Propio 27 (B) +Mas que siete hijos + 11.11.18


M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Rut 3:1–5; 4:13–17; Salmo 127; Hebreos 9:24–28; San Marcos 12:38–44)

¿Cómo están Ustedes hoy? Yo sé que el fin de esta semana ha sido difícil. El jueves por la mañana casi no lo podía creer. Levantamos de la cama con las noticias del fusilamiento y terminamos el día con las noticias del fuego. Thursday was just unreal, with the shooting and then the fire beginning. Me duele mi corazón.
Hoy día marca un siglo al día del fin de la primera guerra mundial. Recuerdo estar en Londres hace un par de años y viendo la instalación de flores amapolas que hicieron alrededor del Torre de Londres en honor de un siglo desde el empiezo de la guerra en 1914. Recordamos las guerras con la flor amapola porque hay una poema bien famosa que habla de cómo las flores amapolas nos hacen recordar de los que murieron en la guerra, especialmente en Flandes.[1] Poppies are a reminder of all we have lost in war. Este Proyecto de arte, que constituía en flores formando una ola cerca de unas de las paredes de la torre y también cubrieron el césped de la torre, fue bello y triste a la vez. Una flor por cada uno que murió en la primera guerra mundial. Para recordar no hacer de nuevo estas atrocidades como pasaron en las guerras mundiales. Pero si hemos tenido conflictos, y siempre tenemos que empezar de nuevo.
Aunque estos eventos no parecen parecidos, cualquier pérdida de vida – si es en otro continente y años atrás o si es muy cerca de nosotros y hace un par de días, y afecta a nuestros amigos o los amigos de nuestros amigos- cualquier pérdida así es una tragedia que duele el corazón de Dios. This loss of life is a tragedy and it grieves the heart of God.
¿Qué podemos decir de las sagradas escrituras de hoy que hablan sobre estas pérdidas? Hay pocas palabras que realmente ayudan. Leyendo estas escrituras, regreso a la imagen de la viuda que da sus centavitos. Siempre pensaba en ella como un modelo de cómo podemos dar lo que tenemos a Dios. Que no debemos tener una fe vacía como tienen los escribanos aquí.
Pero esta vez vi que ellos despojan los bienes de las viudas, y pensé en todas las “viudas” de nuestro mundo, que dan sin esperar devuelto, y me hizo pensar bien en como nosotros quienes recibimos tenemos que tener cuidado de respetar los sacrificios de los que dan – si es en la iglesia o afuera.
Porque esto se trata también de como tratamos con la vida. ¿Respetamos los sacrificios que otros hacen para hacer más fácil nuestras vidas? ¿Cómo no dependemos solo en los quienes tienen el honor de servir- si sea como bomberos y policías, médicos, trabajadores sociales y terapistas o líderes de fe, pero respetamos los sacrificios de los demás? Nosotros también tenemos que alcanzar a los demás, y ser parte de la solución. We must honor others’ sacrifices by also reaching out in love to others.
Para mí, la historia de Rut se trata de la familia escogida. Estas dos mujeres están unidas en una familia por Dios y sufren la perdida de hijo y esposo juntas y juntas encuentran nueva familia. Aunque Boas y su bebe de Rut son muy importantes, al fin dicen a Naomi, esta hija “vale para ti más que siete hijos.” La familia es lo que creamos. Family is what we make it.
Esta semana, hemos visto ejemplos de gente tratando a los demás como familia. Por ejemplo, cuando pararon en la carretera para dejar pasar el cuerpo de la policía muerto el día jueves. ¿Cómo trataron Ustedes a otras personas como familia esta semana?
Pero el desafío para nosotros será como mantener esto mientras continuamos de lidiar con este dolor y los afectos del fuego. No podemos depender solo en legislación y los esfuerzos diligentes de los servicios de primera respuesta y otros en trabajos de servicio.
No podemos depender solo en las leyes sobre la regulación de armas para mantenernos seguros tampoco. We must be part of the solution. Tenemos que ser parte de la solución. Mientras personalmente apoyo leyes para la regulación del uso de armas, también creo que tenemos que recordar la historia de esta nación con relación al uso de las armas. Históricamente nuestras leyes nos protegían de unas milicias o también de soldados británicos. Fueron para protección, o para poder comer o a veces para los deportes.
Pero ahora tenemos miedo de la gente normal, y buscamos la ayuda de nuestras versiones de milicias para protegernos. Nos hemos puesto pasivos y no buscamos ser proactivos para nuestro bienestar.
We must remember the history of our gun laws and see how they can serve us better now.
Para sanar a nuestra nación, tenemos que mirar hacia los que están ayudando, como dijo Mr. Rogers. Tenemos que ayudar. Cuando hay un joven que parece en malestar- alcanzamos, no lo aislamos. Es verdad que ninguno de nosotros puede resolver a todo. Hay tanto – el dolor de la guerra, la aislación de los redes sociales y como aumenten problemas de salud mental, el sentido de desconexión espiritual relacionado con nuestra desconexión con la tierra y los problemas del medio ambiente- todo esto es demasiado. Pero con Dios no hay nada imposible.
Hay un concepto judío de Tikkun Olam, que se trata de cómo podemos todos trabajar juntos para sanar al mundo. Que estamos llamados a ser reparadores del mundo. Tikkun Olam calls us to weave the torn fabric of the world back together, with God’s help. Siempre con la ayuda de Dios.
Pero este trabajo – este trabajo que se trata del cuidado de los demás y no solo de nosotros mismos- es agotador. Entonces nos tenemos que cuidar también. We must practice self-care in order to care for others. Tenemos que ser pro-activos en nutrir a nosotros mismos para no aislarnos cuando las cosas se ponen difíciles.
El salmo de hoy dice: “Vano es madrugar y acostarse tarde, vano también comer el pan del trabajo; *pues a su amado le da el sueño.”
Y siempre he encantado este versículo, que también se encuentra en la oración vespertina del libro New Zealand Prayer Book. Siempre me ha recordado que Dios me ama aun si no completé todos los proyectos en un día. Y me deja acostarme sin tanto estrés. This psalm helps me remember that God values me even when I am not able to complete all the things, and that I can rest.
Una oración cerca del final de este rito de libro de oración de Nueva Zelanda va así:
Señor, ya es noche.
La noche es para estar quieto.
Que estemos quietos en la presencia de Dios.
Ya es noche después de un día largo.
Lo que hemos hecho, hemos hecho;
Lo que no hemos hecho, no hemos hecho;
Que lo dejamos en paz.
La noche es oscura.
Que los miedos de este mundo oscuro y de nuestras propias vidas
Descansen en ti.
La noche es quieta.
Que la tranquilidad de tu paz nos abraza,
Y abraza a nuestros seres queridos,
Y a los que no tienen paz.
La noche proclama el alba.
Que esperamos con anticipación el nuevo día,
A nuevos gozos,
A nuevas posibilidades.[2]
Hoy día, mientras lamentamos las perdidas – de Justin, Daniel, Alaina, Cody, Blake, Jake, Kristin, Mark, Noel, Ron, Sean, Telemachus y Ian, ¿cómo podemos estar quietos? Para estar restaurados un poco en este día del Señor, en este día Sabático. ¿Para que pudiéramos amanecer mañana y ser parte de la sanación de nuestro mundo?
(Silencio)

En tu nombre, oremos, Amen.


[1] John McCrae, “In Flanders Field,” https://www.poets.org/poetsorg/poem/flanders-fields.
[2] John Williamson, New Zealand Prayer Book. Found at: http://liturgy.co.nz/lord-it-is-night.  Mi traducción.

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