"Una Oracion al Dios Quien Cayo..." Prop 16 B 2012
Melissa
Campbell-Langdell
Todos
los Santos, Oxnard + 8.26.12
Propio
16 B (1 Reyes 8:22-30, 41-43; S. 84; Efesios 6:10-20; Juan 6:56-69)
Jesús
les preguntó a los doce discípulos: — ¿También ustedes quieren irse?
Simón
Pedro le contestó: —Señor, ¿a quién podemos ir? (Juan 6: 67-68)
¿A
quien podemos ir? Llegamos a la Iglesia, y decimos, "cuán amable tu
morada" (“how lovely is thy dwelling place”), y como Salomón oramos a Dios
en el templo. De alguna manera una vez que sabemos de Jesús, una vez que el
esta profundamente conectado a nuestros corazones, nos damos cuenta que no
tenemos adónde ir. En ningún otro lugar donde vamos a encontrar un hogar que
encontramos en Cristo. Like
Peter, we have no place else to go because Jesus is our home and our salvation.
Esta
pregunta de "¿A quien podemos ir?" me hizo recordar de otra pregunta con
que luchaba hace algunos años. Sentado en un laboratorio de computación enorme
en el Pontifica Universidad Católica de Chile en Santiago, yo miraba la una
pantalla de la computadora. “Wireless”
no existía en Chile en ese momento y llamamos al internet o “World Wide Web” la
"World Wide Wait" porque uno podría esperar cinco minutos o más para
ver una pantalla. Y aquí, después esperar abrir la página de mi cuenta de
Hotmail y, a continuación, haciendo clic en este correo electrónico particular
de mi vieja ministra de jóvenes, yo estaba enfrentada con una respuesta difícil.
"Sólo debe hacerlo si usted no puede hacer ninguna otra cosa".
La
pregunta que yo había hecho fue: "¿Cómo decido si soy llamado a ser
sacerdote?" Y ¡su respuesta me sorprendió!
¿Hacerlo sólo si usted no puede hacer otra cosa? Bueno, por supuesto
podría hacer otras cosas. Me crie con un concepto que uno se puede hacer casi cualquiera
cosa si uno pondría su mente a hacerla.
Sabía
que tenía habilidades de escribir, un don de estar con la gente y otros dones
que podrían aplicarse a muchas diferentes profesiones y vocaciones. Así que ¿qué
pudiera haber sido diciendo mi mentora? Y
finalmente, entendí. Ella no estaba hablando de lo que pude hacer físicamente.
Quería decir "sólo hacerlo si tu corazón no le deja hacer otra cosa".
Sólo seguir este camino si estás enamorado de este trabajo de ministerio, por
que si es caso contrario va a cansarse demasiada o dañar al pueblo de Dios
tratando de empujar su voluntad de hacer el Ministerio.
Only do it if it is the only
thing your heart will let you do, or it’s not your calling. This is what my former youth minister was
telling me.
De
la misma manera, Pedro, hablando con Jesús no dice que literalmente no puede ir
a cualquier otra persona. Vimos, en el comienzo de la historia, a los discípulos
dejando a sus familiares, barcos y amigos a unirse con la banda de Jesús.
Sabemos
que los discípulos no fueron todos huérfanos o parias sociales. The
disciples had other places and people to go to; it’s just that Jesus was the
only person they wanted to be with. Simplemente encontraron un hogar en Jesús que
reconocieron como un hogar eterno. Pedro va a decir a Jesús: "Tus palabras
son palabras de vida eterna. Nosotros ya hemos creído, y sabemos que tú eres el
Santo de Dios (Juan 6:69).” ¿Cómo pueden ellos volver a su vida pasada?
No
pueden, porque están enamorados del amor y el hogar que tienen en Jesús. Ningún
otro hogar se parece bastante correcto. No se pueden salir, incluso cuando
Jesús dice cosas terriblemente inquietantes sobre comer su cuerpo y beber su
sangre.
Y
esto es cierto para nosotros, también. La vida cristiana está llena de
contradicciones como esta: nos encontramos con un sentido de hogar y un desafío
en Jesús. Jesús a veces nos dará cosas duras a considerar, pero, como la
Eucaristía, sus desafíos nos dan vida. Jesus will challenge us and
comfort us at once sometimes, but even his challenges tend to give us life. Porque
sus palabras son duras de entender, algunos desearán volver, tal como vemos hacer
los discípulos menos enamorados en este pasaje de hoy.
Algunos
pueden desear una fe sencilla, que es blanco y negro, algo sanitaria, ¡no algo
desordenada que habla sobre comer la carne de Dios! Quieren algo fácil, no una
oferta de vida y la vulnerabilidad que les hace nervioso.
Si
aprendemos a abrazar la carne, el cuerpo de Jesús, su regalo de su vida,
empezamos a aceptar nuestra propia vulnerabilidad también. Nos estamos ligados
no sólo a Dios en Jesús en el espíritu, pero también estamos conectados en el
cuerpo. Reconocemos que esto nos hace imperfectos a veces pero aceptamos el
amor de Dios y seguimos, incluso cuando nos encontramos con situaciones difíciles
o desafiantes.
Jesús
se hizo totalmente vulnerable en compartir con nosotros su propia humanidad — en
ser dispuesto de morir para nosotros, con nosotros, y en esto compartió si
mismo de una manera profundamente íntima.
Jesus
shared his vulnerability, and even died for and with us, a profoundly intimate
act. A veces me siento más cercana a Jesús pensando en él
en la Cruz, consolando a su madre y al discípulo amado.
Jesús
ni siquiera tenía una cama de hospital para sus despedidas, pero una cruz.
Jesús
ofrece a sí mismo a nosotros — y su vulnerabilidad — en ese momento cuando los
discípulos podrían dejarle solo.
Nosotros estamos invitados a ser humildes y vulnerables junto a él. Con Pedro,
posiblemente nos damos cuenta de que con la verdad de Jesús en nuestros
corazones, no podemos dejarle a Jesús. We
might find that just like Peter, that if faced with the question from Jesus, “do
you also wish to go away?” That we wouldn’t be able to leave either, because
that Jesus truth is too deep in our hearts.
Siendo
vulnerables como cristianos, nuestras vidas pueden estar llenas de momentos
sorprendentes y a veces inquietantes, pero nosotros estamos atados y vinculados
a Jesús. Él es nuestro hogar. ¿A Quien Iremos?
Permítanme
terminar con un poema que expresa ese sentimiento para mí, "una Oración al
Dios quien se cayó del cielo" por John Shea:
Si
hubieras quedado
tacaño
en el cielo
y
nos hubieras mirado revolcarnos
con
toda la paciencia de un fumador de pipa,
Yo
rezara como una bala de oro
apuntada
a tu corazón.
Pero
la historia dice que lloraste
y
era tan pesada la lágrima
que
caíste con ella a la tierra
donde
como un barítono en un bar
nunca
es tiempo para ir a casa.
Así
que mueves entre nosotros
torciendo
cada línea recta en Picasso,
robando
besos de labios pinchados,
agarrando
nuestras manos en la oscuridad.
Así
que ahora cuando rezo
me
siento y giro mi mente como un botón de la televisión
hasta
que estás allí con las manos abiertas, grandes
extendiendo
mi vida ante mí
como
un mantel de la mesa dominical
y
estas trayendo una silla para ti
porque
ahora
el
secreto está afuera.
Estás
en casa. [1]
“You
are home.”
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[1]
Publicado en: http://orchardcommunity.blogspot.com/2010/12/god-who-fell-from-heaven.html. Traducción mía.
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