Propio 18 (A) + La deuda de amor + 9.10.17

(From Diana Glyer's Clay in the Potter's Hands)
M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Éxodo 12:1–14; Salmo 149; Romanos 13:8–14; San Mateo 18:15–20)
¿Qué deuda deben Ustedes a los demás? O ¿qué piensa que los demás piensan que Ustedes deben?
Al salir de la iglesia el día jueves, una señora me acercó pidiendo ayuda.  Yo le dije que estaba en camino para llevar la Santa Comunión a la casa de un feligrés pero que pudiera regresar el día siguiente y pudiéramos ver si a lo menos pudiéramos ayudar con una porción de su necesidad. Este mes, gracias a una ayuda que casi se acaba, hemos ayudado a más de siete familias con diferentes necesidades Cuando podemos, una gran porción de mi trabajo en la oficina tiene que ver con ayudar a los menos afortunados. Y es una bendición, ayudar como puedo, no solo con dinero por parte de la iglesia pero con otros recursos.
Pero en todo esto me he dado cuenta de que mucha gente tiene muchas expectativas de la iglesia, aun cuando no asisten. Ellos piensan que la iglesia les debe. No todos, pero muchos, tienen expectativas de mi tiempo y piensan que los fondos de la iglesia son ilimitados, que no lo son.
Y resulta algo chocante cuando una iglesia no está generosa, como fue el ejemplo en las noticias la semana pasada- que la grande iglesia de Joel Osteen no quisiera abrir sus puertas. Vi en las redes sociales en estos días recientes que la gente está quejando de Joel Osteen. Y esto no fue buena cosa, pero también nos dice mucho sobre las expectativas de las iglesias también. Con buena razón, pero hablemos de esto en un momento.
La gente viviendo en Roma durante el primer siglo después de Cristo tenía una cultura de deber mucho a diferentes personas- si sea patrones o diferentes grupos en la sociedad. Como lo describe un comentarista, “al emperador “debían” honor y lealtad; a su patrón (si lo tenían…) debían dinero, bienes, honor; esclavos debían servicio y hasta sus vidas; las esposas debían sumisión, et cetera.”[1] Esa fue la cultura de entonces. Así que, ¿qué quiere decir Pablo aquí, que la única deuda debe ser el de amor? Él quiere decir que no deben participar tanto en esto de tener deudas porque complica la vida. Y le puede distraer de lo que realmente importa- amar uno al otro como Dios nos dice.
Entonces esto tenía que ver con cómo los romanos que fueron seguidores de Jesús pudieron vivir dentro de ese contexto. Como podían vivir su fe con integridad. No querían tener muchas deudas porque tenían una deuda más grande – la de amor.
Amor dice esto: El que tiene amor no hace mal al prójimo; así que en el amor se cumple perfectamente la ley (Romanos 13:10).
Desafortunadamente no vimos esto esta semana en la decisión de terminar con DACA, o la acción deferida para los que llegaron aquí como niños. Viendo a Facebook, vi a jóvenes llorando no por si mismos pero por primos y hermanos menores. Pienso en nuestros queridos amigos jóvenes adultos quienes posiblemente están enfrentando esto. Vi también en el periódico cada día mas historias de jóvenes adultos en temor. Esto es hacer mal al prójimo, y no es compartir el amor.
Pero nuestro congreso tiene una oportunidad de compartir amor. Y esperamos que lo hagan. Los que votamos podemos levantar nuestra voz.
Porque ellos nos deben una deuda de amor. Y nosotros debemos a los demás una deuda de amor. Porque Jesús no nos dio su camiseta. Ni su pie. Pero dio su vida para nosotros, un sacrificio de amor. Y por esto todos nosotros los que creemos en él le debemos amor. ¿Cómo lo compartimos el amor? Él dice que lo compartimos uno al otro.
A veces compartir amor significa mantenerse en relación uno con el otro. El pasaje del evangelio de San Mateo de hoy nos comparte como mantener en relación con alguien con quien no estamos de acuerdo. Nos muestra cómo proteger a nuestra comunidad. Si alguien actúe mal, habla con ellos. Si no escuchen, hablen con otra persona, y si no, incluye toda la comunidad. Pero estemos bien cuidadosos de mantener la conversación abierta y no romper la conexión. Algunos piensan que Jesús dice aquí que si no están de acuerdo, lo boten de la comunidad. Y de vez en cuando, para estar honesta, si alguien hace daño a los demás, no hay otra opción. Pero mira-él nos dice que lo tratamos como un cobrador de impuestos. Pues, ¿Qué hizo Jesús con ellos? Pues, ¡los invitaron a cenar! Así que, según lo posible, nos mantenemos las conexiones. Porque aprendemos uno del otro, aun de la gente difícil.
¿Por qué es importante esto? Es importante porque lo que atemos aquí, está atado en el cielo, es decir que nuestras decisiones tengan consecuencias espirituales y emocionales que pueden sobrevivir. Así que recordemos nuestras deudas de amor y actuemos así. Y esperamos, de hecho, mandamos a nuestros líderes que ellos actúen así, también. Para el bien de todos.
Porque “Amor dice esto: El que tiene amor no hace mal al prójimo; así que en el amor se cumple perfectamente la ley” (Romanos 13:10).
Y sabemos que si seguimos esto seguimos a Cristo. Y si seguimos a Cristo no tenemos que temer porque Dios está en control. Más fuerte que faraón. Más fuerte que cualquier líder de este mundo, Dios nos guiará y nos salvará con sus manos salvíficos. Porque Dios nos ama, sus siervos en amor.



[1] Kyle Fever, “Commentary on Romans 13:8-14,” https://www.workingpreacher.org/preaching.aspx?commentary_id=3401, My translation.

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