Pascua 2025 + Recuerdo, y creo
M.
Campbell-Langdell
(Lucas 24, 1 Cor 15)
El grupo góspel Sweet Honey in
the Rock tiene una canción “I Remember, I Believe” que se trata de cómo la
gente afro-americana ha sobrevivido a la esclavitud y más.
Dice que no sabe cómo su madre
resistió, ni su padre se mantuvo firme ni como su gente sobrevivió la
esclavitud, pero que recuerden y por esto, creen.
Tal vez en el contexto de sus
familias han sobrevivido algo grande, y esto los ha dado las fuerzas para vivir
otro día.
Yo recuerdo que la familia Chica sobrevivió la guerra civil en El Salvador,
aunque tristemente perdieron a un hijo y hermano. Pero el salmo 91 los sostuvo
durante ese tiempo y es parte de su historia familiar. Tal vez en su familia
hay una historia de sobrevivencia que los anima.
Pero la canción del grupo
Sweet Honey in the Rock es una canción de resurrección. También nos hace
recordar del tiempo en que el pueblo de Israel fue rescatado por Dios de la esclavitud.
Dice:
“No sé porque la sangre corre
por mis venas
No sé cómo Dios me dio otro día
mas
Aquí, parada en una tormenta,
creo.”[1]
Yo recuerdo, y por esto yo
creo.
Y esto me habla del día de la
Pascua. No sabemos cómo Jesús regreso a la vida. Pero lo hizo. Ni imagino como.
Pero su regresa a la vida nos llena con un poco mas esperanza. Recordamos, y
por esto creemos.
Esta semana escuche que la
meta de la predicación es ayudarnos el uno al otro a recordar las palabras de
Jesús. Cuando se hace bien, no recordamos las palabras del predicador. Pero
recordamos las palabras de Jesús y sus enseñanzas. Y recordemos por que
creemos.[2]
Esto es porque creer es un
verbo. No lo hacemos de manera pasiva, sino es algo activo. La sorpresa de la resurrección
de Jesús nos recuerda que tenemos que creer activamente. Aquí en Lucas los
ángeles les piden a las mujeres que crean al ver la tumba vacía.
Anna Carter Florence, una teóloga
de distinción, dice que ellas tienen que ir a ver por sí mismas.[3]
Tienen que ver la prueba. No son distintas que nosotros- cada uno de nosotros
vamos a la tumba de una manera u otra. En nuestras mentes y en nuestros
corazones.
¿Realmente puede ser vacía la
tumba?
¿Realmente esta derrotada la
muerte?
En el evangelio de Juan, María
no va para ver a Jesús, pero va solamente para sentir mas cerca de un ser
amado.[4]
El otro día, Adriana estaba
haciendo las cruces de palmas. Y ella recordó que siempre que era un domingo de
ramos, Dona Elisa le pidió hacerla una cruz. Así que ella le hizo uno y fuimos
al columbario en la capilla. No anticipábamos verla en su forma anterior, pero
queríamos sentir cerca de ella y de su espíritu, para que sepa que estamos
pensando en ella.
Elisa está en el eterno
desfile de la Pascua en el cielo ahora, pero nosotros estamos aquí y necesitamos
conectar con nuestros seres queridos de nuestra forma humilde.
María se fue a la tumba, y o
en Lucas las mujeres fueron, no por una fe sin dudas, pero por un amor y por
fidelidad a la memoria de su amigo y maestro bueno.
Esto también es la fidelidad.
Esto nos ayuda a recordar y a creer.
Pero va un poco más allá. De
una manera, nuestros corazones deben estar abiertos. Debemos recordar que hay
algo en moción aquí, algo que va más allá que esta vida actual. Esto es lo que
se trata la lectura de la primera carta a los Corintios hoy. Pablo nos recuerda
que no depositemos toda nuestra confianza en Cristo para esta vida solamente,
es decir sin pensar en la resurrección. Pero de hecho por razón de la resurrección
tenemos una esperanza real.
Como dice aquí:
“Y así como en Adán todos
mueren, así también en Cristo todos tendrán vida. Pero cada uno en el orden que
le corresponda: Cristo en primer lugar; después, cuando Cristo vuelva, los que
son suyos. Entonces vendrá el fin, cuando Cristo derrote a todos los señoríos,
autoridades y poderes, y entregue el reino al Dios y Padre. Porque Cristo tiene
que reinar hasta que todos sus enemigos estén puestos debajo de sus pies; y el
último enemigo que será derrotado es la muerte.”
El ultimo enemigo que será
derrotado es la muerte. Esto nos recuerda que, aun si sufrimos ahora, no
desesperamos.
En su canción Sweet Honey in the Rock cantan “no sé porque los ángeles me
amanecieron esta mañana,” y es verdad. No sabemos por qué nos levantemos de
nuevo. Cada día nuevo es un pequeño milagro. Estamos recordados de esto por
momentos tristes como fusilamientos u otros eventos. Justo esta semana hubo un memorial para un
trabajador en el hospital San Juan. Estaba en plena vida, aparentemente,
trabajando en la plomería debajo de su casa, cuando falleció. No sabemos
porque, a lo menos yo no se. Pero se fue a Dios. Tal vez esto no fue la manera más
fácil para su familia, porque la muerte duele.
Pero recordamos y creemos que
el ultimo enemigo que será derrotado es la muerte. Regocijamos hoy no solo
porque Cristo es resucitado, pero porque nosotros seremos resucitados también.
Contamos con esto.
Como dice San Máximo de Torino
en su sermón pascual, una de los sermones antiguos de la Pascua, “No dejamos
que nadie, consciente de su pecado, se retira de nuestra celebración común, ni
deja que nadie se aleja de nuestra oración pública por razón de su culpa. Pecador
puede ser por seguro, pero no debe desesperarse del perdón en este día que es
de tan alto privilegio; por si un ladrón puede recibir la gracia del paraíso,
¿Cómo puede un cristiano ser rechazado en su búsqueda para el perdón?”
Confiemos y esperamos en esa
redención divina.
Y recordemos y creemos porque viene un día mejor.
Hasta entonces, celebramos los
milagros menores- las grandes comuniones y la alegría de Pascua. El milagro de
amanecer otro día más, de sobrevivir las tragedias humanas y de poder
regocijarnos en la comunidad por los gozos de la vida.
¿Porque te amanecieron los
ángeles esta mañana? ¿Fue para estar tristes al lado de la tumba vacía? ¿O fue
para recordar y creer en Jesús?
Yo recuerdo, y por esto yo
creo.
Amen.
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