Propio 23 (A) + Mesa de Bienvenida / Party On! + 10.15.17
M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Éxodo 32:1–14; S. 106:1–6, 19–23; Fil.
4:1–9; Mateo 22:1–14)
Acabamos de ver de nuevo la
película "Wayne’s World" (1992) con Génesis. Es bien tonto y muy
profano a veces. Pero muchos de ustedes puedan recordar su refrán bonito:
"Party on, Garth. Party on, Wayne!"
Creo que esta parábola puede
enseñarnos un par de cosas sobre cómo ser parte de la fiesta.
Así que, hablamos de esa
parábola. Ah, la parábola del banquete de la boda. Tan bella y dura a la vez.
Todos son bienvenidos. Pero si no lleva la camiseta correcta, va a estar botado
a la oscuridad. ¿Eh, Mateo, when did you go nutso / cuándo te puso loco? ¿Cómo
hacemos sentido de esto?
Para mí, esta parábola nos habla de dos grandes preguntas. Uno es sobre quien invitamos a la mesa, ya sea una fiesta de boda, o una iglesia. Pero otra es sobre cómo respondemos cuando somos invitados a la mesa y cómo que nos relacionamos con los otros huéspedes.
Para mí, esta parábola nos habla de dos grandes preguntas. Uno es sobre quien invitamos a la mesa, ya sea una fiesta de boda, o una iglesia. Pero otra es sobre cómo respondemos cuando somos invitados a la mesa y cómo que nos relacionamos con los otros huéspedes.
La fiesta de bodas es tanto una
parábola sobre el Reino de Dios tanto como una descripción astuta del mundo por
Jesús. Jesús dice que aunque Dios ha invitado a todos a la fiesta, no todo el
mundo puede manejar brillo especial de Jesús, o su elección de novia (eso
siendo todos nosotros) y así que no todos podrán entrar en el Reino en el
primer paso.
Así que ¿qué pasa aquí? Hay un
rey y su hijo se está casando, que sabemos que en los tiempos antiguos fue un
evento grande, de varios días; una cena
de gala en el mundo antiguo. Y él invita a aquellos de su grupo social. Y dicen
no. Tienen otras cosas que hacer. Sabemos que este no fue una manera de
deshonrar el rey. Algunos de ellos no simplemente digan no, pero matan a sus
siervos, los mensajeros que fueron a compartir la palabra. Estos pueden ser las
autoridades religiosas del tiempo de Jesús que, aunque podría haber tenido el
discernimiento espiritual para ver lo que él estaba trayendo al mundo, no quería
entender y por lo tanto no lo aceptaron, por un lado haciendo cosas muy mundanas,
y tristemente, por otro lado más extremo, matando a los que trajeron la
mensaje, matando incluso al hijo.
Entonces el rey envía a los
sirvientes hasta las carreteras y caminos, donde tipos de menos renombre se
quedaba y los invitaron. Por supuesto, no queriendo pasar por alto una comida
gratis, vienen. Pero no todos saben cómo responder a esta gracia. Porque esta
fiesta es nuestra libertad y la salvación en Dios, no principalmente una fiesta
real. Y para explicar, en fiestas antiguas, puesto que la ropa era más difícil de
obtener, tenían ropa disponibles para los asistentes más pobres para que
pudieran usarlas y sentirse parte de la fiesta.[1] La traje de boda aquí es un símbolo para
la práctica espiritual de estar en el estado de gracia que responde al amor de
Dios y activamente comparte ese amor con otros. Es un poco de lo que Pablo está
hablando aquí en su mensaje a los Filipenses hoy (4:1-9) cuando él está
diciendo: "Alégrense siempre" y “piensen en
todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, etc.”. Como
sabemos por nuestra práctica de invitar a todos a nuestras puertas, no todo el
mundo va a ser capaz de manejar la gracia de Dios o nuestra hospitalidad. La mayoría
si responde bien, y eso es maravilloso. Pero algunos tienen que aprender
algunas cosas sobre estar en la fiesta de Dios. Y eso es una parte del proceso
de aprendizaje, también.
Esta última semana, como muchos
de ustedes saben, estuve en una conferencia llamada “Radical Beauty” o "Belleza
Radical," acerca de cómo usar el arte para responder a los heridos de
nuestro mundo y responder a través del ministerio. Escuchamos del poeta Natasha
Trethewey, un poeta laureado de los Estados Unidos, sobre su experiencia como
una persona de raza mixta, blanco y negro, en el sur, y ella describe la
extraña experiencia de exilio que una persona de color siente cuando hay los monumentos
a las personas que quieren que una persona de color no debe ser ciudadano. Esto
me hizo pensar en nuestro país, y como practicamos y a veces no practicamos
la bienvenida uno al otro. Mientras que aquí en el sur de California tenemos muy
pocos monumentos a los generales Confederados, tenemos monumentos en nuestro
medio que pueden hablar de juicios similares sobre quien pertenece aquí y quien
debe estar fuera. Por ejemplo, estamos hablando sobre la construcción de un
monumento aún más grande de la pared con México. Who is welcome and who is not?
