Cuaresma 5 (C) + Amor quebrado y abierto + 4.7.19

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2018/02/02/faith-poured-out/

M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Isaías 43:16–21; Salmo 126; Filipenses 3:4b–14; San Juan 12:1–8)

“María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume. Entonces Judas Iscariote, que era aquel de los discípulos que iba a traicionar a Jesús, dijo: — ¿Por qué no se ha vendido este perfume por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres?
… Jesús le dijo: —Déjala, pues lo estaba guardando para el día de mi entierro. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.”
¿Algunos de Ustedes vieron la película “Crazy Rich Asians” el año pasado?[1] Estoy leyendo los libros, y aunque a veces los temas son muy adultos, están una educación (un poco hiperbólico) sobre cómo vive la gente súper-rica de Asia. En la serie, una mujer asiática-americana conoce y eventualmente se junte con un hombre que viene de una familia muy anciana y rica de Singapur. Luego ellos tienen aventuras con la gente adinerada de Asia. Aunque hay mucha ficción en la escritura de los libros, me parece que muestran una verdad clave sobre ser rico o pobre. Los ricos viven con miedo de perder lo que tienen. De no poder mantener lo que tienen, y por esto tienen miedo de estar generosos. Los pobres no tienen ese temor así que cuando reciben algo que parece más de lo que necesitan, comparten generosamente. (Muchas veces-no quiero idealizar a la gente pobre aquí tampoco.) Por ejemplo, Kevin Kwan, el autor, menciona que la gente rica a veces no da propinas, porque no sienten que puedan perder el dinero.
Pienso que María da aquí con Jesús como da una persona pobre. Su familia ha invitado a Jesús y a los discípulos. Y su hermano se ha regresado a la vida, pero en la ubicación de esta historia dentro del evangelio de San Juan, sabemos que sus acciones no solo señalan su agradecimiento personal a Jesús. Esta historia cae antes de la Ultima Cena y el padecimiento y muerte de Jesús.
A primera vista, el gesto de María aquí puede parecer como una demostración demasiada grande de su abundancia. Pero a diferencia de los aviones privados que contienen salones que son una reconstrucción de un templo anciano solo para mostrar su riqueza, su gesto de María contiene mucho significado.
Porque, el frasco de oleo que abre María tiene un valor aproximado de más que 19000 dólares en nuestro tiempo.[2] Esto es casi nada para los ricos de nuestros tiempos, pero pareció mucho dinero a la gente de entonces- fue el pago de un año entero para la gente humilde entre que sirvió Jesús.
Este tipo de oleo solo se ocupaba en dos eventos – la coronación y en la muerte de alguien.
[3] Uno tiene la idea de que si fuera para la preparación de un cuerpo, solo se ocuparía una porción del frasco precioso. Parece extravagante ocupar cada gotita del óleo especial.
Jesús dice “A los pobres siempre los tendrán entre ustedes.” ¿Quiere decir que no le importa los pobres Jesús? Claro que no. Un comentarista nota que otra traducción aquí puede ser “mantiene a los pobres siempre a tu lado”- casi como un mandamiento de Jesús de mantenerlos cerca a los pobres a la comunidad cristiana.[4]
¿Por qué? Porque aquí María da como una persona pobre. Probablemente no es pobre, porque a lo menos tiene una casa, comida y acceso a un frasco precioso de oleo de unción. Ella da de las riquezas que ella tiene, no pensando en mañana. Sí, es probable que hay una manera más razonable de ocupar el frasco y a su abundancia. Pero ella quiere dar libremente. Quiere dar por lo que le significa Jesús a ella. Y también está llena de mucha emoción. Posiblemente siente como acerca el tiempo de Jesús. Así que lo quiere dar la coronación y la preparación para la muerte que merece. La fortaleza para enfrentar lo que está por venir.
Pero imaginase estar en ese cuarto. Sería casi imposible evitar oler el olor fuerte e embriagador del óleo y como muestra un amor que casi parece auto humillación de María, mientras ella literalmente se acerca a sus pies de Jesús para lavarlos con sus cabellos. Jesús es su Señor, su hermano y su amigo. Él le ha mostrado el perdón, la resurrección, y la vida. Él le ha mostrado amor en un mundo quebrantado.
La liturgia ocupa gestos grandes, y llevamos ropas finas para mostrar algo del misterio de la divinidad. Tratamos de señalar a lo que hace Dios entre nosotros, aprender de lo que Dios nos quiere ensenar de las escrituras. Alguien pudiera entrar en nuestra iglesia sin saber nada de nuestra tradición católica y preguntar, ¿Por qué lleve esa sacerdote sotanas tan elaboradas? ¿Por qué escuchamos al órgano o tenemos música que a veces parece altiva? Pues, nada de esto es para mí. Si es muy divertido vestirme de lujo, pero todo esto se trata de tratar de acercarnos a Dios y a los misterios de la salvación que tenemos en Jesús.
De la misma manera, el gesto de María es una liturgia aquí. Ella hace un recordatorio físico y sacramental que Jesús y sus seguidores están entrando un tiempo de transición. Van a estar esparcidos. Los que han festejado con el novio van a estar de luto. Van a temer, pero su temor se convertirá en gozo. Pero no antes de pasar por el Vía Crucis, por la Vía Dolorosa. Justo como hemos pasado cada domingo de la Cuaresma, ellos pasaran por la pasión de Jesús.
Este gesto es muy personal para María, y está lleno de amor. Es una expresión de una manera de dar como dan los pobres, libremente, sin temor de perdida. Y es un rito, en el que María nos recuerda de lo que va a pasar, y le ayuda también a Jesús a prepararse, en una vez más sentir el amor profundo de sus discípulos en su toque tierno.
Entramos a la puerta del Vía Crucis esta semana. La semana que entra, en el domingo de Ramos y de Pasión, vamos a tener ramos para la entrada jubilosa de Jesús y luego escuchamos la Pasión de San Lucas. Luego en Jueves Santo vivimos de nuevo la Última Cena, con lavatorio de pies con compartir el pan y el vino. Luego entramos en el momento duro de su muerte de Jesús en Viernes Santo. Finalmente entramos en el gozo de la Pascua en la Vigilia de la Pascua el sábado antes de la Pascua y en el día de la Pascua.
Pero ¿Cómo nos estamos preparando internamente para la resurrección en nuestros corazones? ¿Cómo va a ser Pascua para nosotros este año?
Por los que están regocijando con nuevos empiezos, la Pascua parece una manera. Y para los que están de luto, lloremos con la Pasión y la muerte de Jesús de una nueva manera más profunda. ¿Cómo podemos dar libremente, sin contar el costo, esta semana? Y ¿Cómo podemos preparar a nuestros corazones por lo que nos tiene Jesús? Ten cuidado, posiblemente sus corazones van a quebrar por un momento, pero en tiempo va a madurar su amor y su vida por siempre.



[1] Basado en libro de Kevin Kwan (Doubleday, 2014).
[2] Rolf Jacobson, Karoline Lewis, and Matt Skinner, “Sermon Brainwave #656 – Fifth Sunday in Lent,” https://www.workingpreacher.org/brainwave.aspx?podcast_id=1120.
[3] Lindsey Trozzo, “Commentary on John 12:1-8,” https://www.workingpreacher.org/preaching.aspx?commentary_id=3993.
[4] Ibid.

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