Trinidad C + 6.12.22
Melissa
Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Proverbios 8:1–4, 22–31; Cántico 6; Romanos 5:1–5; San Juan 16:12–15)
“El Señor me creó al principio
de su obra, antes de que él comenzara a crearlo todo. Me formó en el principio
del tiempo, antes de que creara la tierra. Me engendró antes de que existieran
los grandes mares, antes de que brotaran los ríos y los manantiales. Antes de
afirmar los cerros y los montes, el Señor ya me había engendrado; aún no había
creado él la tierra y sus campos, ni el polvo de que el mundo está formado.
Cuando él afirmó la bóveda del cielo sobre las aguas del gran mar, allí estaba
yo.”
Esto escuchamos de la lectura
de Proverbios de hoy. Y nos hace recordar que el tiempo de Dios es diferente al
tiempo de nosotros. A lo largo de la vasta extensión del tiempo, Dios en su
sabiduría nos revela conocimiento cada día a medida que somos capaces de recibirlo.
Hoy es el domingo de la Trinidad, un momento en el que reflexionamos sobre uno
de los misterios más asombrosos de nuestra fe: cómo Dios puede ser un Espíritu
y paloma numinoso y un abogado en la tierra, un hombre físico que vivió entre
nosotros, enseñándonos y señalándonos el camino quien murió y luego fue
resucitado, y el Creador de todas las cosas, más fácilmente llamado Padre por
las culturas del mundo pero más allá del género y la forma específica: solo
sabemos que somos a imagen de Dios, pero dado que Dios es tres en uno, eso
podría significar muchas cosas. ¿Es imperativo comprender el misterio de la
Trinidad? No, creo que no entenderemos a Dios por completo hasta que estemos
cara a cara con nuestro hacedor, compañero y amigo. Pero vale la pena el esfuerzo
de profundizar en el misterio. De dejar que nuestros corazones imaginen el
panorama general por un tiempo.
Muy pocas cosas nos ayudan a
recordar lo que es más importante que el bautismo de un niño. Hoy será
bautizado el pequeño Daniel Serrano. Sus padres y padrinos afirmarán una fe
para él. Una fe que no entiende ahora, y una fe en la que crecerá, incluso si
flexiona con su viaje. No bautizamos solo para proteger a los jóvenes,
bautizamos para mostrarles un camino en el que caminar, aunque sabemos que cada
uno necesitará afirmar la misma fe de sus padres como la suya y/o encontrar su
propio camino. Pero en un bautizo siempre espero que el niño esté protegido.
Que su fe les ayude en su camino. No puede protegerlos de los cambios y las
oportunidades de este mundo, pero puede ayudarlos a sentirse apoyados al
enfrentar cada uno de los desafíos de la vida.
Reflexionando en las palabras
de Jesús aquí del evangelio de San Juan, que dicen: “Tengo mucho más que
decirles, pero en este momento sería demasiado para ustedes,” un grupo de
planificación de sermones menciono cuan poderoso es la compasión de Dios. Es
poderoso porque Dios solo nos da lo que necesitamos en ese instante. Yo creo
que esto es especialmente interesante de meditar esta semana en el que tuvimos
grandes revelaciones este jueves, verdades sobre lo que paso en nuestro Capitol
en Washington, DC.Y esta verdad no es el evangelio, pero también se está
desarrollando paso a paso a nosotros como una gran revelación al país. Pero
tiene que ver con como recibimos la verdad en general. Es interesante notar que
la palabra “bastazo” que aquí es traducido “seria demasiado” tiene mas que ver
con la palabra “llevar” y es la misma palabra usado en Juan 19:17 que dice
“Jesús salió llevando su cruz.” Simplemente no podemos soportar el peso de todo
en un momento. Un ejemplo de esto es cuando celebramos la venida de un niño/a
al mundo. No sabemos todo lo que van a enfrentar en su camino. Si supiera de
todos gozos y de las tristezas, es posible que no lo pudiera soportar. Pero
Dios nos muestra la verdad momento tras momento. Y nos fortalece para
soportarlo en cada momento.
Si está en un momento de alegría,
¡nosotros nos regocijamos con usted! Y si está en un momento de tristeza, que
sepa que Dios está consigo, al igual que tu comunidad. Superará esto. Está
siendo guiado a toda la verdad, pero Dios le dará lo que necesita en el
momento.
Aunque yo mismo no estoy en
una comunidad de recuperación, tengo mucho respeto por el buen trabajo que se
puede hacer al trabajar los 12 pasos. Y un dicho de los 12 pasos que aplico a
mi vida es "Un paso a la vez". La idea es que Dios sabe que no
podemos soportarlo todo de una vez, pero si damos un paso a la vez, un momento
a la vez, un día a la vez, podemos superar cualquier cosa con la ayuda de Dios.
Puede que no lo hagamos a la perfección. Necesitaremos la ayuda de Dios y la
ayuda de nuestra comunidad. Pero nos acompaña la Sabiduría de los siglos, que
ha visto todo lo que fue, es y será, y que nos asegura que, en el gran esquema
de las cosas, todo estará bien.
Nosotros también estaremos
bien. Nosotros también seremos sanados y libres. Celebremos con Daniel su
bautismo hoy mientras da el primer paso en un viaje en el que todos estamos,
este viaje de fe. Y veamos qué verdad está desarrollando Dios en nuestra vida,
si nos abrimos a contemplarla y sostenerla.
Amén.
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