El exilio que Trethewey describió va ambas maneras.
Debido a la ruptura del diálogo entre los diferentes grupos, mucha gente en el
lado conservador del espectro político teme una pérdida de su vida como la
conocen como americanos porque la cultura de los Estados Unidos continúa
llegando a ser más diversa.
Si nos fijamos en nuestras propias
vidas, es posible que encontraremos que justo como uno se puede amar la
diversidad creciente de los Estados Unidos, uno también puede luchar con
frustración sobre cómo cambian las cosas. O puede haber momentos cuando se
siente que no entiende la cultura a tu alrededor. ¡Lo siento cada día, cuando
aprendo un nuevo aspecto de la cultura adolescente!
Pero ¿cómo podemos tomar esa
frustración y convertirlo en alegría? How can we turn mutual frustration into
mutual joy? ¿Cómo podemos nosotros continuamente volver a llevar el traje de
boda para ser parte del partido? Creo que este es el mismo desafío que Jesús
nos da hoy.
Tengo dos imágenes que pueden
ayudar a iluminar este concepto:
Uno fue en la conferencia, cuando
una pareja de artistas pusieron palomitas de maíz en un pequeño fabricante de
palomitas de maíz y lo empezaron a preparar. [Dijeron: ¿no es esta interesante?
¿La oyen? ¿Lo huelen? ¿No quieren venir y experimentar esto? Y dijeron: Esta es
la iglesia.
Y entonces uno de ellos sacó la tapa y dijo: no, esto es iglesia. De repente, estaban volando las palomitas hacia fuera por todas partes, la mayor parte reventados, algunos sin palomita. Esta es la iglesia, dijeron.
Y entonces uno de ellos sacó la tapa y dijo: no, esto es iglesia. De repente, estaban volando las palomitas hacia fuera por todas partes, la mayor parte reventados, algunos sin palomita. Esta es la iglesia, dijeron.
Otra imagen es de un concepto que
aprendí en la conferencia de “The People’s Supper” o “La Cena del Pueblo”. En
ella personas de todas las procedencias diferentes se sientan juntos y partan
el pan y hablan intencionalmente en grupos pequeños de 8-12 como una forma de
comenzar a aprender unos del otro. Esto es para crear un puente ideológico sobre todo que nos divide en nuestra sociedad.
Los grupos tienen un acuerdo, una "invitación a espacio valiente", y
va como esto:
"Juntos creamos espacio valiente
"Juntos creamos espacio valiente
Porque no hay ningún 'espacio [completamente] seguro':
Existimos en el mundo real
Todos llevamos cicatrices y hemos causado heridas.
En este espacio buscamos disminuir el volumen del mundo
exterior,
Amplificamos voces que luchan por ser escuchado en otros
lugares,
Llamamos unos a otros para vivir más verdad y el amor
Tenemos el derecho de iniciar en algún lugar y seguir
creciendo.
Tenemos la responsabilidad de examinar lo que creemos que
sabemos.
No seremos perfectos. Este espacio no será perfecto.
No siempre será lo que deseamos que sea
Pero va a ser nuestro espacio valiente, y
Vamos a trabajar lado a lado en él."
(Micky
ScottBey Jones, www.thepeoplessupper.org)
Tal vez, esto es iglesia. Salir al
mundo un invitando a todos. Los que tienen han construido becerros de oro con
nuestros recursos preciosos y que han arruinado lo que sentimos es santo. Quienes
creen algo como nosotros pero tienen una manera diferente de vivirlo. Y todos
en el medio.
Y tal vez, esto es iglesia. Venir a la iglesia y de hecho a cada momento de tu vida recordando que somos lavados en la sangre del cordero. Llevar el traje de boda de la gracia de Dios. Así que nada le puede hacer daño o sacar de Uds. la alegría de ser cristiano. Y así, también, puede ser un huésped digno de Dios.
Y tal vez, esto es iglesia. Venir a la iglesia y de hecho a cada momento de tu vida recordando que somos lavados en la sangre del cordero. Llevar el traje de boda de la gracia de Dios. Así que nada le puede hacer daño o sacar de Uds. la alegría de ser cristiano. Y así, también, puede ser un huésped digno de Dios.
Para que podamos todos, en las
inmortales palabras de "Wayne’s World," "Party on!"
[1] Bruce y Rohrbaugh, Comentario de las ciencias
sociales en los evangelios sinópticos (Minneapolis: Fortress Press, 2003),
111.
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