Propio 28C + Moral Rectora + 11.17.13

M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(From: http://gruenagency.com/gruen-compass-part-2)
(Is. 65:17-25; Is. 12; 2 Tes. 3:6-13, Lucas 21:5-19)

Pero Ustedes, hermanos, no se cansan de hacer el bien.
No creo que sea la única aquí que a veces piensa que vivir en este mundo es abrumador.  I am probably not the only one here who sometimes finds living in this world overwhelming.  Es demasiado, escuchar de los diez mil muertos en las Filipinas, o escuchar de otras dos matanzas en Oxnard, o de las necesidades de los en nuestro alrededor.  A veces vemos tanta necesidad a nuestro alrededor que sentimos pena.  A veces todo vea muy lejos de la visión brillante de Isaías— ¿dónde está esa montana de paz, en que nadie se muere joven?  “They shall not hurt or destroy on my holy mountain, says the LORD (Isaiah 65:25b).”  When will we see this pass?  Pero hay los en nuestro mundo, quienes en el medio de todas las inquietudes, después de todo, encuentren un luz interior para guiarles, una moral rectora.  Where do folks find their moral compass in all of this? From where do they get their strength?
Isaías primero, el primer de los tres profetas que llamamos “Isaías” quien escribió el libro de Isaías, dice “Mi fortaleza y mi refugio es el Señor: él se hizo mi Salvador (Isaías 12:2b).”[1]
Vi un buen ejemplo de encontrar su fortaleza interior en una película que vi esta semana pasada, que se llama “The East” o “Hacia el este,” (2013) y si tengo que decir que contiene material que no está muy bien por niños muy jóvenes. El cuento centra en una señorita, Jane, quien también se llama Sarah Moss, porque ella es una espía.  In the movie “The East,” Sarah is a spy who works for a private company that protects multi-national corporations.  Y en su trabajo de espía, Sarah tiene que infiltrar a un grupo anarquista que tiene planificado algunos ataques en corporaciones grandes.  Lo que más me impresionó en la película fue ver el proceso que Sarah tiene en decidir que piensa si misma sobre si va a apoyar a las compañías grandes o si va a estar leal a sus nuevos amigos idealistas pero a veces violentos.  Ella tiene que encontrar y andar en su propio camino, justo como oremos en la oración para la juventud en nuestro libro de oración en común.  And the way that Sarah makes up her mind is through her faith.  Ella realmente hace su decisión orando a Dios, primero en el empiezo y luego en el fin de la película.  Y su oración es corta pero profunda: “Give me the strength to do well, to not be arrogant but to not be weak.  Amen.” En español: “Dame la Fortaleza de hacer el bien, de no ser arrogante pero de no ser débil.  Amen.” 
Me encanta esta corta oración.  Y cuando leí la segunda carta a los tesalonicenses esta semana, me pareció muy semejante al mensaje: “Pero Ustedes, hermanos, no se cansan de hacer el bien.” También pensé en Jesús en este evangelio, dando consejo a los discípulos que no deben hacer su mente en avance, pero que deben dejarse abiertos al Espíritu, que es el más sabio guía.
Entonces, ¿cómo podemos nosotros, igual como Jane, encontrar nuestro moral rectora en el medio de nuestro mundo tan cambiable? Una respuesta es en la oración.  In prayer, we connect to God for guidance.  Encontramos guía en oración, si sea en una práctica de leer el oficio diario, orar el rosario o de leer el librito de “Día a Día.” Esta es una manera de conectar con Dios, una fuente de sabiduría que está afuera de nosotros mismos.  Es una manera de dejar abierto una puerta en nuestras almas para sentir los vientos del Espíritu. También la oración, o colecta, para hoy dice que tenemos que leer, considerar, aprender e interiormente asimilar a las Sagradas Escrituras.  We are reminded that on top of prayer, we are also meant to read and “inwardly digest” (love the image) the Holy Scriptures in today’s prayer.  Y es verdad que si leemos las sagradas escrituras con frecuencia, tienden a darnos un moral rectora solamente en conocerlos bien.
Pero esto solamente se pasa cuando aprendemos las Sagradas Escrituras con profundidad.  Hay un buen ejemplo en la lectura de 2º tesalonicenses hoy.  En la primera lectura de este pasaje, parece bien claro el texto.  No seas flojo.  Si no trabajas, no comas. 
