Pascua A + 4.12.2020
Melissa
Campbell-Langdell
All Santos,
Oxnard
(Juan
20:1-18; Génesis 1:1-2; 26-2:4a; Éxodo 14:10-31; 15:20-21)
Hoy estamos con María acercando la tumba. Todavía está muy temprano. Sus
pies en sandalias cruzan una tierra pedregosa. Hace frio afuera, y le envuelve
un poco más en su chal. Pero tenemos un deber para cuidar a su cuerpo, y aún más,
un amor que nos lleva a servir. Acercamos a la tumba- ¡esta vacío! Sentimos choque,
posiblemente perturbación. ¿Quién lo ha llevado? Y luego, ¡viene Jesús… y gozo!
Ahora estamos con Pedro y el otro discípulo. Corremos a la tumba. ¿Puede
ser verdadero? Todavía esta oscuro. Los tiempos son oscuros. La tumba esta vacía.
¿Qué significa esto? ¿Puede significar que él ha resucitado? Los discípulos
regresan pronto, asombrados y llenos de un gozo tentativo.
En esta mañana de Pascua amanecemos para encontrar un mundo que todavía
esta tan oscuro como la tumba. Pero la luz pascual de Cristo ha entrado el
mundo antes, y confiamos que lo hará de nuevo. Pronto veremos la resurrección.
Pronto veremos la nueva vida.
En el día de Pascua en 251, obispo Dionisio de Alexandria dijo que aunque estaban en un tiempo de epidemia que “lejos de ser un tiempo de perturbación, [fue] un tiempo de gozo no imaginable.”[1] ¿Pero cómo? ¿Cómo puede un tiempo de plaga ser un tiempo de gozo? Pienso que parte de la respuesta a esto es que sabemos que aunque tememos la muerte y la separación como cristianos, sabemos que no es el fin de la historia. Las raíces de esto empiezan en la primera mañana pascual.
En el día de Pascua en 251, obispo Dionisio de Alexandria dijo que aunque estaban en un tiempo de epidemia que “lejos de ser un tiempo de perturbación, [fue] un tiempo de gozo no imaginable.”[1] ¿Pero cómo? ¿Cómo puede un tiempo de plaga ser un tiempo de gozo? Pienso que parte de la respuesta a esto es que sabemos que aunque tememos la muerte y la separación como cristianos, sabemos que no es el fin de la historia. Las raíces de esto empiezan en la primera mañana pascual.
En ese día, los discípulos hubieran reunidos para compartir historias
del Cristo resucitado. Pero lo entenderían dentro de las escrituras judías, y
del plan de salvación que Dios había mostrado en el pasado. Algunas de estas
lecturas están en la misa de la vigilia de Pascua, y los leeremos un par hoy.
Estas historias nos recuerden que la muerte no es el fin del cuento. Así que
miraremos a dos de estas historias para ver donde vemos a Cristo resucitado de
nuevo este ano aun mientras todavía esperamos más señales de la resurrección en
los meses que vienen.
Leemos de Génesis 1:1-2; 1:26-2:4ª (la historia de la creación).
Pregunta para reflexión: ¿Dónde has visto la creación de Dios y su poder
creativo en las semanas recientes? (tiempo para compartir o para escribir sobre
esto)
(Algunos ejemplos: los que hacen mascaras en sus casas, o las maneras
creativas de comunicarnos y entretenernos; ver música “en vivo” en la casa de
un músico en línea…)
(Mientras que la gente comparte, estamos invitados a responder “¡Aleluya!
¡Cristo ha resucitado!”)
Leemos de Éxodo 14:10-31; 15:20-21 (la historia de los israelitas y como
Dios los llevo de Egipto)
Pregunta para reflexión: ¿Cuándo le ha traído Dios por algo que pareció
casi imposible? (tiempo para escribir y platicar)
(Ejemplo – una mujer que sobrevivió COVID-19 a pesar de tener neumonía y
lupus y dice que fue por su fe en Dios (VC Star 4/11/20); más pequeño pero:
tuve miedo de pasar mi examen de manejar cuando fui una joven adulta pero
después de mucha practica Dios me ayudo a tener éxito – ¿otros?)
(Mientras que la gente comparte, estamos invitados a responder “¡Aleluya!
¡Cristo ha resucitado!”)
Para terminar, voy a compartir un poco de lo que Obispo John Harvey
Taylor compartió con nosotros en su plática de Semana Santa. El reflexiona
sobre como quedarnos en casa ha salvado vidas, pero que ha sido con
sacrificios. Grandes sacrificios de los que trabajan en trabajos médicos y de
agricultura y los supermercados y farmacias, pero pequeños pero verdaderos
sacrificios de los que queden en casa. Él dijo:
“Mis hermanos y hermanas en Cristo, este no es ano para hablar de no saltar al gozo de la Pascua. Porque en rendir todo lo que han rendido, mis hermanos y hermanas en Cristo, se han vaciado varias tumbas. Has ayudado a salvar las vidas de tus vecinos.”[2]
“Mis hermanos y hermanas en Cristo, este no es ano para hablar de no saltar al gozo de la Pascua. Porque en rendir todo lo que han rendido, mis hermanos y hermanas en Cristo, se han vaciado varias tumbas. Has ayudado a salvar las vidas de tus vecinos.”[2]
Y así es. Las tumbas están vacías. ¡Cristo ha quebrado a cada cadena!
Estamos resucitados con el de nuevo.
Lamentamos con los que lamentan la perdida de vida y otras perdidas.
Pero hoy proclamemos el gozo de Pascua: ¡Cristo esta resucitado! Aleluya.
Pasaremos por este tiempo y muy pronto tendremos una nueva vida, y una vida
renovada. Amen.
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