Cristo Rey + 11.20.22
M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Jeremías 23:1–6; Cántico 9; Colosenses 1:11–20; San Lucas 23:33–43)
“¿Y quién es ese Rey de la gloria? Es el Señor,
el fuerte y valiente.” (“El Rey de la Gloria”, Flor y Canto)
Hoy tradicionalmente se conoce
como el Domingo de Cristo Rey. Es el ultimo domingo en el tiempo ordinario y la
semana que viene empezamos Adviento y el nuevo año litúrgico
de la iglesia.
Mientras yo crecía, aprendí ciertas
cosas sobre las monarquías. Por ejemplo, mi madre siempre me decía que yo tenia
que cortar bien mi comida por si en un momento yo tuviera te con la Reina Isabel.
No la creí mucho, pero de todos modos traté de cortar mis vegetales bien.
Justo un par de meses anteriores,
vimos la muerte de Reina Isabel II y como la gente se ponía en fila para presentar sus respetos. Aunque muchas de estas personas nunca hubiera estado tan cerca de
ella en vida, quisieron honrar a su reina en su muerte. Pero también sabemos
que el imperio británico tuvo efectos difíciles en los países que colonizaba- traía
buena infraestructura, pero muchas veces sacó
recursos naturales y tomó provecho de las personas.
Hemos escuchado de lo complicado que es el papel de un rey en una manera ficcional
recientemente en el programa “The Rings of Power” (Amazon Prime, 2022). En él,
el carácter Halbrand parece ser la esperanza de la raza humana, pero el elfo Galadriel,
que inicialmente lo quiere apoyar, se da cuenta de que él
es peligroso. En un momento culminante, ella lo confronta al lado de un rio y
le muestra en su reflexión que ellos pueden ser poderosos juntos. Pero la imagen
esta distorsionada y ella se da cuenta de que él
busca poder a todo costo, y que apoyarle puede traer el mal y no cosas buenas. Asi
damos cuenta de que el poder puede distorsionar a aun los lideres que parecen
mejores.
Esto también esta reflejado en
las sagradas escrituras. Cada vez que la gente pide a Dios un rey en las
escrituras hebreas, Dios la conseja que no va a terminar bien. Y aun los mejores
reyes del antiguo testamento también tienen sus fallas.
Pero hoy en día, conceptos de monarquía
pueden parecer anticuadas, no relevantes a nuestro mundo actual, especialmente aquí
en los EEUU. Pero nosotros también tenemos gente que están en poder y necesitan
aprender cómo manejarlo bien, sin tomar provecho de los demás.
Recordé esta semana que el Domingo
de Cristo Rey fue instituido por el Papa Pio XI en 1925 en respuesta a lo que
el vio como un movimiento hacia el secularismo y en particular interés en regímenes
fascistas y comunistas. Él quería que la gente de fe se enfocara más en Cristo
como rey que en su país en particular.[1] Esto es relevante hoy porque
el movimiento del nacionalismo cristiano en los EEUU se ha enfocado en Cristo
como un Rey que es un guerrero triunfante. Pero podemos cometer un gran error
su imaginemos a Cristo como este tipo de Rey. Tenemos que darnos cuenta de que
tipo del Rey es Jesús.
El no es el tipo de rey que
anticipaba la gente de Judea en su tiempo, y a veces aun nos sorprende a nosotros.
Así que, ¿Qué tipo de rey es Cristo Jesús?
Él es el tipo de rey que esta
dispuesto a dar todo – esto estamos recordados en el evangelio de San Lucas de
hoy- el pierda su ropa y hasta su vida, modelando ser un líder que sirve. Hasta
pide perdón de los que lo ejecutan mientras esta muriendo en la cruz.
En adición a estar dispuesto a
darlo todo por nuestro bien, Jesús es un rey que nos invita a acompañarlo- “hoy
día serás conmigo en paraíso”, dice al ladrón a su lado.
Y como escuchamos de la
lectura de Colosenses, él tiene todo poder, pero también su poder esta fuera de
nuestra vista. Es humilde su poder, pero permea a todo. Él realmente
es el alfa y el omega, el inicio y fin de todo.
En el Cantico de Zacarias, también
del evangelio de San Lucas, pero posiblemente de una canción mas antigua, escuchamos
que Jesús es un “Salvador que nos libra de nuestros enemigos,
y de la mano de todos los que nos odian.”
En Jeremías estamos recordados
que Jesús sigue en la tradición del Rey Pastor, un líder a quien se importa
todo su rebaño.
Si somos seguidores de Cristo,
no debemos formar su liderazgo en nuestra imagen como a veces hacen sus seguidores,
pero debemos mirar donde vemos el liderazgo humilde. Donde los lideres piensan
primero en los que están sirviendo y segundo en ellos mismos. Donde vemos la invitación
y la bienvenida en vez de restricciones. Donde vemos un liderazgo que toma en
cuenta todo el rebaño.
En estos lideres, los quienes
siguen el camino poderoso pero humilde de Jesús, vemos alguien quien podemos
seguir. Pero ningún ser humano es perfecto, así que siempre luchamos para buscar
primero a Jesús. No solo por lo que hizo en la Cruz, pero como recordamos la
semana pasada, por su perseverancia hasta la resurrección. ¡Una luz empieza a
brillar, si somos lo suficiente pacientes para buscarla!
Amen.
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