Sería muy fácil de leer esta lectura como una razón para cortar los programas de ayuda para los quienes no pueden trabajar, o quienes no pueden trabajar lo suficiente para proveer completamente para sus familias.  Una persona puede decir que por eso, se debe cortar programas de estampillas de comida o ayuda de seguro social para los con discapacidades.  Pero para mí, esto sería un error grande.  It would be a big mistake to read St. Paul’s words to the Thessalonians today as a reason to cut aid programs to those in need, just because they might not be able to work. ¿Realmente pensamos que San Pablo, o nuestro Señor Jesucristo, quien el seguía y proclamaba, y quien también nosotros seguimos y proclamamos, no daría de comer a alguien solo si no pudiera trabajar?    No, ¿verdad?  Porque de hecho, Jesús dice que cuando aún damos un vaso de agua a alguien en necesidad, lo damos a él. Así que si queremos encontrar nuestro moral rectora en este pasaje, tenemos que buscar más profundamente.
Lo que veo aquí no es un mandato que los que no pueden trabajar trabajaran, pero una descripción de una expectativa de la cultura cristiana.  St. Paul is less discussing a command that everyone work regardless of ability, but he is more explaining an expectation of Christian culture. Si en la cultura Americana hay un concepto de un “deber de estar feliz” o “a duty to be cheerful,” en la cultura Cristiana hay una idea de un “deber de cooperar.”  Esta iglesia entiende esto muy bien.  En la compañía de los fieles, todos hacemos nuestro parte.  Está relacionado con el concepto de que cada parte del cuerpo de Cristo está incompleto si falta algo cualquiera parte del Cuerpo de los fieles.  Ninguna parte del Cuerpo de Cristo es inútil
No part of the Body of Christ is useless; everyone has a part to play!  La gente aquí, si están cualquier cantidad de tiempo, empieza a involucrarse, si sea en la convivencia o en ayudar en el altar.  Y ¡nos encanta!  Cada uno es especial, solo por ser parte de nuestra comunidad, y cada uno tiene su papel, si sea más activo  o si sea un papel más pasivo como solamente asistir y participar en oración.  This way of being community together, in which everybody has an active part according to his or her ability, is really what I hear St. Paul talking about here.
Y trabajar junto en comunidad es otra manera en que encontramos nuestro moral rectora.  Porque nuestra oración individua combina con nuestro estudio de las sagradas escrituras y con nuestra colaboración en comunidad, todo esto nos guía en comunidad.  Cuando tuvimos el fuego hace un mes, yo estaba allí esa noche con nuestra familia y esa semana varios miembros de la iglesia empezaron a proveer ayuda.  Después, la Cruz Roja ayudó para un tiempo, y ahora después de regresar esta semana he escuchado de varios miembros de la comunidad que están haciendo buenas cosas para ayudar a todas las familias afectadas.  De hecho, Mabel y yo ayudamos a llenar el van de una señora esta semana quien llevaba donaciones dejados en la iglesia para una familia con cinco niños en mucha necesidad.  Así que, con la ayuda de oración, las escrituras, y trabajar en comunidad, podemos encontrar la guía del Espíritu.  Podemos tomar acción y no estar débiles cuando enfrentamos las dificultades de la vida.
Así que mi oración, esta semana, es de no cansar de hacer el bien, y de escuchar la oración de “Hacia el este.” “Give me the strength to do well, to not be arrogant but to not be weak.  Amen.”  Pido la fortaleza de hacer el bienY si estoy llamado a hacer algo, pido que lo pueda hacer no de manera arrogante, porque así no se gana la lucha, ni se puede escuchar a la guía del Espíritu.  Pero tratare de estar fuerte, porque cada uno puede hacer algo.  Y como comunidad, podemos hacer mucho, como ahora hacemos, para hacer un mundo más amoroso y más justo.  Y en mantenernos firmes, encontraremos nuestra salvación.  Si veremos el monte santo del Señor, ese lugar de abundancia y misericordia.  Amen.



[1] Susan Ackerman, “Isaiah Introduction,” New Interpreter’s Bible (2003, Abingdon), 955-957.

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