Pascua 3 (C) + Amados, seguimos + 4.10.16

(pixabay.com)
M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Hechos 9:1–6, (7–20); Salmo 30; Revelación 5:11–14; San Juan 21:1–19)
Algunos de Ustedes posiblemente vieron un artículo en el periódico hace un par de semanas sobre una pareja en Santa Clarita con una niña en acogida quienes tenían que darla a unos familiares de ella en Utah. En sí mismo no fue un evento extraño pero fue más difícil porque habían tenido un largo proceso en las cortes, y la familia de acogida fue muy convencida que la niña iba a ser suya. Viendo las fotos, sentí tan triste para la familia, pero también imaginé el gozo de su familia en Utah en recibirla.
Había una cita en el artículo de alguien que dijo que pedimos de los padres de crianza amar a un niño como si es suyo y luego dejarlo ir. Es algo casi imposible de hacer, bastante difícil.
[1]
Este artículo realmente me atrajo la atención porque, como muchos saben, Pastora Alene y yo estamos en el proceso de ser padres de crianza. This story about the girl being moved from a foster family to distant relatives in another state really caught my eye because, as many of you know, Pr. Alene and I are in the process of becoming foster-adopt parents. El proceso es muy semejante a solo ser padres substitutos pero también tiene la posibilidad de que podamos adoptar cualquier niño puesto en nuestra casa. Cuando le conté esto a una amiga recientemente, y especialmente la parte de que aunque hemos estado en un proceso largo y aun si niños están puestos en nuestra casa, no es seguro que vamos a poder adoptar, ella puso su cabeza en sus manos, diciendo “¡O, Melissa!”  Y yo la entendí. ¿Cómo puede uno recibir un niño en su hogar, abrir su corazón a él o a ella, y posiblemente dejarlo ir?
Pero al mirar la escritura de hoy en el evangelio de San Juan, pienso que nosotros como seres humanos estamos dispuestos a este deseo de compartir amor aun si no está devuelto porque Dios nos ama así también. But, looking at today’s scripture from the Gospel of John, I cannot help but think that we humans feel this desire to love and care for others precisely because this is how God loves us.
Toma Jesús y Pedro. Aquí están cerca del fuego encendido en la playa. Y no sé si recuerdan, pero la última vez que vimos a Pedro junto a un fuego, él estaba negando a Jesús. Tres veces lo negó. Y ahora, tres veces Jesús le pregunta si lo ama. Ahora en español, a diferencia al inglés, podemos ver que hay dos palabras aquí para amor. Jesús ocupa la palabra “agapao” que aquí se traduzca como “amar.” Y Pedro ocupa la palara “phileo” que aquí se traduzca como “querer.” Jesus is talking about agape, which is here translated as a more all-encompassing love; the love of God. And Peter responds talking about “phileo”, what is called “philia” or brotherly love in many places. De una manera, es casi como están en una plática del estilo que pasa entre los hombres cuando la fiesta casi termina, muy de noche. Es un poco… awkward. Jesús dice, “hermano, ¿me amas? ¿Realmente me amas?” Y Pedro dice, “Si, ¡tú sabes que te quiero mucho, como un hermano!” Es como Pedro realmente ama a Jesús pero tiene un poco de dificultad en expresarlo. Le hace un poco incómodo expresar amor de esta forma. Y se entiende.
Porque… ¿Pueden imaginar cómo sintió Pedro aquí? Can you imagine how Peter is feeling here after denying Jesus? Probably pretty ashamed. And sometimes that makes it hard to express your feelings. Pedro probablemente siente muy avergonzado. En los días recientes, él ha expresado su devoción completa para Jesús, diciendo que hasta se muere por él. Y luego, cuando todo se pone difícil, ¿Qué hace? Niegue a Jesús, a su Señor. Y ahora viene Jesús, hablando de “¿Cuánto me amas?” Y es todo demasiado.
No sé si han experimentado vergüenza pero es bien debilitante. Se puede sentir casi en parálisis emocional. Así que, aun cuando uno ama a alguien, puede ser bien difícil expresarlo bien.
