Cuaresma 3A + Creemos! + 3.12.23
Melissa Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Éxodo 17:1–7; Salmo 95; Romanos 5:1–11; San Juan 4:5–42)
¡Ahora creemos! Este es un tema
para las escrituras de hoy.
Estoy escuchando al audiolibro
de Kindred por Octavia Butler (1979), un libro fascinante en que un
mujer de los años 1970 quien es afro-americana y casada con un hombre
euro-americano viaja tras el tiempo para sobrevivir un antepasado suyo. El es
blanco y tiene esclavos, y ella tiene que salvar su vida, aunque a veces ella
esta disgustado con él. Como ella es educada y aparece y desaparece
misteriosamente, es tratada diferentemente pero todavía es una esclava. Muchas
veces tiene que confrontar a su antepasado con la verdad, aunque él no lo
quiere escuchar. Es difícil a veces escuchar la verdad. Pero puede llevarnos a una
verdad más profunda.
Tengo que admitir que cuando
viene este domingo, el tercer domingo en Cuaresma del año
A, pienso, ¡ay que largo evangelio! ¡Porque este evangelio es una vibra! This
gospel is a whole mood! Es el evangelio entero en si mismo. Hay tanto aquí. Y
decir la verdad es solo una parte de lo que se trata.
Primero, voy a hablar sobre lo
que está pasando culturalmente aquí entre Jesús y la mujer samaritana.
Posiblemente recuerden que los samaritanos originalmente fueron parte de la
gente de Israel, pero en el tiempo del rey Oseas fueron mudados a Asiria. Allí
vivieron entre gente de muchas fes. Empezaron a alabar el Señor al lado de
otros dioses y decidieron que solo leyeran de los primeros cinco libros de la
biblia, el pentateuco, en su adoración. Sintieron que Dios tenía que estar
alabado en Monte Gerizim en vez de Monte Sion.[1]
Esto fue parte de la tensión entre Jesús y la mujer en el pozo. Pero ella vea más
allá de Sion y Gerizim y vea en Jesús la presencia del Reino de Dios. Es
asombroso porque al inicio la veamos como una persona cualquiera a quien Jesús
proclamara su identidad mesiánica. Pero ella es mas que esto. Esta mujer puede
ver más allá de su contexto y lo que su pueblo ha considerado como sagrado,
para ver en Jesús el Mesías. ¡En breve, ella cree!
¿Como invita Jesús esta
creencia? El la invita a beber de agua espiritual, le dice sobre si misma, y
luego comparte mas sobre la naturaleza del ministerio en su presencia y la de
los discípulos.
Primero, ¡agua sagrada! Cuando
refiere a agua diferente, Jesús refiere al agua proveído por Dios en el
desierto a los israelitas de que escuchamos en Genesis hoy. Jesús y la mujer
samaritana están en un pozo santo e histórico en Sicar. Y Jacob proveyó el agua
en el desierto que dio vida a toda una comunidad, que fue construido tras
muchos años. Pero también menciona agua que satisface la sed espiritual. Ella
no lo capta exactamente lo que el quiere decir, porque piensa que el le va a
proteger de un quehacer difícil de regresar al pozo cada día en el calor. Pero
posiblemente ella solo quiere recordarlo que hay necesidades físicas en adición
a los espirituales. Pero aquí el empieza a revelar una parte de su identidad
divina.
Luego el parece hacer un truco
mágico – el le dice cosas de su vida que no debe saber. Seguramente la gente de
la comunidad sabe su historia, pero ¿Cómo sabe este extraño de su vida? Probablemente
ella esta en el pozo a esta hora para recoger su agua porque no quiere recibir
el juicio de los demás en la comunidad. Y Jesús sabe su historia. Pero el no la
juzga. Como mencione la semana pasada, el vino para salvar y no juzgar. Para invitarnos
a nueva vida. Ella entiende esto y le llama un profeta. Lo que le lleva a
preguntar sobre donde debe alabar. Porque ella ha escuchado que se debe adorar
a Dios en Monte Gerizim, pero los judíos siempre hablan de Jerusalén y Monte
Sion. Y Jesús dice, pronto no vas a tener que estar en un ningún monte
especial, porque el Espíritu está en todos lados.
Jesús se revela a si mismo a
ella aquí. Es la primera vez que el habla de su divinidad en Juan. Y habla
estas palabras a una extraña, a una mujer, una persona con una historia
compleja. Ella es la primera de escuchar estas palabras de vida. Y de salvación.
Pero no para la historia allí.
Los discípulos, todavía preocupados sobre las cosas del mundo, empiezan a
molestar a Jesús porque el olvido su almuerzo. Y el empieza a hablar de comida
espiritual. El quien antes hablaba de la bebida espiritual ahora habla de
comida espiritual- y con esto el empieza a hablar de la cosecha. El sabe que
otros han plantado semillas que ahora el cosecha. Justo como el ahora trae esta
mujer del pozo a la fe.
“Ahora creo!” dice ella. Y pronto
otros dirán lo mismo. Al inicio creen por lo que ella comparte, luego ellos están
convencidos por conocer a Jesús si mismos. Cuando escuchan sus palabras de
aliento. Que ellos no están juzgados, pero están salvados.
De esta manera esta historia recapitula
el evangelio entero. Conocemos a Jesús, a veces de una manera inesperada, o en
un lugar o tiempo inesperado. Jesús nos habla de lo que realmente importa- que
la vida es mas que la comida física, pero se trata de algo más. Luego
aprendemos sobre nosotros mismos. Y sabemos que no estamos juzgados, pero somos
libres. La luz de Jesús brilla en nuestras vidas, y empezamos a creer que el es
la Verdad. Luego compartimos con otros. Invitamos a ellos a creer. Pero no
creen realmente hasta que conocen a Jesús por sí mismos.
¡En el espíritu de la
samaritana, que creemos! Que estemos sin miedo de escuchar la verdad de Jesús
para nosotros. Compartiremos las buenas nuevas, e invitamos a los demás a
conocer a Jesús, también. ¡Hasta que más personas dirán “ahora creemos!”
Amen.
[1]
Ezigbo, Victor I. The Art of Contextual Theology: Doing Theology in the Era of World
Christianity. Cascade Books. Kindle Edition.
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