Pascua 5 (A) + Fuera de la portadora + 5.10.20
(St. Stephen's, Jerusalem) |
M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
All Santos, Oxnard
(Hechos 7:55–60; Salmo 31:1–5, 15–16; San Juan 14:1–14)
Yo recuerdo el momento cuando
Alene y yo entramos el espacio oscuro debajo de la iglesia y monasterio ortodoxo
de San Esteban en Jerusalén, justo afuera de las viejas puertas de la ciudad y
cruzando la calle. Los cuidadores animados del lugar nos habían dirigido allí. Pensábamos
que ellos nos querían botar de la iglesia, con sus suntuosos íconos.
Pero no fue así. Ellos nos habían mandado por un pequeño camino hasta el lugar
donde San Esteban murió. Y allí estaba: un terreno lleno de piedras con lo que
casi pareció una mancha de sangre. Pero tenía que ser una mancha de agua. Pero
todos los muros estaban llenos de iconos del sacrificio de San Esteban. Y en el
cielo, se vio a Jesús mirando a Esteban mientras que se ofreció a su vida.
Parece raro, la combinación de
pasajes hoy- es decir, la lectura del evangelio de San Juan y la lectura de los
Hechos de los Apóstoles. Jesús parece dar consuelo a sus discípulos y Esteban
pierde su vida. ¿Qué hacemos del contraste? Pero empiezo a pensar que entre los
dos tienen mucha sabiduría por nuestro tiempo actual.
Obispo Presidente Michael
Curry acompañaba a los clérigos de la Diócesis de Los Ángeles esta semana en
nuestra conferencia de clérigos en línea. Y él nos compartió una historia sobre
su gato. Pues esto puede parecer raro, pero fue una historia que realmente “predicaba”
a mí. Él dijo que su esposa y el tienen una gata. Esta gata es muy inteligente,
porque ella conoce la palabra “veterinario” y ellos ni pueden mencionar esa
palabra si la van a llevar allí. La tienen que sorprender para meterla en su
portadora. Pero cuando están en el veterinario, y ya está lista para salir para
la casa, ella quiere meterse muy rápidamente a la portadora. Y obispo Curry
preguntó al veterinario por que la gata quería entrar tan rápidamente
en la portadora que antes no quería entrar para nada, y él dijo: “es lo que
conoce.” Aun si no es lo mejor para ella, él explicaba, ella todavía quiere
entrarlo porque es algo conocido.
Así que obispo Curry, en su
manera inimitable, nos animaba pensar en cómo nosotros como iglesia somos un
poco como la gata y su portadora en este momento. Muy rápidamente querremos re-entrar
a lo conocido. Y hay ciertos beneficios en esto. Pero también él nos aconsejaba
quedar afuera un ratito más y solo explorar lo que estamos aprendiendo en este
momento. ¿Cómo estamos alcanzando a nuevas personas por las redes sociales? ¿Y cómo
estamos conectando uno con el otro de diferentes maneras aunque no podemos
todos reunir en línea? ¿Cómo podemos sacar algo de las pláticas más profundas
que estamos teniendo en este momento para traer algo de regreso a nuestra
alabanza “normal”?
En las palabras de obispo
Curry vi un poco de la tensión entre las palabras de Jesús y las acciones de
Esteban y vi que no están contradictorias. Cuando se lee el pasaje, Esteban
siente una cierta paz en su martirio. El muere pero está en paz porque esta uno
con Dios. El siente la paz que el mundo no puede dar. Ha encontrado el camino a
la paz en Cristo. La paz que el mundo no nos puede robar.
Jesús dice a sus discípulos: “no
se angustien ustedes.” Y Aquí no veo una promesa que siempre estaremos cómodos
y contentos. Pero de hecho estaremos invitados a experimentar algunos desafíos,
pero Jesús estaría siempre a nuestro lado. ¡Gracias a Dios que no todos estamos
llamados a ser mártires! Pero todavía hay cristianos en otras partes del mundo
que mueren por su fe. ¿Cómo podremos honrarlos a ellos? Y ¿cómo podemos mirar
hacia Esteban y escuchar el pasaje de San Juan y abrazar la paz de Jesús, aun
en la incomodidad de este tiempo. ¿Cómo saber que movemos adelante fielmente
aunque no siempre en comodidad?
Veo ejemplos de todos Ustedes
haciendo esto fielmente. La valentía de los que están trabajando en trabajos
esenciales. Pero también en la fortaleza de los feligreses quienes, aunque con
algunos años, siguen yendo de compras y han encontrado maneras seguras de
hacerlo. También encuentro inspiración en
los que dejan a los otros cuidarse a ellos, aunque estén acostumbrados a
la independencia. He encontrado gozo y asombro en ver un feligrés quien es
profesora en algunos videos de como ella ensena en línea de la casa con su
bebe. No ensenan en la escuela de posgrado como hacer un discurso con una niñita
juguetona quien quiere borrar su pizarrón. J Muchos de Ustedes están dando un paso al plato
de una manera que nunca hubiera imaginado antes. Y parece que mientras muchos
tenemos un ritmo ahora, también tenemos el cansancio de estos tiempos incomodos
que nos afecta.
Así que estén cuidadosos con
si mismos en este tiempo. Sepan que no tienen que estar productivos en todo
momento y si hay cualquiera gracia que puedan compartir con sí mismo o con los demás,
que lo hace. No sienten penosos si hay momentos de alegría y comodidad en este
tiempo. Pero también su queden allí. Jesús nos prometió que el seria nuestro
camino, aun en tiempos oscuros. Él nos pide salir de la portadora pero no salir
de la presencia de él quien nos cuida. Encuentren esa paz que consuela a
su corazón y luego continúe en el camino (aunque para algunos sigue en casa).
Porque Dios hace algo nuevo en nosotros, y estaríamos más sabios y fuertes como
resultado.
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