Y esto me hizo pensar en cómo Pedro y nosotros somos todos un poco como niños en acogida, a veces. Queremos amar a Dios. We are all a bit like foster kids or rebellious teens at times. We really want to love God. Y de hecho sí amamos a Dios. Pero a veces sentimos bien vergonzosos. Y realmente no sabemos cómo amar a Dios bien. No sabemos cómo expresarnos bien. Y tenemos miedo, y no sabemos si Dios nos va a amar de regreso. Si un niño o niños están puesto en nuestra casa, Alene y yo no tenemos garantía de que este niño va a quedar con nosotros, ni sabemos si queda, si nos va a amar de regreso. Y es el mismo riesgo que Dios toma con cada uno de nosotros. God risks that we may not love God back. Dios nos creó con la opción de que no íbamos a amarlo de regreso. A veces este me llena de asombro. Pero tiene mucho sentido. Porque sin elección no hay amor verdadero. You can only really love if you can make the choice. Dios sabe esto.
Pero hay algo bello aquí en la interacción entre Jesús y Pedro. Porque la tercera vez que Jesús le pregunta de Pedro si lo ama, cambia su palabra y entonces la pregunta es “¿me quieres?” Jesus, now in tune with Peter, says, “So man, you love me like a brother?” Y lo interesante aquí es que Pedro se pone triste. Posiblemente esta avergonzado, porque ahora Jesús ocupa la palabra menos fuerte para expresar la emoción tan fuerte entre los dos. Posiblemente. Pero imagino que Pedro fue más conmovido que triste aquí. Porque, después de todo lo que habían vivido juntos, y todo lo que Jesús había sufrido, Jesús lo amó lo suficiente como para llegar a donde estaba Pedro, en vez de viceversa. Even after everything they had been through, Jesus loved Peter enough to meet him where he was, not where he wanted him to be. Lo amó lo suficiente como para conectar con él de la manera de que el pudiera. Lo aceptó y aceptó a su amor, aunque fue pobre. Y hace lo mismo por nosotros. Aun cuando estamos avergonzados o no sabemos cómo amar bien a Dios.
Porque somos herederos con Cristo por adopción en Dios. Y Jesús no solo nos ama como hermano cualquier, pero con el amor universal de Dios.
Y el amor es un don que debe estar compartido. Así que tenemos que cuidar a sus ovejas. A veces esto es algo bien literal. Me encanta cuando tenemos comidas básicas para dar de la oficina a la gente indigente que viene a nuestra oficina, en los momentos cuando la dispensa no está abierta. Uno nunca sabe cuándo una persona sin hogar va a venir y tendremos la oportunidad de literalmente cuidar a una de las ovejas de Jesús. A veces estas personas tienen problemas mentales o con vicios o abuso, y por esto no van regularmente a recibir comida en otros lugares, pero aquí tienen un lugar seguro, y comida cuando lo tenemos.
Pero a veces tenemos que cuidar a las ovejas de otra forma.
Sometimes feeding the sheep is literal and sometimes it is sharing love by listening or showing that you care. A veces se trata de escuchar bien a nuestro hermano extranjero aun si él nunca le devuelva esta atención o cuidado.
Y esto es algo riesgoso. Al fin del pasaje del evangelio de hoy, Jesús le dice a Pedro que no solo lo tiene que amar, negando sus propias negaciones. Pero que también va a dar su vida por él, lo que antes dijo. Jesús lo dice que va a estar llevado a donde no quiere ir. Y a veces nosotros también tenemos que hacer sacrificios.
Pero lo seguimos de todos modos, aun si a veces sentimos tan ciegos como Pablo en el camino hacia Damasco. We keep on following, even when we know that at times we will have to sacrifice. Porque esa es la vida cristiana; escuchar, amar y seguir.
Sabiendo que lo hacemos porque primero Dios nos amó.
Así que ven, amémonos de corazón, cuidamos a las ovejas, y seguimos a Jesús.



[1] Hailey Branson-Potts, “Santa Clarita foster parents appeal to state Supreme Court in tribal custody battle,” March 23, 2016, http://www.latimes.com/local/lanow/la-me-ln-native-american-santa-clarita-foster-20160321-story.html

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