Pascua 3 (B) + el rostro de Dios + 4.19.15

Volto Santo of Manoppello, foto por Paul Badde
Melissa Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard

Pero como ellos no acababan de creerlo, a causa de la alegría y el asombro que sentían, Jesús les preguntó:
— ¿Tienen aquí algo que comer?
Yo experimenté algo que me dio una pequeña idea de esta experiencia que los discípulos tenían en este primer momento de ver al Jesús resucitado en estas semanas pasadas. I experienced a tiny bit of what this might have been like for the disciples these past couple of weeks. Leí un libro llamado The Face of God (o El Rostro de Dios) por Paul Badde, un periodista alemán que trabaja en Roma. Él escuchó que algunos en la iglesia Católica Romana estaban hablando sobre una tela especial en una iglesia en un pueblo pequeño en las montañas Abruzzo en Italia, y en el proceso de estudiar, vio que esta tela extraordinaria corresponde con el Sudario de Turín, una lienza que muchos creen envolvió el cuerpo muerto de nuestro Señor. En un libro de más que 300 paginas el describe en detalle cómo cree que posiblemente este pequeño cuadro de tela, hecho de la seda fina llamado byssus de unos mejillones, puede contener la impresión casi fotográfica de Jesús en el momento de la resurrección. Él no lo dice en esas palabras, pero explica cómo esta tela es tan fina que no se puede pintar en ella, y él ocupa ciencia y las palabras de expertos para mostrar que esto puede ser una verdadera imagen de Dios en Jesucristo.
Al inicio del libro, yo dudaba mucho este excursus, pero después me empecé a preguntar “¿por qué no?” ¿Que maravilloso seria, no, si tuviéramos grabado este instante, en el que nuestro Señor Jesús, quien fue realmente y completamente, pon una lanza en su costado, muerte, fue resucitado a la vida, y en un cuerpo eterno? How wonderful would it be if this were really the first image of the resurrected Christ? Y de hecho hay algo en mirar los ojos de la imagen, de este vero-icono, que al mismo momento fascina la mente y lo quiere rechazar.
No es una foto. Probablemente no es pintado, pero parece así. Es un misterio. Si creen que esto es una verdadera imagen de Dios o si su relación con Jesús no tiene que ver con una imagen, está bien. Me gusta solo pensar en lo milagroso que fue este instante, en que la luz y el amor de Dios rompieron las cadenas de la muerte y nos mostraron que realmente estamos en su mundo de Dios. We truly are in God’s world. No en el mundo ordenado por los poderes humanos o los poderes malignos.
¡Que misterio!
Cuando vemos un misterio, nuestros corazones sienten gozo profundo, pero nuestras mentes están lentas para aceptarlo.
Así fueron los discípulos, pero aún más, porque allí estaba Jesús, en la carne. Jesús, quien fue muerto y ahora esta nacido de nuevo, y en un cuerpo que, como dijo Bill la otra semana, todavía llevaba las heridas, las cicatrices.
Y lo primero que él hace es mirarlos y compartir su paz. His first act is to look at the disciples and share his peace with them.
¿Pueden imaginar lo incrédulos que sienten los discípulos en este instante?
Y cuando el vea que ellos todavía no están capaces de comprender, él sabe que tiene que mostrarlos que no es una fantasma, pero es de carne. Tiene hambre. Y ellos le dan un pedazo de pescado. Otro misterio de nuestra fe—vemos algo extraordinario, y después, hay que comer, hay que hacer las cosas de vida. En la oración que hacemos para la Santa Comunión, siempre hablamos que los actos maravillosos que Dios ha hecho tras la historia, y luego, ¿Qué hacemos? Comemos. Sí, no es cualquier pan o vino, pero la sangre y el cuerpo espiritual de Cristo, pero todavía es la verdad que nos conectamos con los elementos cotidianos. There is always that interplay between the sacred and the everyday.
Pero Jesús no queda allí en ese momento maravilloso con ellos, en su forma resucitada, comiendo a su lado como siempre hacia antes. No, porque ahora las cosas han cambiado. Él no puede quedar, pero tiene que depender de nosotros. Para compartir las buenas nuevas que son—perdón y reconciliación. Encapsular las buenas nuevas así parece una simplificación profunda, pero la verdad es que son los elementos básicos. ¿Cómo puede uno entender e incorporar en su vida las verdades intemporales de la Biblia, si no ha sentido en lo más profundo de su corazón, el perdón de Dios, y la reconciliación con Dios en comunidad? You have to feel God’s forgiveness and love in order to understand God’s Word. Siempre queda todo este entendimiento en la mente y nunca llega al corazón si no hay antes ese momento profundo de recibir el amor y el perdón de Dios. Si no recibimos esto, estamos cautivos en nuestros pecados, es decir, todo lo que nos separa de Dios.
Y es nuestro deber compartir este mismo amor uno con el otro. El otro día escuché una entrevista entre Krista Tippett y John Lewis, el congresista de Georgia quien fue uno de los lideres junto a Martin Luther King, Jr. en los eventos del movimiento para los derechos civiles en los sesenta.[1] Y él describió como cuando él marchaba y enfrentaba a los policías que querían atacarlo, él los miraba con amor, tratando de ver en ellos los niños preciosos que fueron con sus mamás. John Lewis would look at the policemen and see them as the beloved children they once were to their mothers and will always be to God. Y este amor, un amor fuerte y realista, no el amor romántico de que escuchamos hablar, esto me hizo pensar en Jesús, y como él nos mira.
El escritor Paul Badde cita al filósofo judío Emmanuel Levinas quien dice “una cara desarmada, puede desarmar a la otra persona.” Paul Badde quotes a Jewish philosopher who said “A disarmed face can disarm the other person.” [2] Y esto es lo que Jesús hace a nosotros. Nos desarma con su amor, y nos invita a contagiar el mundo con su amor que rompe las barreras, no solo de la muerte y de los poderes de este mundo, pero que también rompe nuestros corazones para reconstruirlos en su imagen.
Seremos como él. Es un misterio. Este realmente es el mundo de Dios. ¡Aleluya!



[1] “Transcript for John Lewis—The Art & Discipline of Nonviolence,” por Krista Tippett, January 15, 2015 (http://www.onbeing.org/program/john-lewis-the-art-discipline-of-nonviolence/transcript/7229).
[2] Paul Badde, The Face of God: The Rediscovery of the True Face of Jesus: On the Holy Face of Manoppello (San Francisco: Ignatius Press, 2006), 318.

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