Adviento 3 (B) + !No apaguen la luz! +12.14.14

M. Campbell-Langdell+
All Santos, Oxnard
(Is. 61:1-4, 8-11; Magnificat (Luke 1:46b-55); 1 Tes. 5:16-24; Juan 1:6-8, 19-28)
Alrededor de esta época del año, un año que estaba yo en la escuela secundaria, nuestra maestra de música nos enseñó cantar esta canción de la tradición judía, una cantada por el grupo Peter, Paul and Mary. El refrán va así:
“Don't let the light go out.
It's lasted for so many years.
Don't let the light go out.
Let it shine through our love and our tears.”[1]
Quiere decir que no debemos dejar que la luz se apague por que ha lucido por años, por nuestro amor y por nuestras lágrimas. Es de la fiesta de Hanukah de los judíos, que celebra la victoria militaría de los macabeos y la reclamación del templo y la identidad judía, y en la que el óleo en el templo no se apagó por ocho días, lo que pareció un milagro. Esto pasó en medio de un asedio durante el periodo de los macabeos. La fiesta recuerda la bondad del Señor y la esperanza que en el ponemos. Y un amigo notó el otro día que los ocho días de Hanukah coinciden este año con las Posadas, los nueve días antes de la Navidad. This year Hanukah and the Posadas before Christmas coincide!
Aquí en 1º Tesalonicenses recibimos un consejo de no apagar el fuego del Espíritu, y la palabra griega aquí, me sbennute, se traduce como “no apague” o “no extingue.” Es la misma palabra que el escritor del evangelio de San Mateo ocupa en la historia de las diez muchachas  cuando las muchachas despreocupadas dicen que sus lámparas se van a apagar (Mat. 25:8).[2] Uno tiene una idea de que no estamos hablando de un fuego literal aquí tanto como el fuego en nuestros corazones que se mantiene en oración.   One gets a sense here that we are not talking about literal flame but the flame of light in our hearts that must be maintained in prayer. Y noten que las muchachas despreocupadas no dicen que sus lámparas “están apagados” pero que “están apagando.” San Pablo conseja a los Tesalonicenses aquí de no apagar su fuego interior.
La primera estrofa de la misma canción “Light One Candle” sobre los niños macabeos dice:
“Light one candle for the Maccabee children.
Give thanks that their light didn't die.”[3]
Y continua de describir como estamos prendiendo la vela por el dolor que sufrieron, para la justicia y la libertad y para la sabiduría de saber cuándo es la hora de ser un instrumento de paz en el mundo.
Y nosotros sabemos que ahora es el tiempo de nuestro gran pacificador, Jesucristo. We know that our own peacemaker’s time is at hand.  ¿Que podamos hacer para avivar el fuego y para prender la luz de la vela dentro de nuestros corazones?
Irónicamente, a pesar de la alegría de esta época del año, a veces el fuego de nuestros espíritus es tenue en estos tiempos, con todos los quehaceres y toda la preparación. How can we make sure the light does not go out as we get so busy with the holidays?
Isaías nos dice que lo que ayuda es recordar las demandas de justicia y de la libertad.
En Isaías vemos temas del año de jubileo, el año de la restauración. Recordamos que la luz de todos esta extinguido si cualquier hijo o hija de Dios está sin la esperanza. Isaiah reminds us that it is in caring for the poor and the oppressed that we keep our own flame lit.
“El espíritu del Señor está sobre mí,
porque el Señor me ha consagrado;
me ha enviado a dar buenas noticias a los pobres,
a aliviar a los afligidos,
a anunciar libertad a los presos,
libertad a los que están en la cárcel;
a anunciar el año favorable del Señor (Isaías 61:1-2ª).”
Así que, ¿cómo avivamos, y no apagamos, el fuego del Espíritu, el fuego interior? Podemos orar, por supuesto, y así prender la vela interior. Pero después, llevamos esta luz hacia el mundo. After we pray, we must take that light out into the world and do justice.
En el evangelio de San Juan hoy día, escuchamos que el papel de Juan el bautista es dar testimonio de la luz. Y él es el modelo de un proto-discípulo, o el primero quien nos punta a Jesús y nos empieza a mostrar cómo seguir a Jesús. Juan 1:6-8 dice hubo un hombre llamado Juan, a quien Dios envió  como testigo, para que diera testimonio de la luz y para que todos creyeran por lo que él decía.  Juan no era la luz, sino uno enviado a dar testimonio de la luz.”
Ustedes, hombres y mujeres enviados por Dios a este mundo (porque todos somos), ¿Cómo es que Ustedes son testigos de esta luz? How are you showing the light of God in your life? Porque Juan nos muestra que seguir a Cristo es testificar a la luz.

 Yo tenía una clase en el seminario, llamado “Contemplación y Acción” y la idea fue que necesitamos ambos el tiempo de reflejar y tiempo para servir a los demás y de tomar acción para vivir una vida en llamas del fuego del Espíritu Santo. We need both contemplation and action to live a full life of faith. Esto me hace pensar en la Virgen María.
Porque la Virgen María no solo dio testimonio a la luz, pero ella dejaba a la luz entrar en el mundo, por medio de su propio cuerpo. Que Dios más gracioso tenemos ¿no? Para no empujarnos pero ¡pedirnos dar la bienvenida a la luz! Escuchamos su canto “Magníficat” de María hoy, y la celebramos con el color a rosa. The Virgin Mary reminds us to testify to the light and to welcome the light into our own world.
En su Magníficat vemos una reflexión de las palabras del profeta Isaías:
“¡Cómo me alegro en el Señor!
Me lleno de gozo en mi Dios,
porque me ha brindado su salvación,
¡me ha cubierto de victoria!
Soy como un novio que se pone su corona
o una novia que se adorna con sus joyas” (Isaías 61:10)
Se convierte en:
“Mi alma alaba la grandeza del Señor;
 mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador.
 Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava,
y desde ahora siempre me llamarán dichosa;
porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas.
¡Santo es su nombre!” (Lucas 1:46b-49)
Nosotros también podemos regocijar en el Señor, si encontramos maneras de dar testimonio de la Luz. We can also be joyful in God by finding ways to testify to the Light.
Posiblemente pueden participar en Pan de Vida esta tarde, aunque puede ser que todavía tenga más regalos para comprar. O posiblemente puede comprar un poco más comida cuando esta de compras para la cena de Navidad, para darla a la dispensa. O posiblemente puede comprar unos regalitos cuando va de compras para sus nietos o niños o sobrinos, pequeños regalos que pudiéramos dar a los niños de la iglesia esta Navidad.
¿Cómo trabaja Usted en su vida para no apagar el Espíritu pero para avivar el fuego de su propia fe? ¿Cómo puede Usted calmarse lo suficiente como para dejar dar la bienvenida a la luz de Cristo de nuevo esta Navidad? ¿Para dar la bienvenida a la esperanza en el mundo?
Así que, no apaguen el fuego del Espíritu.
And…
“Don't let the light go out.
It's lasted for so many years.
Don't let the light go out.
Let it shine through our love and our tears.”[4]



[2] William Brosend, “Theological Perspective: 1 Thessalonians 5:16-24,” Feasting on the Word, Year B, Vol. 1.
[3] “Light One Candle,” ibid.

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