Propio 25 C + Encontrar esperanza + 10.23.16

(de: looktohimandberadiant.blogspot.com)
Melissa Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Joel 2:23–32 [= 2:23–3:5 DHH]; Salmo 65; 2 Timoteo 4:6–8, 16–18; San Lucas 18:9–14)

“Todopoderoso y eterno Dios, aumenta en nosotros tus dones de fe, esperanza y amor; y para que obtengamos tus promesas, haz que amemos lo que mandas.” [Del colecta del día.]
Esta colecta me tocó mucho esta semana porque yo necesitaba el recordatorio de tener fe. Como algunos de ustedes saben continuamos en el proceso de posiblemente traer una niña a nuestra casa como hija foster que eventualmente puede ser adoptada. Y el lunes hay otra decisión en la corte que puede decidir esto para nosotras. Y no podemos estar allí. Y entonces esto me llena de vez en cuando con un poco de ansiedad— ¿qué va a pasar, pienso, si no estoy allí para hablar por mi punto de vista?
Y una cosa tan linda de ser una pastora conocida como si en la comunidad es que en los raros momentos cuando uno falta un poco de fe, las otras personas le acercan a animarle a uno. Esto pasó este viernes. Fui al optometrista para mi chequeo anual de los ojos y en el curso del examen pregunté al doctor si aceptan a niños en Medi-cal, como si viene la hija foster ella va a tener Medi-cal. Y él dijo que sí, y que bien, y como nos iba en el proceso. Y yo describí un poco de la situación y él dijo, “¡que complejo!” Pero muy rápidamente agregó: “Tienes que tener fe en Dios. Dios va a guiar. Yo lo creo.” Y era tan lindo porque él sabía que yo estuviera abierta a hablar sobre Dios (como ya le había dicho que soy pastora) y en aquel momento el pudiera apoyarme a mí en la fe. Y yo tenía que sonreír porque esto es lo que yo trato de hacer, animar a la gente en la fe, pero a veces aun los pastores necesitan un apoyo espiritual también.
Y la verdad es que esto es lo que los profetas hacen para cada uno de nosotros. Si enfrentan a la gente, pero a veces la apoyan en la fe. Joel habla con una gente que se siente deprimido – emocionalmente pero también de toda manera. Están con hambre porque su cosecha esta en ruina y han perdido su esperanza. Y él dice: Dios va a restaurar a todo. Todo. Y qué lindo como se ve la restauración- los viejos tendrán sueños y los jóvenes visiones. ¡Qué lindo! Porque en nuestro mundo no vemos mucho de viejos teniendo sueños buenos ni jóvenes con esperanza para el futuro. No porque no existen pero porque en nuestro miedo a veces no los escuchamos.
Tambien es difícil de escuchar los sueños de los demás porque nuestra cultura tiende a comparar los grupos y poner cada grupo de personas en contra uno del otro.
Leí un tatuaje en alguien una vez que dijo que la comparación es el enemigo del gozo. Es decir que cuando nos comparamos uno con el otro demasiado es como si estamos diciendo que todo nuestro valor viene de lo que hacemos comparativamente mejor de los demás.
Y pienso en el fariseo de la lectura de hoy. Él se pone de pie a distancia de los demás no porque huele mal pero porque su manera de vivir lo ha hecho tan “puro” según las reglas de Israel que aun la gente que vaya al templo están sucios a su alrededor porque no siguen las leyes tan bien como él. Luego él se compara con otras personas, haciendo decisiones sobre el tipo de gente que le rodea. No sabemos si el conoce a los demás o si el nada más decidió que los demás son impuros y pecadores. No se humilla ante Dios pero de hecho trata de hacer un caso para que el merezca estar recibido bien por Dios.
El cobrador de impuestos, al contrario, se humilla completamente. No habla de ninguna otra persona pero habla solo de lo que está dentro de él. Y él tiene mucha pena, porque leí que ningún hombre usualmente golpeaba su pecho en aquel tiempo y cultura. Esto fue algo que hacia las mujeres de luto. Y un hombre tendría que tener mucha angustia para hacer esto.[1] Pero en su manera normal, Jesús exagera aquí para hacer un punto. Tenemos que enfocarnos en nosotros mismos. Porque esto es el punto. No es que tenemos que estar humildes. Porque si decimos esto, decimos también que hay gente buena (humilde) y gente mala (arrogante). Y si pensamos así, empezamos a sentir que la humildad es una manera de hacer exactamente lo mismo que hizo el fariseo. Comparación con los demás.
Y la verdad es que nosotros como los hijos de Dios tenemos nuestro valor no en lo que hacemos o como somos en comparación con los demás, pero en nuestra relación honesta con nuestro Dios. Si yo tengo ansiedad sobre algo que va a pasar, tengo que poner mi fe en Dios. Si empiezo a luchar con como actúen los demás me entro en problemas.
Y esto es lo que pasa en el nivel más grande en nuestro país en este momento. Hay una tentación de compararnos con otros. De decir: este tipo de persona menos merece mi respeto que esta persona. Y esto no nos ayuda. Porque cuando perdemos el respeto básico uno por el otro perdemos nuestro camino. No vemos uno al otro como hijo o hija de Dios.
En el tiempo de Jesús el templo se había convertido de un lugar de reunión en un lugar de división.[2] Esto es porque gente como este fariseo se veía a sí mismos como puros por seguir todas las leyes y no pudieran ver lo bueno en otra gente que no seguía tan bien todas las reglas. Jesús dijo que esto no es lo más importante, pero amar a Dios y a su prójimo era mucho más necesario para una persona de fe. Entonces los cristianos ancianos empezaron iglesias en casas. Para encontrar la unidad.
Ahora la división se presenta en los diferentes puntos de vista en nuestro país que nos estamos viendo de manera amplificada en esta elección. Pero aún más en la tentación de responder mal a las diferencias. Entonces tenemos que encontrar la unión de nuevo, uno con el otro, aun y especialmente con nuestras diferencias.
Este es un momento difícil para nuestro país. Pero nosotros los cristianos estamos llamados a algo mejor. ¿Que los parece si podemos evangelizar no tanto para llenar las bancas de la iglesia (aunque esto también seria lindo) pero también para mostrar una manera de actuar con respeto uno con el otro con cualquier residente de este país, no importa su punto de vista? No porque todos estamos de acuerdo. Pero porque el amor que Dios nos tiene para cada uno es más grande, más importante que cualquiera diferencia que nosotros pudiéramos encontrar.
Y si tratamos uno al otro con respeto, consciente del amor que Dios nos tiene cada uno, y si actuamos y votamos según los dichos de nuestra consciencia, basado en nuestra relación individua con nuestro Dios, tengo esperanza que Dios sí hará todo bien según su buenísima voluntad. Y entonces las viejas tendrán sueños y los jóvenes tendrán visiones de nuevo.



[1] Bruce J. Malina and Richard L. Rohrbaugh, The Social-Science Commentary on the Synoptic Gospels, (Minneapolis: Fortress Press, 2003, 299-300.
[2] Ibid.

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