Cuaresma 3 B + Incomodo con Jesus + 3.7.21
Melissa Campbell-Langdell
All Santos, Oxnard
(Éxodo 20:1–17; Salmo 19; 1 Corintios 1:18–25; San Juan 2:13–22)
Al escuchar la versión de la
limpieza del templo de Jesús este martes pasado como esta mostrado en la
radionovela “Un Tal Jesús”, algunos de nuestro estudio bíblico sintieron que Jesús
era demasiado revolucionario y violento en su manera de hablar (aunque sus
acciones siguen técnicamente no-violentos). Para ellos, esta imagen de un Jesús
enojado y hablando de una manera tan grosera a los sacerdotes del templo judío
no encajaba con la imagen que tienen de un Jesús que siempre muestra el amor y
el perdón. Y es cierto que mi relación con Jesús es que él siempre me recuerda
que debo buscar la perspectiva de compasión. Pero también estaba leyendo el
libro de Eclesiastés esta semana me recordó que hay un tiempo para todo- un
tiempo para estar en paz y un tiempo de estar enojado.
Si son como yo, están muy
listos para entender y buscar la paz, pero a veces el enojo le hace incómodo. ¿Qué
hacer con esta emoción tan difícil? Jesús no siempre busca tranquilizarnos sino
también a veces él nos recuerda que tenemos que hacer trabajo para mejorar la
sociedad. Para combatir la inequidad.
¿Porque digo esto? Pues Jesús estaba reaccionando a una situación de injusticia
en la lectura de hoy. Se trataba de una situación que empezaba con una teología
entendible pero se convirtió en un sistema de opresión. Déjame explicar. En el
templo los cambiadores de dinero hicieron esto porque la moneda del imperio
romano tenía la imagen del cesar, y un título que pareció hacerle un Dios. Por
esto les ofendió los jefes de los sacerdotes recibir pagos en el templo con la
moneda del imperio. Así que tenían que cambiarlo para la moneda especial del
templo. Esto pudiera haber estado bien, pero lo que paso es que los cambiadores
de dinero tenía que ganar la vida así que ellos cobraron algo en cambiar el
dinero, y como comprar animales sacrificiales era parte de la vida judía en
aquella época, la gente no tenía otra opción que pagar el precio alto. Luego
solamente ciertas personas tenían el privilegio de ser cambiadores de dinero y
vendedores de los animales para los sacrificios. Padre Roberto Martínez refirió
a esto esta semana a “una mafia” como el que se encuentre en un swapmeet. Jesús
estaba en contra de todo esto no tanto por mantener la santidad del edificio
del templo tanto como por cómo estaba tomando provecho de y dañando a la gente
de Dios, que son el templo del Espíritu Santo, algo a que el refiere más tarde
en el pasaje cuando habla de su cuerpo como un templo.
Cuando Padre Roberto describió
esto esta semana me hizo pensar en otra situación que hemos vivido en nuestro
país recientemente. Este verano pasado yo me uní a una marcha para el
movimiento Black Lives Matter. Y estaba completamente a favor de hacer un
espectáculo público de esto porque siento que por demasiado tiempo gente blanca
como yo hemos apoyado un sistema injusta para nuestros hermanos afro-americanos
y morenos. Pero llego un momento que llegamos al departamento de la policía. Y
empezaron a gritar en contra de la policía. Y yo sentí muy incómoda porque yo
soy parte del concilio entre fes del jefe de policía. Y trate de calmarles a
los que estaban gritando palabras ofensivas sobre la policía. Pero me di cuenta
de que esto no realmente se trataba de las policías individuales sino de lo que
han hecho en otras partes y lo que representan, incluyendo que para algunos les
hace recordar a las personas que buscaba y captaba a esclavos que estaban
huyendo de sus amos. Me di cuenta de que el movimiento de Black Lives Matter no
es para que yo me siente cómoda pero para que en sentir lo suficiente incómoda para
hacer lo que puedo para hacer una diferencia y cambiar las estructuras injustas
de nuestro país.
Una estructura injusta como la
estructura del cambio de dinero en el templo que hemos visto en nuestra cultura
es redlining, unas prácticas
discriminatorias especialmente por los que dan préstamos hipotecarios y los que
deciden en que comunidades se van a invertir. Con este proceso, empezando en
los 1930s el gobierno de los EEUU dibujó
líneas rojas alrededor de comunidades de gente de color y decidieron no darles préstamos
federales para comprar casas. También a veces esto aplicaba a tarjetas de
crédito, préstamos a estudiantes, y seguros. Los cortes han decidido que este
proceso es ilegal, pero los efectos continúan en la sociedad, y esto es porque más
gente blanca puede comprar sus propias casas y dejarlos a sus niños que gente
de color.[1]
De la misma manera que con los cambiadores de monedas en el templo, un sistema injusto
estaba desarrollado que dio más oportunidades a ciertas personas mientras otras
personas sufrieron.
Pero hay una pregunta interesante
aquí. ¿Qué pasa después de que salen los cambiadores de dinero y vendedores de
los animales del templo? Los efectos de la injusticia siguen manifestando en la
cultura. En unos de los evangelios, Jesús esta capturado y luego muere poco después
de este evento, así que no sabemos cuál sistema el sugeriría para reemplazar
este sistema injusta. Posiblemente es nuestro trabajo, con la ayuda del Espíritu Santo. Pero lo que sí
sabemos es que no caminamos solos. Cuando iniciamos preguntando estas
preguntas, nos unimos espiritualmente con Jesús, y su Espíritu nos guiará.
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