Propio 17 C + un lugar en la mesa + 8.28.22

 


M. Campbell-Langdell

All Santos, Oxnard

(Jer. 2:4-13; S. 81:1, 10-16; Heb. 13:1-8, 15-16; Lucas 14:1, 7-14)

 

“Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué del país de Egipto; y dije, “Abre tu boca, y yo la llenaré” (Salmo 81:10).

Hace un tiempo, yo estaba escuchando una charla de un sacerdote local de un proyecto que él tenía traer un grupo de jóvenes a trabajar en servicio en conjunto con la gente de una ciudad llamada Red Shirt (o “Camisa Roja”), en una reservación de la gente indígena Lakota Sioux en Dakota del Sur.  Es un pueblo que yo también conozco. El sacerdote mencionó que siempre tienen una gran comida a la que todos los miembros de la comunidad están invitados. This Episcopal group that ministers with the local Episcopal Church always puts on a good meal.  El sacerdote se aseguró de que los ancianos y los niños comieron primero, dejando a los adultos y los adultos jóvenes, sobre todo los hombres jóvenes del grupo de servicio, para el último. Dijo que esto hizo a los chicos jóvenes un poco nerviosos, que temían no ser capaz de llenar bien sus platos.  Pero él dijo que los chicos sirviendo a los demás tenían que ser capaces de esperar a que todos tengan lo suficiente, y entonces se les dará su turno. No podrán obtener todo lo que querían, pero van a tener suficiente. Me hace pensar en lo que nos dijo una amiga quien estábamos visitando esta semana – ¡esta comida tiene que servir cinco personas! Nos recordó.

Basically the youth, especially the young guys along on the service trip, who might tend to load up their plates, went last so that everyone would have enough, even if they might not have as much as they wanted that day.

Esta historia vino a la mente al leer el evangelio de hoy, que es a la vez sobre cómo actuar en una fiesta y también trata de algo más grande. Lo que realmente trata es el tema de la hospitalidad. Mira lo que sucede. Jesús está mirando a personas cuya energía se centra en tener el mejor lugar en la mesa para una fiesta del sábado (y admitámoslo, todos hemos estado allí). Y en su forma habitual, Jesús se pone todo en su cabeza. Dice que si tener un lugar en el punto más bajo, se puede seguir subiendo, pero si asume el mejor lugar puede estar degradado.  Take the top spot, Jesus says, and you will get demoted, but take a humble spot and you may get moved up higher.  Otra pregunta parece estar presente aquí. ¿Podemos ser conscientes de las necesidades de los demás y no sólo de las nuestras? ¿Estamos dispuestos a sentarnos en el lugar más bajo en la mesa para hacer espacio para los demás? ¿Estamos dispuestos a esperar para llenar el plato, incluso si eso significa que no obtenemos tanto, aunque sea suficiente? It is likely that if we pay attention to others, all will get enough.

Sin embargo, muchas personas en nuestro país no están recibiendo lo suficiente. Dios dice: " abre tu boca y yo la llenaré ", pero de acuerdo con la película "Un lugar en la mesa" o “A Place at the Table,” uno de cada cuatro niños no tienen acceso a suficientes alimentos en nuestro país.[1]  Esto se llama la inseguridad alimentaria, lo que significa que ellos no saben de dónde viene su próxima comida.  The movie on hunger in the US, “A Place at the Table” says that 1 in 2 children in the US will need food assistance at some point in their lives.  1 de cada 2 niños en los Estados Unidos necesitarán asistencia alimentaria en algún momento de sus vidas.[2] 

Pero noten, si se mueve hacia el lugar más bajo en la mesa, como Jesús sugiere, Usted puede notar quien no está allí mejor que si usted está siendo mimado en la mesa principal. If you’re at the lowest spot, like Jesus suggests, you might notice which child has les son his or her plate.  Puede notar a la persona que ha mantenido al margen porque no se siente invitado.

Hacemos algunas cosas aquí para trabajar en contra de la inseguridad alimentaria y ayudar en el acceso a empleo en nuestra comunidad de Todos los Santos. Mabel y yo, al igual que otros en la iglesia, proporcionan recursos y, a veces la asistencia para ayudar a otros en su búsqueda de empleo. Algunos voluntarios de las iglesias locales y de nuestra iglesia operan una despensa de comida los viernes. Ahora estamos proveyendo comida a 100 familias cada semana. Varias iglesias, incluyendo la nuestra, ofrecen una cena el domingo que permite a cada persona a comer al menos una comida verdaderamente nutritiva ese día. We do quite a bit to fight hunger between the food pantry and the Bread of Life program. Pero lo que escuché en lo que Jesús dijo en el pasaje de hoy es que la hospitalidad no es solamente una acción; es una actitud. 

