Santo Nombre + 1 de enero de 2017

M Campbell-Langdell
All Santos Oxnard
(Números 6:22–27; Salmo 8; Gálatas 4:4–7; Lucas 2:15–21)

¡Feliz año nuevo! Happy New Year! Hoy día muchos de nosotros pensamos en cómo queremos vivir para el año entrante.
A veces queremos hacer más ejercicio o hacer un proyecto o graduar de un programa de escuela y este es el momento cuando hacemos estos tipos de planes para el año nuevo.
Y estas metas son buenas. Pero me gustaría decir que ninguna de estas importa si no piensan en quien sirve. Cuando piensa en las metas que tiene Ud., ¿piensa en servir a Dios? ¿En el nombre de quien vive?
Nosotros como cristianos estamos llamados a servir en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Hoy día celebramos la fiesta del Santo Nombre, y no solo es un día en que dieron nombre y circuncidaron a Jesús como los buenos judíos que fueron María y José, pero también es el día en que recordamos en el nombre de quien vivimos.
Servimos a Jesús y todas nuestras esfuerzas deben ser en su nombre.
Leí un artículo hace una semana que describió como podemos vivir en este nuevo mundo político, y realmente tenía su propio punto de vista, porque el tema que entramos en un tiempo autoritario. Pero él dice que “en tiempos como estos, individuos piensan de antemano de lo que quiere el gobierno represivo, y empiezan a hacerlo.”[1] Lo que él quiere decir es que uno tiene que evitar dar consentimiento de antemano con el gobierno. Es decir, si uno tema como vaya un gobierno, no debe anticipar los problemas antes de que vengan. También no debemos actuar con demasiada preocupación sobre lo que pudiera pasar en el futuro con un gobierno. Es decir, no actuar con temor de antemano. Y nosotros como cristianos tenemos aún más razón para no actuar así, porque sabemos que con la venida de Cristo en el mundo, las fuerzas de mal están vencidas ya. Mientras pudiéramos estar preocupados por nuestro país, por nuestro mundo, debemos recordar que vivimos primero para Cristo.
En la forma de un bebe completamente vulnerable, sabemos que Dios ha actuado en contra del mal y nos ha ganado la batalla de antemano. Es decir, nosotros no debemos temer de antemano pero de hecho debemos estar valientes de antemano, cuando recordamos en el Nombre de quien vivimos.
Así que, para nuestras metas del año nuevo, que soñemos de manera grande. Un video que vi recientemente dijo que los aviones que quedan en la tierra se descomponen y que nosotros somos los mismos. Tenemos que tener grandes planes, planes para servir a toda la creación.[2] Que tratemos de vivir como gente que viven en el Nombre de Jesús. Que hagamos planes que no solo sirven a nosotros mismos- y estos son buenos también- pero que tengamos metas para el bien de toda la creación. Porque Jesús es el Señor de toda la creación. Que nuestras metas sean no solo enfocadas en nosotros mismos, pero en algo más grande que nosotros.
¿Cómo podemos hacer esto? Si esto parece demasiado grande, solo tienen que pensar de momento a momento. Vivimos esto un día a la vez, un momento a la vez, cada momento que recordemos quienes realmente somos. Esto es verdadero, si nuestra preocupación principal este ano nuevo es lo político, la situación del medioambiente, o una relación en nuestras vidas que no está exactamente como lo queremos. Cada momento tenemos que recordar que podemos reaccionar con amor en vez de con miedo.
Y esto conecta con como acercamos el año nuevo y nuestras resoluciones. Mientras los elaboramos, podemos pensar en quien servimos y no estar esclavizados a las cosas de este mundo. Hablando de la lectura de Gálatas, el Revdo. Napoleón Brito dice que “Muchas cosas nos esclavizan en nuestro estilo de vida social que nos alejan de Dios: el afán de poseer un carro de último modelo, la mansión lujosa que compite con los millonarios, el celular del año, las modas del momento… en fin, muchas cosas más y san Pablo nos dice muy claramente que de todo esto hemos sido liberados, pues ‘Dios infundió en sus corazones el Espíritu de Su Hijo, que clama a Dios llamándole Abba, es decir Padre’.”[3] Y es verdad. El único que debemos servir este año no es el dios del cuerpo perfecto, ni el dios de las riquezas, pero es el Dios Todopoderoso, en el Nombre del hijo servimos. En su Nombre vivimos. Y no debemos temer. No este año, ni en ningún momento. Porque vino Dios en forma de su Hijo. De la manera más vulnerable vino y venció. Su pequeña luz encendió la creación entera. Que lo sigamos, y que cuidamos su creación y encontramos otras maneras de servir a Dios y vivir en el Santo Nombre de Jesús, un momento a la vez. Amen.

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