Epif 2 C + Cuando la humanidad brilla con la gloria + ACL + MCL + 1.19.25
Cuando la humanidad brilla con la gloria
Epifanía 2C, Isaías 62, Juan 2, 1 Corintios 12
St Paul’s Emmanuel, Santa
Paula and All Santos, Oxnard
Las Reverendas Alene y Melissa Campbell-Langdell
Nuestro pasaje de Isaías de
hoy es uno que captura a nuestras imaginaciones. Si solo busque “por amor a ti
o Sion” en las canciones que están en la red social, encuentre que hay muchas canciones
sobre el amor de Sion y más. ¿Que tiene este mensaje que conectamos tan
profundamente? Buscando en ingles “for Zion’s sake,” encontramos una canción de
Juliet Spitzer que dice que por amor de América no va detener su mando “hasta
que la vindicación de la humanidad brille” (parafraseado del inglés) (Juliet
Spitzer, 2003). Ahora hay problemas sobre pensar sobre América y Sion como la
misma cosa, y de esto hablamos después si les gustan, pero creo que Spitzer expresa
algo del anhelo que nos atrae a este pasaje.
Me hace recordar del pasaje en
Genesis en que Dios vea la humanidad y dice que “le pesó haber hecho al hombre”
(Genesis 6:6 DHH). Esto es el gran miedo al centro de la humanidad, que hemos sido
abandonados por Dios. Los israelitas, a quienes habla Isaías en este mensaje, han
anhelado regresar del exilio. Quieren estar en casa. En sus mentes, imaginan
toda la belleza que anticipan ver cuando llegan allí. Y llegan y la tierra esta
descuidada, y su existencia es difícil, y hay amenaza de enemigos en todo lado.
Es tan fácil en estos lugares
en los cuales sentimos desolados y abandonados de preocuparnos si Dios lamenta
haber hecho a la humanidad. De habernos hecho a nosotros. Aquí juntamos nuestras
voces al grito de Isaías: “Por amor a ti, Sión, no me quedaré callado; por amor
a ti, Jerusalén, no descansaré” (62:1). Anhelemos el tiempo en que la humanidad
brillara con la luz de lo que podemos ser, lo que fuimos creados para ser. Que
el hecho de que Dios nos hizo sea vindicado. Pero si somos honestas, no solo en
los tiempos de destrucción es que conecto con esta lamentación.
Me encanta que uno de las
oraciones mas poderosas y conmovedoras en las escrituras sagradas es “Ya no
tienen vino” (Juan 2:3). Parece que María dice: Jesús, esto debe ser una ocasión
de gozo y se va a convertir en un espectáculo humillante para los novios y sus
familias. Ella sabe que no se trata de vida o muerte. Sin embargo, esto se
trata del deleite y la abundancia. De no sentir pena ante los familiares y amigos.
Y también sentimos una conexión aquí con todos los momentos en la vida cuando no
sucede lo anticipado. Podremos decir con María, “Jesús ya no tienen (y llenamos
la cosa).” Ya no tienen agua. Ya no tienen casa. Ya no tienen un lugar seguro.
Ya están con miedo de asistir a la escuela o ir a la tienda. Ya han perdido su
ser querido. Ya su conexión con los seres queridos difuntos ha sido destruida.
Martin Luther King Jr habló
de este anhelo e inflamó a nuestras imaginaciones colectivas.
El dijo “yo tengo un sueño,” y hablaba no de como había las cosas actualmente, pero
de cómo debían ser.
Es una cosa asombrosa ser persistente
en nuestras oraciones y en levantar a nuestras oraciones y voces para nosotros
y los que están en necesidad. En el evangelio de San Lucas Jesús nos cuenta una
parábola sobre una viuda persistente quien persiste en pedir justicia de un juez
hasta que el cede y le de lo que quiere, si solo para evitar un ojo morado. Hay
momentos en los cuales solo estamos llamados a seguir adelante, pero esto no es
la buena noticia de este pasaje. En la lectura de Isaías y en la parábola de
San Lucas, hay una ambigüedad sobre quien habla. ¿Es Dios el quien no se calle,
quien no descansara, hasta que hemos estado transformados?
En la reciente película The
Wild Robot,[1]
Roz, el robot, al principio solo es capaz de buscar la tarea que se le ha
asignado. Naufragada en una isla habitada solo por animales, Roz sigue
insistiendo primero en comunicarse y luego en intentar ayudar, incluso cuando
esa ayuda es rechazada por miedo. Finalmente, un accidente hace que un ganso
recién nacido se imprima en Roz como madre y Roz asume la tarea. En el proceso
de amar y ser amado, la propia programación de Roz cambia inexplicablemente.
Roz comienza a trabajar no solo por el bien de este ganso en particular, sino
también por el bien de toda la isla.
San Pablo en su carta a los
Corintios los dice que el Espíritu Santo trabaja de varias maneras a través de varios
tipos de personas, así que ¿Cómo sabemos si algo es el trabajo del Espíritu u
otra cosa? Pablo explica que nadie pueda maldecir a Jesús mientras que este en
el Espíritu. Esto parece obvio, tal vez no muy útil, hasta que se recuerden las
palabras de Jesús sobre como se puede identificar sus discípulos: “Les aseguro
que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí
mismo lo hicieron.” (Mateo 25:40) Nadie quien opera a través del Espíritu puede
desear el mal de su vecino. Como para enfatizar este punto, Pablo sigue,
diciendo “Dios da a cada uno alguna prueba de la presencia del Espíritu, para
provecho de todos.” (1 Corintios 12:7)
El Espíritu trabaja de muchas
maneras y en muchas personas, pero siempre para el provecho de todos. Cada uno
de nosotros tiene un don para compartir y cada don es diferente, pero cada don
importa muchísimo. Cada uno de nosotros debe compartir su don, y sabemos que,
en última instancia, la culminación del reino de Dios en la tierra se parecerá
mucho a que cada uno de nosotros viva plenamente sus dones. De hecho, creo que
el Espíritu de Dios no descansará hasta que la humanidad sea una corona de
belleza.
Usando imágenes de recién
casados y la alegría de saber que uno es cuidado y completamente amado,
Isaías juega con la idea de que la tierra misma será “casada”. Así como Dios se
deleita en nosotros, la humanidad misma volverá a deleitarse en la tierra,
amarla y cuidarla. Cuando realmente vivamos nuestros dones, también viviremos
nuestro papel como cuidadores de toda la creación. Porque sabemos que nuestra
tierra está en peligro ahora. Lamentamos y clamamos ahora por todos los que han
perdido vidas, hogares, lugares de trabajo, ocio y culto.
Pero también nos animamos.
Porque el lamento de María, “Ya no tienen vino”, se convierte en abundancia. Se
nos dice que esas tinajas de purificación mencionadas en Juan contenían el
equivalente a quizás mil botellas de vino. No sólo lo suficiente para una
fiesta, ¡sino lo suficiente para cien fiestas! Cuando Dios en Jesús pasa de “no
es el momento adecuado” a “llenar las tinajas de agua”, el momento de peligro
social percibido se convierte en la promesa de la vida abundante de Dios para
nosotros cumplida. Amen.
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