Presentación A + Pan y Copa + 02.02.2020


M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard

(Malaquías 3:1–4; Salmo 84; Hebreos 2:14–18; San Lucas 2:22–40)
“También estaba allí una profetisa llamada Ana, hija de Penuel, de la tribu de Aser. Era ya muy anciana. Se casó siendo muy joven, y había vivido con su marido siete años; hacía ya ochenta y cuatro años que se había quedado viuda. Nunca salía del templo, sino que servía día y noche al Señor, con ayunos y oraciones. Ana se presentó en aquel mismo momento, y comenzó a dar gracias a Dios y a hablar del niño Jesús a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.” (Lucas 2:36-38)
Bella Ana, grande en años y compartiendo su sabiduría con los jóvenes. Los jóvenes y adultos y de hecho todas las edades uniendo en alabanza. Creo que esto es lo que le agrade el corazón de Dios. Y lo que nos hace feliz de entrar en su santuario o en cualquier lugar donde esté presente el Altísimo. Old and young and all in between, worshiping together, this makes God’s heart glad, I am sure!
Vi a Dios en un lugar inesperado esta semana. ¿No es siempre así? Estaba con mi grupo “Communitas” de Pepperdine, un grupo de clérigos en entrenamiento para liderazgo. Y nos llevaron al Huntington Park, y una escuela llamado “Miles Avenue.” Allí hay varias escuelas en una: una “Magnet” de las Ciencias, un programa de ensenar en dos idiomas (inglés y español) y un programa de escuela “normal” que es extraordinario. Vimos a los estudiantes muy enfocados, a maestros y maestras bien enfocadas pero más o menos felices, y más que nada respetados. Y conocimos a un grupo de padres voluntarios. At Miles Avenue School we saw respectful students and respected teachers, and a great group of parent volunteers. Alrededor de 100 padres hacen trabajo voluntario en aquella escuela en una base regular, sacando fotocopias, limpiando el lugar de jugar durante el tiempo libre, y todo lo necesitado para apoyar a la escuela. Esta escuela fue un ejemplar de una comunidad fuerte y resistente en la cara de muchos obstáculos. Although society would deem Huntington Park a disadvantaged community, this school was thriving. Reflejando en el amor que estos padres, los maestros y los estudiantes compartieron, vi un poco de lo que tratamos de hacer en la iglesia cuando compartimos el amor de Dios entre diferentes generaciones.
Hoy celebramos la Gran o Santa Comunión, lo que en otras tradiciones lo llaman “Primera Comunión” de algunos jóvenes muy especiales.
Today we celebrate the Grand Communions of some very special young people. Ellos han estado viniendo fielmente al templo de Dios, justo como la Sagrada Familia, San Simeón y la Profeta Ana en la lectura de hoy. Han estado ofreciendo su tiempo y cualquier don que tienen. Ahora no traen un par de tórtolas, pero dan de su tiempo precioso y cualquier recurso que pueden contribuir sus familias. They share not turtledoves but their time, and perhaps other resources too. Pues los pichones de Paloma del tiempo de Jesús vinieron de una tradición larga. Durante la Pascua de los Judíos, Dios dijo que cada niño primer nacido fue su propiedad. Y por tradición las familias presentaron sus niños primeros y ofrecieron algo a Dios. Podemos imaginar a José y María diciendo a Dios, “queremos quedarnos con Jesús, Dios así que aquí hay un par de tórtolas” Pues Simeón sabe que Jesús no va a poder quedar con ellos por siempre, pero a lo menos por ahora, aquí están con su ofrenda.
Y ¿no es esto lo que hacemos nosotros cuando honremos a Dios con nuestras ofrendas de tiempo, talento y tesoro cada semana? Honremos a Dios porque lo que recibimos es mucho más. We honor God because what we receive is so much more.
El pan y vino a veces son gloriosos – pan recién cocido y vino de calidad. O a veces es una hostia más humilde y un vino o jugo no tan impresionante. Pero espiritualmente, el sacramento nos da algo. Whether it is fancy or not, the bread and the wine feed us with more than physical food. Puede ser una comida física glorioso o no, pero de todos modos es la fuente de la vida.
Yo he viajado mucho. Ha sido una bendición de Dios. He estado en Europa, el Medio Este, América del Sur y diferentes partes de Norte América. Y cuando he viajado, he tenido hambre. Hambre no solo por la comida de cada cultura, que nos nutre tanto. Pero también por la Santa Eucaristía. I have hungered for the sacrament. Así que he entrado a iglesias, muchas de ellas católicas romanas si no estaba cerca de una iglesia anglicana o episcopal, y he buscado la comida del altar de Dios. Del sacrificio hecho por Jesús en su propia vida. Del perdón en su forma más tangible, excepto un gran abrazo en la circunstancia apropiada. A veces he estado rechazada de esa mesa, y yo sé el dolor que muchos de Uds. han sentido en esto. I know a bit of that pain, the sting of rejection from the altar. A veces he estado dado una bienvenida inesperada. En una iglesia franciscana en España, Pastora Alene y yo acercamos para una bendición y ¡el sacerdote insist que tuvimos que recibir la Santa Comunión! Pero, si estaba bienvenida o no, siempre sabía que Dios me dio la bienvenida. Whether I was welcomed or not to the table, I always knew God welcomed me.
Porque así me ensenaron mis maestros dominicales. Personas como Cindy Morales. Quienes me enseñaron que Dios me amaba. Que Jesús era mi Salvador, hermano y amigo. Mis maestras de Escuela dominical me dijeron que por mi bautizo siempre pudiera recibir el sacramento. Y de hecho que debía de invitar a otros que no conocieron a Cristo, o que no estaban bautizados. I knew that I was always welcome in God’s house and that I should invite others, too.
Vengan a recibir este pan. Beban de este vino. Vengan a celebrar con los que han aprendido sus oraciones y de la Santa Comunión hoy, nuestros jóvenes. Que celebremos conociendo que, aunque es siempre bueno saber oraciones, es nuestra presencia fiel en el templo, recibiendo el sacramento, que nos nutre con lo que necesitamos para servir a los demás. Porque esto es el verdadero pan de vida, y el cáliz de salvación. Si alguno de Ustedes tenga hambre hoy, un hambre que no se puede satisfacer, vengan a esta mesa. If any of you hunger today with something that cannot be named, come to this table. Eat this bread. Beban de este cáliz. Y estén llenados de nuevo.
¡Demos Gracias a Dios!

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