Propio 20 (A) + Acerquen al Senor + 9.24.17
M. Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Éxodo 16:2–15; Salmo 105:1–6, 37–45; Filipenses 1:21–30; San Mateo 20:1–16)
Draw near to the Lord. Que se acerquen a la presencia del
Señor (Éxodo 16:9b).
Posiblemente Ustedes ya saben que Alene, Génesis y yo obtuvimos una
perra esta primavera. De hecho, la perra, Zip, pertenece a Génesis pero la
realidad es que Dios la ha puesto en las vidas de las tres de nosotras. Y ¡hemos
tenido que aprender tanto! Alene y yo estamos más acostumbradas a tener gatos
en nuestras vidas adultas. So having a dog has made us learn a lot! Así que hemos tenido que aprender
mucho sobre su cuidado. Pero ella hace una cosa linda cuando quiere sentir más
segura. Nos acerca, y se empieza a apoyar por nuestras piernas. Es como
un pequeño abrazo. Y es muy tierno. It is so sweet when she leans on us when
she wants comfort!
Así que, posiblemente por esto, leyendo esta lectura del libro de Éxodo
de hoy, vi esta frase de Moisés: “Que se acerquen a la presencia del Señor.”
“Draw near to the Lord.”
No sé de Ustedes, pero yo he sentido mucha necesidad de acercarme a la
presencia del Señor en las últimas semanas. Casi parece que cada nuevo día
escuchamos de otro huracán u otro terremoto. Estamos en temor por familiares o
a lo menos la gente afectada aunque no los conocemos porque ellos están en
necesidad. Queremos responder. We want to respond. Pero también queremos que
paren estos eventos turbulentos. We, or at least I, want these events to
stop!
La gente israelita que hablaba con Moisés en el desierto quiso que
parara los eventos turbulentos también. Él les había traído de Egipto pero
ahora ellos tenían miedo de que fueran a morir en el desierto de hambre. Y no
es ninguna sorpresa. No había mucha comida evidente. There wasn’t a lot
of obvious food to eat. And the people were riled up!
Así que Dios le dijo a Moisés- yo los voy a proveer comida. No más de lo
que necesitan, ni menos. Ni pueden tomar demasiado. Pero si, los voy a proveer
comida. God assured them that he would provide. And he did. Bread from
heaven and meat in the form of birds. La mana o pan del cielo y carne en forma de codornices.
Que se acerquen a la presencia del Señor. ¿Podemos decir que realmente podemos venir al lado de Dios y sentir el apoyo que Dios nos da? Will you lean on God? Creo que en estos tiempos turbulentos tenemos que aprender de nuevo de acercarnos al Señor, justo como hace nuestra perrita. J
Que se acerquen a la presencia del Señor. ¿Podemos decir que realmente podemos venir al lado de Dios y sentir el apoyo que Dios nos da? Will you lean on God? Creo que en estos tiempos turbulentos tenemos que aprender de nuevo de acercarnos al Señor, justo como hace nuestra perrita. J
Esto es para el bien de nuestra salud mental. Porque escuche en la radio
esta semana que cuando escuchamos de algo que pasa como un huracán o un
terremoto y vemos las fotos, como históricamente nunca recibimos las noticias
tan rápidamente, nosotros empezamos a sentir que estos eventos están pasando en
nuestro alrededor. Y podemos sentir un trauma aun en solo mirar las noticias. Y
¿Qué sabemos de trauma? Sabemos que nos inmoviliza. Sentimos que no podemos
hacer nada. We feel we cannot do anything in the face of suffering.
Pero cuando nos acercamos a Dios, sabemos que Dios sí puede recibir el dolor del mundo. Jesús ya lo hizo en la cruz. Así que
podemos decir a Dios, me acerco a ti. En los cuentos de Narnia, hay un momento
en que Lucy pone su cabeza en Aslan y se siente renovada por sus fuerzas. Va
asi: “Lucy hundio su cabeza en su melena para ocultarse de su rostro; pero
debía de existir magia en su melena, pues sintió que la energía del León
penetraba en ella. Se incorporó repentinamente.”[1]
We can lean on God like the children of Narnia leaned on Aslan and felt
strength from God. Nosotros
podemos sentir la fuerza animal de Dios, que nos restaure.
Porque esto es lo que paso después en el pasaje con Lucy y Aslan. Ella
dijo: “Lo siento, Aslan … estoy lista.” Y el declaró: “Ahora eres
una leona…. Y toda Narnia se renovará. Pero ven. No tenemos tiempo que
perder.”[2]
Y entonces, cuando sentimos las fuerzas de Dios, no estamos inmóviles
pero podemos mover para hacer cambios. Estamos liberados para ser las manos y
los pies de Jesús en este mundo. Justo esta semana pude poner ropa y cobijas en
el auto de unos feligreses, cosas destinados para México y las víctimas del
terremoto. Justo la otra semana, alguien nos trajo ropa del grupo Mixteco, o
MICOP. Yo no sé porque, pero lo di a estos esfuerzos, como ya habíamos dado para
responder a las necesidades en Tejas. Y dimos a los esfuerzos en respuesta al
huracán por medio de nuestro grupo de Desarrollo y Alivio de la Iglesia
Episcopal y lo haremos de nuevo para los en México, Puerto Rico, y cualquier
lugar que haya necesidad.
Es también por esto que estamos apoyando a la gente detenida por
cuestiones inmigratorias y porque luchamos por los jóvenes que sueñen con hacer una mejor vida en nuestro país.
Pero solo lo podemos hacer apoyados por Dios. Así que, hoy, se acerquen a Dios, y que sienten apoyados por su fuerza y su calor, para salir renovados para hacer su trabajo en el mundo. Porque Cristo no tiene ni pies ni manos en el mundo, que no son los nuestros. Amen.
Pero solo lo podemos hacer apoyados por Dios. Así que, hoy, se acerquen a Dios, y que sienten apoyados por su fuerza y su calor, para salir renovados para hacer su trabajo en el mundo. Porque Cristo no tiene ni pies ni manos en el mundo, que no son los nuestros. Amen.
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