Aquellos de nosotros que tienen pan de sobra no sólo necesitamos compartirlo, aunque eso es fundamental, pero siempre debe ser consciente de los que están fuera de la mesa, fuera de la iglesia. Porque si olvidamos a ellos, es a nuestro propio riesgo. We forget the needy and those in prison to our own peril. ¿Por qué? Porque si nos olvidamos, podríamos tender a pensar que tenemos todo lo que necesitamos en nosotros.  We might think we are completely self-sufficient, even to the point of not needing God.  Al igual que el pueblo de Israel en el pasaje de Jeremías hoy, que han tomado la buena tierra que Dios les ha dado pero le han olvidado.  Han convertido a la adoración de Baal. Nosotros podríamos olvidar también. Podríamos olvidar que nosotros también dependemos de Dios para cada respiración que tomamos, por cada pedazo de pan que entra nuestras bocas.  Podríamos olvidar que, sin nuestra fuente de agua viva, no somos nada más que un montón de pozos rotos.  We are just a bunch of cracked jars without God.

Así, un dicho popular dice en ingles algo como “Ayúdate y Dios te ayudará."  Muchas veces he pensado que esto tiene razón. Sin embargo, yo creo de manera diferente. Pienso que "Dios ayuda a los que ayudan a los demás."  Instead of “God helps those who help themselves,” I have begun to wonder whether it isn’t “God helps those who help others.”  

En verdad, por casi quince años ahora, hemos hecho un verdadero diezmo de nuestros ingresos.  Hemos dado el diez por ciento a la obra del Señor en la iglesia y en otras organizaciones de caridad que veo que hacen el trabajo de Dios.  Antes de pagar para vivienda, antes de pagar por Internet o el gas o la factura de la luz, en la parte superior de nuestro presupuesto, es nuestro diezmo, proporcional cada mes, al centavo.  Yo les digo: "Dios ayuda a los que ayudan a los demás."  Porque si tenemos en cuenta que no vamos solos, que no llegamos a esta mesa solos y que el lugar de honor pertenece siempre al Señor, cosas gloriosas comienzan a suceder.  Dios nos ha bendecido más de lo que puedo explicar, y la única manera de que puedo empezar a hablar de ello es que empecé a dar primero y antes de darme cuenta, estaba recibiendo yo.  I began to give, but God gave so much back to me.  Abrimos nuestras vidas y Dios las llena.  

Pero ¿qué pasa con esos niños hambrientos? ¿Vamos a ser las manos de Dios que van a llenar sus bocas?  ¿Podemos sentarnos lo suficientemente lejos en la mesa para prestar atención a las necesidades de los demás?  Can we sit close enough to the door to invite others in?  Como comentarista Rodney Sadler dice, en el evangelio de San Lucas esta mesa de que habla Jesús no es sólo una mesa de comedor.  

No, se convertirá en la mesa del banquete de bodas último, la mesa de Jesús, el novio del cielo, el lugar donde los corazones y los estómagos igual se llenarán.[3]  Y ¿saben qué? Tenemos la oportunidad de vivir eso un poco aquí en la iglesia. Invitamos a todos a esta mesa, a ser alimentados espiritualmente. Pero también luchamos por la justicia alimentaria en nuestra comunidad para que todos verdaderamente sean alimentados en cuerpo y alma.  Creemos que Dios ha proveído una abundancia, así que, si todos hacemos nuestra parte, Dios proveerá lo necesario para cada uno.

Así que, amigos, pásense a su lugar de honor humilde e incorpórense a su puesto en la mesa, pero permanecen humildes, en actitud hospitalaria. Nunca se olviden de buscar a los que tienen hambre, a los que tienen sed, no importa si su sed o hambre sea para sus necesidades corporales básicas o para el evangelio que verdaderamente salva nuestras vidas. Y recuerdan: "Dios ayuda a los que ayudan a los demás."

 




 

[1] http://www.takepart.com/place-at-the-table/film.

[2] Ibid.

[3] Rodney S. Sadler, “Exegetical Perspective: Luke 14:1, 7-14,” Feasting on the Word Year C, Vol. 4, 25.

 

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