Propio 25A + El riesgo de amar en comunidad + 10.26.14

(http://alifeitself.com/2013/06/17/its-love-that-builds-community/)
M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Deut. 34:1-12; S. 90:1-6, 13-17; 1 Tes. 2:1-8; San Mateo 22:34-46)

Lo recuerdo bien.
Estaba allí, sentada con una diacona en mi iglesia de juventud. Y ella me dijo algo que me sorprendió.
“Tienes miedo de tomar riesgos,” me dijo. Y de inmediato me puse de la defensiva. No externamente, pero mi corazón decía “no me conoce realmente ella; ella no sabe lo que he enfrentado en mi vida, los obstáculos, los miedos que he enfrentado.” The deacon told me that I didn’t take risks, and I thought, she doesn’t know me, but then I wondered if she was right.
Pero todavía estas palabras resonaban en el silencio.
Yo estaba discerniendo para el ministerio, y ella lo dio en el clavo. Sí, yo hubiera tomado riesgos en el pasado. Pero esto iba a ser el riesgo más grande de mi vida. Confiar en Dios de esta manera. Vivir estos mandamientos de que habla Jesús hoy—amar a Dios y amar a mi prójimo—de una manera más fuerte que jamás hubiera hecho.
Un autor, hablando de esta carta de que leemos hoy, la primera carta de San Pablo a los en Tesalónica, dice que de hecho habla San Pablo de riesgo.[1] Paul’s message to the Thessalonians today has a lot to do with taking risks, too. Porque Pablo no dice que sus motivos son puros solo por hacerse aparecer como un buen líder, pero él entiende algo profundo de ser un cristiano. Él ha experimentado persecución en Filipos. Y él sabe que es posible que los tesalonicenses lo vayan a experimentar por pensar diferente de sus otros ciudadanos. Dice San Pablo: “Más bien, aunque, como ya saben, antes habíamos sido insultados y maltratados en Filipos, Dios nos ayudó a anunciarles a ustedes su evangelio, con todo valor y en medio de una fuerte lucha” (1 Tes. 2:2). Pablo sabe que este camino de amar a Dios y a su prójimo a veces cuesta, y él quiere darles ánimo para seguir adelante.
Pero ¿cómo mostramos el amor a Dios y a nuestro prójimo? Muchos dicen que la primera parte es fácil pero la segunda parte nos cuesta. Podemos amar a Dios y orar y alabar y estar enamorados de nuestro Señor y las bendiciones que nos provee. Pero es difícil a veces amar a nuestro prójimo. ¿Qué hacemos si el vecino es un borracho? ¿Si no respeta su lugar de estacionamiento? ¿Si tiene fiestas ruidosas?
Creo que este es una dicotomía falsa. No podemos amar a Dios sin amar a nuestro prójimo.
We only love God truly by loving our neighbor. Porque si lo piensan así—amar a Dios en oración solamente puede servir solo nosotros, no Dios. Yo puedo orar todo el día pero estar enfocada en mi misma todo el tiempo. Pero Jesús  (o el Rey) dice- “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron” (Mateo 25:40). Y es cierto. La única manera que realmente podemos mostrar que amamos a Dios es en amar a nuestro prójimo. Es bien interesante que Jesús comparta esta verdad casi al mismo tiempo que Rabino Hillel dijo algo casi igual a sus seguidores en la tradición Judía.[2] Hillel dijo: “Lo que es odioso para ti, no se lo hagas a tu vecino. Esto es la totalidad del Torá; todo lo demás es comentario.”[3] Casi cada tradición tiene una “regla de oro” así. Almost every tradition has a Golden Rule to love your neighbor as yourself. Lo que me dice que Jesús estaba compartiendo una verdad bien importante. Pero lo interesante es que esta cosa de amar a tu prójimo, que viene del libro de Levítico, no tradicionalmente se asociaba con la primera parte—de amar a Dios con todo su corazón, alma y mente.  La primera parte es obviamente importante, y se llama la Shemá, y es el empiezo de cada servicio en la sinagoga judía.[4]  L o que yo me encanta porque siento que Jesús nos muestra en esta simple conexión que el hecho de amar a Dios y de amar a su prójimo son iguales. Lo que hicimos por los más humildes hermanos, lo hicimos para Jesús. Si alabamos en el templo, pero lo sacamos afuera, a los necesitados. El amor de Dios aprendemos aquí y practicamos afuera (y aquí uno con el otro).
Pero también todos conocemos gente que dicen que no necesitan a la iglesia porque pueden encontrar a Dios en cualquier lugar. Pueden orar en su casa. A ellos tendría que decir yo que no entienden lo que dice Jesús todavía. Porque Jesús dice que tenemos que estar en comunidad—amando al prójimo—para realmente estar en una relación con Dios. Este no es un vuelo en solitario. Tenemos que estar en comunidad, ano tras ano, tratando de amarnos uno al otro, para realmente mostrar el amor de Dios que nos tenemos adentro.
We only love God well in community, and that’s why church is important.
Esto es porque este fin de semana que viene es bien importante para nosotros en Todos los Santos. El sábado que viene tenemos la misa de funeral para Glenn Brown, de nuestra amada pareja de Glenn y Laurette Brown, en el día de Todos  los Santos. Y domingo es el Domingo de Todos los Santos, nuestra fiesta patronal, en la cual celebramos todo lo que somos como una iglesia en celebrar juntos.
Porque juntos hacemos todo mejor. Juntos mostramos amor con el vecino mejor. Piensan en Pan de Vida o los que trabajan en la dispensa. Todo esto nos muestra un amor de nuestro prójimo aquí en Oxnard que es mucho más fuerte por estar en colaboración. Y es por esto que pedimos cada ano que renueven su promesa a Todos los Santos. Es solamente una sola parte de seguir a Cristo, pero para nosotros como iglesia es bien importante. Porque su promesa nos ayuda a compartir el amor de Dios en Oxnard. Somos una presencia para nuestros feligreses y para los más humildes en nuestra comunidad que necesitan saber del amor de Dios. Todo lo que hacemos—de pagar mantenimiento para la iglesia hasta mi salario y el de los otros empleados, hasta las maneras más obvias como Pan de Vida—muestra el amor de Dios en Oxnard. Y lo hacemos juntos. Amamos en comunidad.
El mayor riesgo que tome en mi vida fue entrar en el ministerio, pero con esto también empecé una práctica. Around the same time I prepared for the ministry, I also took the risk of beginning to tithe or give ten percent of my income. Empecé a dar un diezmo, o un diez por ciento de mis ingresos a la iglesia y/u otra caridad. Este fue un riesgo para mí, confiar en que si yo diera a Dios, que él me iba a devolver lo que necesitaba para vivir. Pero cada mes he dado, y cada mes he recibido lo suficiente para vivir. Cada año tratamos de dar así, o un poco más del diez por ciento de mi sueldo, y Dios nos ha bendecido con lo que necesitamos.
Cuando piensan en sus promesas este año, favor de tomar un riesgo. Un riesgo de amar a Dios en comunidad, y de mostrar amor para su prójimo un poco más este año.



[1] Beverly Roberts Gaventa, First and Second Thessalonians – Interpretation Series (Louisville, KY: John Knox Press, 1989), 27.
[2] http://en.wikipedia.org/wiki/Hillel_the_Elder
[4] Patrick Gray, “Exegetical Perspective: Matthew 22:34-46,” Feasting on the Word, Year A, Vol. 4.

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