Pascua 3 B + Salte con gozo + 4.14.24

 

Peter heals lame man

M. Campbell-Langdell

All Santos, Oxnard

(Hechos 3:12–19; Salmo 4; 1 San Juan 3:1–7; San Lucas 24:36b–48)

Pedro dijo a la gente: «¿Por qué se asombran ustedes, israelitas? ¿Por qué nos miran como si nosotros mismos hubiéramos sanado a este hombre y lo hubiéramos hecho andar por medio de algún poder nuestro o por nuestra piedad?”

Hoy escuchamos una confesión de fe por Pedro, pero tenemos que saber el contexto bien para entender porque el es tan listo para dar la culpa de la muerte de Jesús a la gente. En esta ocasión hay un hombre quien este cojo, y según algunos no podría entrar al templo por su estado, y el pide a Pedro dinero y en vez de esto Pedro le sana en el nombre de Jesús.

Cuando yo estaba sirviendo la iglesia en Riverside, una vez tuvimos una escuela de vacaciones bíblicas y mi parte fue actuar la parte del hombre sanado por Pedro aquí. Tenia unos grilletes y parecía atada a algo para demostrar mi condición y luego solté los grilletes y saltaba con gozo. Probablemente me veía ridícula pero los niños lo disfrutaron.

Imagina como hubiera sido para el hombre. Pide limosna y recibe sanación. Su respuesta es el gozo, pero es posible que hubiera respondido con consternación, confusión o con otra emoción.

La semana pasada tuve dos interacciones con personas en necesidad. Estaba en Ventura comprando cosas para las bolsas de amor para la gente sin hogar y había un hombre con un letrero que dijo “Starving” o “Hambriento.” Le di una barra de energía de mi bolsa, un poco avergonzada porque no fue nada grande, pero él respondió “ahora siento mucho más esperanzado, ¡por causa de ti!” Luego, un par de días mas tarde, estaba en una gasolinera y una mujer me acerco, pidiendo dinero para comprar comida para su nieta. Esta gasolinera tenia un mercadito con comida, así que dije que no pude dar efectivo, pero pudiera comprarle algo allí. Ella se fue, infeliz.

Aunque estos ejemplos no se tratan de la sanación tanto de las necesidades materiales, nos recuerdan de algo importante. Todos podemos pedir la bendición de Dios – sanación u otra necesidad- pero tenemos que estar abierto para recibirlo cuando se nos ofrece. Yo quiero creer que San Pedro sintió una dirección divina para sanar al señor aquí porque es muy capacitista creer que todos los que parecen discapacitados quieren sanación de una forma que los regresa a la supuesta normalidad. La sanación puede ser de cuerpo, mente o espíritu y no esta limitado a nuestros constructos humanos.

El discurso de la doctora Sandra Aldana el mes pasado cubrió muchos temas, pero un tema fue la necesidad de la gente con capacidades especiales de ser incluidos como seres humanos completos y complejos en la sociedad. Pienso que tenemos que tener cuidado y no saltar al concepto de la sanación de otras personas como nosotros lo creemos que sería bien, pero estar más enfocado en lo que necesitamos sanar en nosotros mismos – si sea en cuerpo, mente o espíritu.

El programa de televisión “The Chosen” tiene una escena fascinante cubriendo este tema. Jesús esta sanando muchas personas y le acerca un discípulo, el Pequeño Santiago, quien en el programa es cojo y el actor quien lo retrata tiene limitaciones físicas. Este disculpo Santiago le pide la sanación. Y Jesús dice que no lo va a sanar por que su ministerio va a ser mas poderoso si no le sana.
Aquí comparto una transcripción con un poco de comentario, traducido del de Taryn De Long:

Jesús pide a Santiago, “Quieres ser sanado?

“Si, por supuesto,” dice Santiago, así como todos queremos. “Si sea posible.”

Ha estado con Jesús por el tiempo suficiente como para saber que, si es posible, y Jesús le dice esto.

“Porque no lo has hecho?” Le pide a Jesús. Es una pregunta que muchos de nosotros oremos, una y otra vez.
“Porque te confío” dice Jesús. “Pequeño Santiago. Precioso Santiaguito. Necesito que me escuchas bien, porque lo que voy a decir defina toda su vida hasta ahora y va a definir el resto de tu vida. ¿Me entiendes?”

