Trinidad (A) + Materia y Dios + 6.11.17
"Trinidad" de Rublev |
M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Génesis 1:1–2:4ª; Salmo 8; 2 Corintios 13:11–13; San Mateo
28:16–20)
El martes Alene y yo fuimos a
ver a Genesis en una obra de teatro de su clase que se trataba de “La Ciencia
de las cosas” o “La Materia y sus propiedades.” Una parte de una canción dijo
que la materia esta en todo lugar, aún existe en la barba de tu tío, aunque
trates de no mirarlo muy intensamenteJ.
Hablaba de “materia”, la
sustancia de que se compone todo el universo, es decir, la cosa de que se hace
todo. No matter what
object you look at in the world or in the universe, it is made of matter, in
one of its three states, solid, liquid or gas. Cualquiera
cosa en el universo es o sólido, liquido o gas.
Justo como la materia, algo
que escuchamos el domingo de la Trinidad es que Dios, como la materia, está
constantemente con nosotros en cada lugar, obrando en sus tres personas en
nuestro alrededor. Justo como dijo Jesús, “estaré con ustedes todos los días,
hasta el fin del mundo,” (Mateo 28: 20) Dios esta con nosotros siempre. God is
with us always.
Y por esto estamos bautizados
en nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Dios es diverso en su
propio ser para mostrarnos que su creación es diversa – justo como vimos en el
pasaje de Génesis hoy – hay las flores y los animales, incluyendo nosotros, y
somos todos partes de su creación. Una creación completamente inter-conectada.
Y la sustancia que nos conecta es Dios.
Es por esto también que el
teólogo Richard Rohr menciona que una de las razones para que necesitemos
realmente entender la Santa Trinidad en nuestros tiempos es que hay humildad en
ver lo transcendente.[1]
We need the concept of
the Trinity now because it reminds us that we are one facet in an immense
creation. De hecho somos una pequeña parte en un proceso inmenso
de creación que Dios continua. Cuando nuestros líderes realmente entienden
esto, no van a preguntar si una póliza o programa afecta a Pittsburgh o a Paris
porque se van a dar cuenta de que Pittsburgh y Paris y Oxnard y todos los
lugares están inter-conectados. Una parte afecta el todo.
Esto es lo que los científicos
han estado diciéndonos cuando dicen que tenemos que cuidar a nuestro mundo.
Cada parte está conectado. We are all connected.
No hay una cultura ni hay una
nación que se puede realmente salir adelante sin ayudar a los demás. No hay una
gran EEUU sin un gran México y una gran China o aun una gran Ghana. Pero más
que esto no hay una sola persona que se hace más grande en minimizar a otra
persona.
Pero esto es un misterio que
casi no entendemos a veces en nuestra cultura. Enfocamos en lo más grande,
cuando somos una parte pequeño en la imagen y proceso mucho más grande de Dios
y lo que nuestra Santa Trinidad hace en el universo.
A veces nuestras mentes no
pueden entender lo diverso que es Dios.
Ayuda a veces a escuchar
palabras que pueden parecer chocantes, por ejemplo los del teólogo James Cone:
“Dios es negro. Dios es madre. Dios es arroz. Dios es rojo.”[2]
Entendiendo que en los EEUU “rojo” es un término para la gente indígena.
God is black… God is mother… God is rice...
God is red.
Dios es una diversidad y Dios
es un misterio.
Pero a veces nuestra cultura
no acepta el misterio. No quiere escuchar de nada que no parece fijo y
entendible en 120 caracteres o menos.
Y es por esto que estamos perdiendo algunos de nuestros jóvenes. Porque ellos ya están sabios. Ya saben que Dios no se puede explicar solo con dogma y doctrina.
Jesús, en este pasaje del evangelio, no está pegado a la doctrina y el dogma. Sí, el refuerza la necesidad de las enseñanzas judías y de seguir los mandamientos en sus pláticas, pero la experiencia que los discípulos tienen con él les traiga a dos cosas.
Y es por esto que estamos perdiendo algunos de nuestros jóvenes. Porque ellos ya están sabios. Ya saben que Dios no se puede explicar solo con dogma y doctrina.
Jesús, en este pasaje del evangelio, no está pegado a la doctrina y el dogma. Sí, el refuerza la necesidad de las enseñanzas judías y de seguir los mandamientos en sus pláticas, pero la experiencia que los discípulos tienen con él les traiga a dos cosas.
Primero, vienen a una
decisión. ¿Van a creerlo a Jesús o no?
“Lo adoraron, aunque algunos dudaban.” Parte de la realidad de que Dios
es un misterio es que Dios nos deja la posibilidad de creer, o de no creer. Van
a adorarlo hoy, ¿o están con dudas? No hay pena si están un poco de ambos,
porque nosotros estamos cada uno en un proceso con Dios.
Segundo, están llamados a una
acción. Tienen que compartir las buenas nuevas y bautizar a la gente,
invitándolos a la vida renovada y eterna que hay en Cristo. Casi todos de
nosotros hemos sido bautizados, pero ¿estamos pensando en cómo invitar a los
demás a disfrutar a la vida que Jesús ofrece? ¿Estamos invitando a todos a
recibir el amor de Dios de una manera en cada interacción? Obviamente, estoy
hablando de una meta en vez de una realidad, pero si Dios cada momento nos
invita y nos abraza con su amor, cada momento nosotros podemos estar
respondiendo a este amor de la manera que podamos en compartir este amor con
los demás.
Y lo importante aquí es que no
quedamos en la posición de recibir doctrina, pero tenemos una experiencia
personal e interna. Y luego, como con cada profunda experiencia espiritual,
estamos llamados con los discípulos a tomar acción.
Pero no se termina aquí.
Porque justo como Jesús muchas veces dice, “Paz a Ustedes,” o “No temen,” aquí
el asegura a los discípulos y a nosotros que él nunca nos va a dejar. Aunque él
nos despide físicamente, el en la Santa Trinidad, está muy presente con
nosotros cada momento, en forma del Padre, el Hijo Cósmico y el Espíritu Santo.
En todo esto creo que es muy
importante que nos mantengamos humildes. Pienso que Dios nos quiere recordar que
tenemos mucho trabajo que hacer en este momento en un mundo que ha olvidado
estar humilde. Pero las buenas nuevas son que no lo tenemos que hacer solos. Y
nos quiere recordar la maravilla que somos nosotros, unos habitantes de un
planeta entre todos los planetas moviendo alrededor de todas las estrellas en
todo el universo. Y que maravilloso es que aunque somos tan pequeños, Dios está
aquí con nosotros, obrando en nuestro alrededor, si lo queremos ver.
La Santa Trinidad nos invite a
su baile, a participar en su obra creativa en la creación. Y con una invitación así, ¿quién puede decir
que no se puede bailar?
[1]
Richard Rohr, The Divine Dance: The
Trinity and Your Transformation, https://books.google.com/books?id=V5TkDAAAQBAJ&printsec=frontcover&dq=richard+rohr+the+divine+dance&hl=en&sa=X&ved=0ahUKEwiC8YWonKrUAhUL42MKHRHqAcQQ6AEIKDAA#v=onepage&q=richard%20rohr%20the%20divine%20dance&f=false.
[2]
Ibid.
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