M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
Adviento 4 C + 12.22.24
(Miqueas 5:2–5ª; Cántico 8; Hebreos 10:5–10;
San Lucas 1:39–45)
“Mi alma
canta de ti o Dios
Mi espíritu
deleita en tu presencia.
Mi feminidad
tú has apreciado
Has honrado
el cuerpo de la tierra
Todos
conocerán lo sagrado que es la tierra
Todos sabrán
el don de la vida.”
Así, con mi traducción va “The
Song of Mary” por Fran McKendree, QEPD, una canción apta por las escrituras de
hoy. En la lectura del evangelio de hoy, vemos una interacción típica que por
dentro de si, revela el poder de Dios. María ha aprendido del ángel Gabriel que
esta encinta y ella viaja para visitar a su prima. ¿La visita fue para pedir
consejos de la mujer mayor? ¿O se va para ayudarla a Isabel? Yo me imagino que
fue un poco de las dos cosas. De todos modos, uno se supone que ella ya conoce
el camino. Yo la imagino a María, caminando con confianza tras las colinas y
reflexionando sobre todo lo que el ángel le dijo. Está tratando de entender
algo que no sea entendible. A través de ella Dios entrara al mundo de una
manera distinta.
Las dos mujeres se conocen con
un gozo radiante. Y este deleito esta visible en las escrituras. Nuestra
sobrina Michell O’Neill, una madre extraordinaria en su propia manera, refleja
que aquí se reúnen dos mujeres y madres extraordinarias. María es una madre que
está criando un ser imposible- el Dios encarnado en Jesús. E Isabel es una
madre con un embarazo inesperado pero anticipado con mucho gozo, como ella se
pensaba demasiada vieja para tener un niño.[1] En esta reunión vemos el poder de ser una madre o un padre en una
situación fuera de lo ordinario. Como mama adoptiva, yo puedo relacionar con
esto. La reunión tiene un sentido importante porque las dos mujeres forman
comunidad no solo por sí mismas, pero también establecen una base para crear
comunidad entre diferentes tipos de padres, especialmente padres y madres en
situaciones fuera de lo normal.
Y en el medio de todo esto, algo fascinante ocurre. En un momento de animación,
¡Juan mueve en el vientre de Isabel! Como fueron mujeres en el mundo anciano,
esto puede ser el primer momento que Isabel está segura que tiene un bebe vivo
dentro de ella. Tal vez. Sin embargo, en este momento asombroso, no solo Isabel,
pero también su bebe Juan reconocen no solo la venida de María, es decir la
venida de la madre del Señor, en su alrededor, pero también reconocen la
presencia de Jesús en María. Esto es un anticipo de la semana que viene, cuando
honremos la venida de Jesús al mundo en su nacimiento. ¡El bebe en su vientre
se saltó con gozo!
En esta escena veo tanta
solidaridad entre mujeres y un sentido de la manera en que María modela no sólo
el cuidado de los demás, sino también el cuidado de sí misma en este momento en
el que es potencialmente vulnerable, llevando al niño Jesús. Busca protección y
también ayuda a su prima. ¿Cómo podemos buscar ayuda para cuidar de nuestras
propias necesidades y tratar de servir a los demás siguiendo su ejemplo? Las
dos mujeres nos muestran tanta solidaridad, tanta comunidad, y creo que en la
comunidad cristiana también podemos ver la fe en cada una y reflejar esa
alegría en cada una. Cuando Min y yo visitamos a Joyce la semana pasada, pensé
en cómo, aunque Joyce está experimentando pérdida de memoria, las dos amigas se
reconocen con alegría. Aquí hay muchas personas que se ven y sienten alegría.
Esto es algo que también experimentamos en las Posadas- gozo y un poco de risa.
Esa es la belleza de la comunidad cristiana. Alentamos la fe de cada una
simplemente presentándonos y orando juntas.
Pero no debemos pensar en este
escenario como algo que solo sea dulzura y luz, sino que es también un momento profético,
la reunión de dos profetas. Isabel sabe en su espíritu que la persona quien la
visita no solo es su prima María, pero también es la madre de su Señor.
