Propio 5 B + Ladrillos del muro + 6.9.24

 


M. Campbell-Langdell

All Santos, Oxnard

(1 Samuel 8:4–11, (12–15), 16–20, (11:14–15); Salmo 138; 2 Corintios 4:13–5:1; San Marcos 3:20–35)

No necesitamos "la no educación"
No necesitamos "la falta de control mental".

No al sarcasmo oscuro en la clase,
profesores dejad a los niños en paz.

(Pink Floyd, “Another Brick in the Wall,” trad por: Pink Floyd - Another brick in the wall. Letra y traducción (letraseningles.es))

Tal vez ustedes reconocen una canción icónica “Another Brick in the Wall,” por el grupo roquero Pink Floyd de los 1970s.

De niña, yo pensé que esta canción fue solo una rebelión de los niños que están listos para su descanso de verano. Tal vez algunos de los estudiantes y maestros aquí sienten algo semejantes en este tiempo del fin del ano escolar. ¡Queremos la libertad y no más adoctrinamiento! Por supuesto, mientras yo he madurado, yo pienso muy diferentemente sobre la educación. Ahora yo siento que la educación es un camino a mas libertad, en vez de menos libertad.

De hecho, yo veo esta canción como un reto no en contra de la educación sino en contra del adoctrinamiento o el autoritarismo. Un recordatorio que no debemos confiar demasiado en los lideres humanos. Yo lo interpreto como una manera de recordar que debemos poner nuestra confianza en Dios y no los lideres humanos y mantenernos libres por dentro.

Veo un reto semejante en el pasaje del primer libro de Samuel hoy. Teóloga Joy J. Moore lo sume así en el podcast “Sermon Brainwave” para esta semana. Parafraseando, dice: “esto es una advertencia- este líder o rey que buscan los harán los choferes de los con privilegio, y los hará hacer combate en contra de sus enemigos. Hará a sus hijas siervas por su placer sin pensar en su humanidad. Y cuando finalmente se den cuenta de que han perdido a todo, tampoco tendrán una relación con el Señor tu Dios.”[1]

Esta es una palabra fuerte y difícil de aceptar. Pero pienso que es muy importante que lo mantenemos en mente. Justo como platicamos el miércoles esta semana en el estudio de parte de Cordelia’s Honor por Lois McMaster Bujold, los mejores lideres son los que menos desean el poder. Ellos son los que están conscientes de que el poder es un arma de doble filo. Es una cosa útil, pero puede corromper a personas muy fácilmente. Los peores reyes y lideres son los que tomen un manto de poder sin estar sabio en su uso de él. Ellos añaden otro ladrillo en el muro. El muro que nos separa de Dios y de una sociedad justa.

Mientras anticipamos las celebraciones de la fiesta de independencia el mes que viene, debemos recordar que los fundadores de este país lucharon para la libertad tanto por dentro y por fuera. Debo admitir que, a pesar de esta verdad, nuestro país fue fundado sobre un base económico en parte de la esclavitud de seres humanos, y seguimos en el proceso de arrepentimiento de esta realidad. Pero el enfoque principal fue libertad de un liderazgo mal y egoísta en forma del rey de Inglaterra.

En el evangelio de hoy, la libertad interna de Jesús, manifestado antes del pasaje en su sanación de una persona sin estar restringido por una interpretación limitada del tiempo de Sabbat, es visto como algo malo. Siempre me sorprende en este pasaje que la gente puede mirar a Jesús haciendo algo bueno, restaurando alguien a la comunidad, y puede interpretarlo como algo no solo neutro, pero como algo activamente malo. Lucho para comprender esto. Conocemos a las personas por sus frutos, y los frutos de Jesús aquí son la sanación y la restauración a la comunidad. Si alguien es tan lejos del entendimiento de las maneras de Dios que pueden ver algo bueno y llamarlo mal, tal vez es la cosa mas cerca del pecado de no se puede perdonar, porque es la cosa mas difícil de cambiar en la vida de alguien. Tenemos que poder ver el bien como bien, y el mal como mal.

Pero en la segunda carta a los Corintios, escuchamos que ¡no nos desanimamos! We do not lose heart. Porque en Jesús no estamos sujetos a los poderes de este mundo. En las promesas y el pacto bautismal, afirmamos esta verdad. Sabemos que, no importa como es nuestro exterior, Dios nos esta renovando por dentro, en corazón y mente.

Jesús saca los ladrillos de los muros que han sido construidos en nuestros corazones y nos deja reconectar con Dios. Una manera que Jesús hace esto es renovar nuestro sentido de lo que es familia para nosotros.

En junio, tenemos un par de celebraciones. Uno es el día del padre, que vamos a celebrar el fin de semana que viene. Otro es el meso de orgullo. En la comunidad gay, tenemos un concepto que es de una familia escogida. Amamos y disfrutamos nuestras familias de origen, y a veces nos aman también, pero a veces no nos aceptan o a veces aumentamos miembros a nuestras familias que son amistades quienes son como familia para nosotros. Celebramos la familia que tenemos y buscamos nueva familia y nuevas conexiones.

Pienso que Jesús hace algo semejante en la lectura de esta semana. Sabemos que el ama a su familia- su mama, sus hermanos, y su papa adoptado, de otras partes del nuevo testamento. Pero nos dice algo nuevo aquí. Nos dice que lo que forma la familia no solo se trata de la sangre. Dice:

“¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, añadió: — Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues cualquiera que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.”

Nuestra familia verdadera, si es de sangre o si Dios nos la trae de otra forma, es la gente que hace la voluntad de Dios. Ya sea en los líderes o en las relaciones familiares, debemos mirar los frutos de las personas que nos rodean. ¿Sus acciones están ayudando a sanar a los demás, y de otro modo conduciendo a la plenitud y a una relación restaurada? Entonces les ayudarán a conectar con Dios. ¿Están poniendo ladrillos en el muro entre Ustedes y Dios? Entonces deben tener cuidado.

Ahora bien, esto no quiere decir que debamos excluir a aquellos que parecen pensar u operar de manera diferente. Hay demasiada división en este mundo. Jesús tampoco descarta a su familia en este momento, aunque pueda parecer que están interrumpiendo su ministerio. No necesitamos más muros, incluso si se levantan por razones bien intencionadas.

En cambio, debemos reconectarnos con Dios y con aquellos que nos ayudan a mantenernos conectados con Dios, y luego salir y tratar de conectarnos con aquellos que estarían construyendo muros. Es un trabajo tonto, y puede que sólo lo hagamos quitando un ladrillo a la vez, pero Jesús diría que este trabajo interno y externo nos ayudará a seguir siendo libres. ¡No estaremos atados! Mientras que busquemos la sanación y la vida integrada juntos, encontraremos también nuestra libertad. Amen.



[1] Joy J. Moore, from “Sermon Brainwave Podcast for June 9, 2024.” Mi traducción. Working Preacher's Sermon Brainwave: Sermon Brainwave 968: Third Sunday after Pentecost (Ord. 10B) - June 9, 2024 (libsyn.com).

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