Jesús le dice a Santiago que ha sanado a muchas, muchas personas, y ellos tendrán una historia para compartir. Pero, le dice, piensa en tu historia, si no te sano a ti.

“Saber como proclamar que sigues alabando a Dios a pesar de esto – de saber cómo enfocar en todo lo que realmente importa- es mucho mas que el cuerpo- mostrar a la gente que puedes ser paciente con tu sufrimiento aquí en la tierra, porque sabes que vas a pasar la eternidad sin sufrimiento- no todos entienden esto. ¿En cuantas personas confiamos el Padre y yo con esta verdad? No hay muchos.”[1]

Este es una escena muy poderosa. Porque a la vez quieres ver a Santiago sanado, libre de dolor y listo para caminar tan rápidamente como los otros discípulos. Pero sus palabras de Jesús en este programa son poderosos- que a veces el testimonio mas poderoso es a través de dificultades. Por supuesto, es una teología limitada porque aquí no hay ningún gozo en su cuerpo diferente de Santiago, solo dolor, pero me gusta pensar que es una teología en construcción.

Otro parte de este pasaje en el libro de los Hechos de los Apóstoles que me hace incomoda es el aspecto de culpa. ¡Pedro más o menos dice “ustedes mataron a Jesús, arrepiéntanse!” Me gusta pensar que él está usando esto retóricamente. Que el sabe que esta sanación capto la atención del pueblo y él quiere convencerlos que, si tenían alguna parte en la muerte de Jesús (¡recordamos que este mismo templo recientemente tenía gente listos para decir “Crucifícalo!”) que deben arrepentir. Con esto, Pedro quiere que ellos creen en Jesús. Y es muy importante que todos tomamos tiempo para acercarnos a Dios y pedir perdón. Pero sabemos del trabajo de Brené Brown que, si nos quedamos en un sentido de culpa y pena, estamos emocionalmente encadenados. Así que lo que realmente nos trae a Jesús es el amor de Dios.

Y aquí entra este pasaje de la primera carta de San Juan, capitulo tres. Dice que somos hijos de Dios. No significa que somos perfectos, si tenemos capacidades normales o si somos de necesidades especiales. Todos pecamos y no alcanzamos la meta. Pero Dios nos ama a pesar de esto. Tenemos que adherir a esta realidad. Somos los hijos e hijas de Dios, amados, preciados. Y no importa lo que hemos hecho en el pasado, no estamos cautivos a eso. Aplican las nuevas reglas.

Todo esto me lleva al evangelio. Jesús nos muestra que no es una fantasma pero que realmente es en un cuerpo resucitado, comiendo en frente de los discípulos. ¡Es un poco diferente- ¡el Señor Resucitado, comiendo – casi parece un acto! Pero es una buena nueva. Porque nos muestra que lo que hemos escuchado es la verdad – realmente ¡ha resucitado! Y realmente estamos libres también del poder de la muerte en nuestras vidas. Y también, ¡sigue siendo importante la comida buena!

Esto es una buena noticia para todos y todas- si somos físicamente capaces o si tenemos limitaciones físicas. En regresar a la vida, Jesús destruye al poder de la muerte, y establece el hecho de que el sufrimiento de este mundo es pasajero. Nosotros servimos uno al otro en compartir que hay sanación en Jesús en todo momento, aun si la sanación puede venir en forma de cuerpo, mente o espíritu. Se basa en lo que Dios sabe de nuestras necesidades. ¿Qué es la sanación que buscas hoy? Si es un alivio de un peso físico, pido que Jesús levanta esto de ti. Si hay un peso en tu corazón, espero que Dios levanta este peso hoy. Tal vez tenemos que estar pacientes para esperar esta sanación, pero sabemos que vendrá en una forma u otra. Y del tipo de sanación, solo el Espíritu y tu saben y mas bien el Espíritu. ¡Pero amados hijos e hijas de Dios, no temen de pedir la sanación que buscan en su vida ahora mismo! Entonces todos diremos a Dios: “Tú diste alegría a mi corazón, * mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.” Amen.



[1] When God Doesn’t Heal You: A Lesson From “The Chosen” – Everyday Roses from Taryn DeLong “When God Doesn’t Heal You” Blog Post. Mi traduccion.

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