Y María, moviendo desde esta revelación de Isabel a una canción, realiza con más
plenitud lo que esta ocurriendo en este momento. Algo grande es por venir. Y María
es fuerte. Sabe que el mundo que conocen se va a invertir, que va a haber un
cambio grande en toda la creación. Peter Carlson puso una imagen de la Virgen
de Guadalupe en Facebook el otro día que es fuerte. Lejos de una joven madre
pasiva, ella es una joven portadora de la Palabra de Dios quien es poderosa.
Ella vea lo que Dios hace en el mundo antes de todos. Y lo proclama en su
canción. Como lo dice Wilda Gafney in su leccionario de mujeres, “Al entregarse
a Dios, María se une a las filas de aquellos considerados “siervos” o esclavos
de Dios: Moisés, David, Pablo, Santiago. A través de su entrega, el primer
Adviento llega a nosotros”.[2]
Y ese Adviento viene con
disrupción del sistema.
La canción “Song of Mary” de
Fran McKendree sigue:
“Tu gracia es para los extraviados
Tu misericordia para los
humildes de corazón
Los sueños de los orgullosos
se derriten
Los planes de los poderosos se
desvanecen
Tu das de comer a los
hambrientos con bondad
Y niegas a los ricos con su
avaricio
Preciosas son las esperanzas
de los pobres
Y se escuchan los dolores de
la creación
Has sido fiel a la familia
humana
Eres las semillas de un nuevo
comienzo.[3]
Con María e Isabel, hoy
levantamos las semillas de un nuevo comienzo. En este antiguo comienzo,
recordamos que Jesús vino al mundo hace tantos años no para mantener el statu
quo, sino para ayudarnos a ver a Dios y al mundo bajo una nueva luz. Para
sacudir las cosas. Para renovarnos a todos.
Mientras nos preparamos para
la Navidad y el Año Nuevo, ¿cómo podemos buscar las semillas de un nuevo
comienzo? ¿Cómo podemos tratar de acallar las voces más fuertes del odio y la
división y, en cambio, seguir señalando a la madre humilde y valiente que está
dispuesta a enfrentarse al mundo? ¿A aquellos que, como María, nutrirían y
mostrarían amor frente a la adversidad y el odio? En medio de escuchar no solo
las campanas navideñas sino también los informes de disparos y gritos de dolor
en las noticias, recordemos. Recordemos que Dios está dando gracia a los
marginados y que es exactamente cuando los ricos y poderosos sienten que están
en su apogeo que sus sueños son propensos a desmoronarse y convertirse en
polvo.
Y que estamos invitados con
María a una danza con Dios en el cambio de lo que ha sido. En este Adviento,
tengan ánimo al saber que los que tienen hambre serán alimentados y los
oprimidos serán enaltecidos. Que María y Dios cuidan de los niños y de todos
los que son vulnerables, y lloran por aquellos que no pueden sentir amor o
compasión. Esta es nuestra esperanza mientras bautizamos a Angelica y Leonardo
hoy en el nombre del Trino Dios.
Pero hay un desafío para
muchos de nosotros, y es recordar la otra cara humillante de la inversión que
menciona María. Si ahora estoy alimentado, o experimento un poder relativo,
puedo experimentar hambre, o una dislocación de poder, o algo más, y eso está
bien. Está bien sentir que el suelo se mueve bajo tus pies si eres una persona
privilegiada. Así es como sabes que Dios está haciendo algo nuevo y trayendo
algo y alguien al mundo que puede salvarnos a todos. La buena noticia es que, a
pesar de la inversión de las fortunas individuales, todos estamos buscando la
gracia nutricia de Dios en nuestras vidas, y en la solidaridad de la comunidad
cristiana, podemos sentir esa gracia juntos, incluso si es solo un atisbo de lo
que vendrá cuando estemos en la presencia de Dios. Solo tenemos que estar
abiertos a decir un Santo Sí. Amén.
[1]
Michelle O’Neill, Facebook Post, December 18, 2024.
[2] Gafney,
Wilda C. A Women's Lectionary for the Whole Church Year B (p. 73). Church
Publishing Incorporated. Kindle Edition. Mi traducción.
[3]
Fran McKendree, “The Song of Mary” from Awake, The Song of Mary. Mi
traducción
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