos adelante, compartiéndolo con otros en el mundo. En la historia de Esteban, vemos que cuando actuamos en fe, el Espíritu Santo nos llena para estar empoderados a hacer el trabajo de Dios.
En orden para hacer esto, tenemos que acercar a la mesa y toma nuestro lugar. Necesitamos unir al baile de Dios. Para hacer esto, como dice nuestro Obispo Presidente Michael Curry, tenemos que ser unos “cristianos locos.” Él dice “Necesitamos unos cristianos locos… Lo suficientemente locos como para creer que el amor de Dios es más grande que los poderes de mal y de la muerte. Lo suficientemente locos como para creer que, como solía decir Martin Luther King Jr., ‘El movimiento trazando un arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia.’” Él dice que necesitamos “cristianos lo suficientemente locos como para seguir a Jesús en el trabajo de ayudar a Dios a realizar el sueño de Dios para toda gente y para toda la creación.”[5]
En este pasaje del evangelio de hoy, Jesús nos despida. Y nos dice que él no puede hacerlo solo. Que Dios está transformando el mundo. Y que necesita nuestra ayuda. Y, no importa cuál es nuestra historia familiar-si es feliz o triste o algo en el medio-estamos invitados a tomar nuestro lugar en la mesa. De tomar nuestro lugar en la familia de Dios. Y de unir al baile del Dios trino, al trabajo de renovar el mundo, un momento a la vez.



[1] Rolf Jacobsen, Karoline Lewis and Matt Skinner, “Working Preacher: Sermon Brainwave Podcast #540 – Fifth Sunday of Easter,” for May 14, 2017, https://www.workingpreacher.org/brainwave.aspx?podcast_id=883.
[2] Richard Rohr, The Divine Dance: The Trinity and Your Transformation, Audiobook, 2017.
[3] Elisabeth Johnson, “Commentary on John 14:1-14,” https://www.workingpreacher.org/preaching.aspx?commentary_id=3238.
[4] Rohr, ibid.
[5] Michael B. Curry, Crazy Christians: A Call to Follow Jesus (NY: Morehouse, 2013), 9.

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