Pentecostes + Somes la oracion de Dios para el mundo + ACL+ y MCL+ 5.19.24
Somos la oración de Dios para el mundo
Dia de Pentecostés, 2024
Para: St Paul’s Emmanuel, Santa Paula y All
Santos, Oxnard
Por la Revda. Alene Campbell-Langdell con
traducción y adición de la Revda. Melissa Campbell-Langdell
¡Feliz fiesta de Pentecostés! Hoy, el historiador temprano Lucas nos
lleva a la casa de Marcos. Hemos estado allí antes en la historia. Miramos
mientras que Jesús unió a sus discípulos para compartir una cena sombría.
Mientras comían juntos, Jesús se despidió de sus discípulos y los dijo que
deben repetir este ritual del pan y del vino como una manera de recordarlo a él.
Fue tan grande la emoción de aquel momento que un discípulo se fue para
traicionar a Jesús, otro prometió nunca negarlo y luego lo negó a Jesús dentro
de unas horas.
En la semana después de estos
eventos, esta casa y el lugar de reunirse sigue siendo un lugar prominente para
los discípulos. Es allí que se juntan ellos, llenos de miedo. Es allí que se cierren
las puertas por el miedo. Este salón contiene las fantasmas del pasado- la
negación, el fracaso, el dolor de perdida. Cuando Jesús aparece entre ellos,
primero tiene que establecer que no es simplemente otra fantasma, otra alucinación
que proviene de su trauma colectiva. Así que el comparte el pan y come pescado
y en hacer esto, él muestra que realmente esta presente (respirando,
comiendo, viviendo).
Mientras que unimos a los
discípulos en el segundo piso de aquella casa esta semana, hay un sentido diferente
en el espacio. ¡Para empezar, está lleno de personas! No solo los doce
discípulos, ese círculo íntimo de amigos, pero hay 120 personas esperando allí juntos.
La Fiesta de Pentecostés es un poco como el día de Acción de Gracias, así que
mucha de la familia se reúne. El aire esta lleno de gozo y risas mientras que
todos se ponen al tanto el uno con el otro. El olor de cocinar combina con los
olores humanos de una manera buena porque este es un ambiente familiar. Hay
consuelo en saber que los seres queridos están aquí. Mientras viene el día,
imagino que las platicas se ponen mas tranquilos mientras que la gente se
acostumbra a estar juntos. Algunos de los niños están más energéticos y
encuentren maneras de traer el gozo y el caos de los niños. Pero a pesar de
estos sonidos, hay la quietud del anticipo. Algo está por venir.
Antes de que visite a Jerusalén
y vi uno de los lugares que se considera la casa de Marcos, imagine (Alene),
basado en la historia del día de Pentecostés, un cuarto en una casa que estaba
frente a una gran plaza. Un poco como la plaza de San Pedro en Roma, no tanto
como la realidad- una calle polvorienta y sinuosa con edificios por todas
partes. Así que, en vez de una plaza llena de personas mirando hacia un
escenario como de actores, imaginase conmigo esta muchedumbre, gente mirando
desde las ventanas en toda la calle. La calle debajo de la ventana donde esta
Pedro esta llena de gente y la gente esta mirando, estirando sus cuellos para
ver la acción. Otros han subido a los techos de las casas en el vecindario y
están en posturas peligrosas en el techo, tratando de escuchar lo que pasa. El
cielo es azul y el sol brille con su calor. Que explica porque el sonido del
viento fue tan sorprendente e hizo que todos salieran de sus casas y
celebraciones para ver y escuchar. De repente, todos los viajeros escuchan una
voz hablando en el lenguaje en sus nuevos hogares, muy lejos del hogar
ancestral al que han regresado. Han venido a este lugar para celebrar el Dios
de sus antepasados y conocen un Dios quien honra quienes son y las personas en
que se han convertido.
En un día como Pentecostés,
vemos tanta renovación. Vemos la formación de la iglesia aun mientras su
edificación es sobre la base del judaísmo anciano. Vemos a la gente escuchando
y entendiendo el uno al otro de una forma en que la comunidad esta formada.
Este es un don espiritual que seguimos necesitando aquí en California del Sur
hoy en día. Vemos tanta renovación que podemos estar tentados a enfocar solo en
la vida nueva que esta presente. Este aspecto de la fundación de una nueva
iglesia, y un nuevo entendimiento el uno del otro. Pero es importante recordar
que Dios se dedica a la renovación de lo que es- Dios honor quienes somos tanto
como las personas en quienes estamos convirtiendo. Dios no nos lleva de
nuestras vidas diarias, pero Dios transforma nuestras vidas tal como son. En un
episodio reciente del programa del radio “En Being”, Krista Tippett hablo con
la autora de libros para niños, Kate DiCamillo, sobre como los mejores libros
para niños no niegan ni ignoran el dolor de nuestras vidas, sino que hacen
posible pasar por el dolor. Como dice Tippett, “en su escritura, es el don de
Kate DiCamillo no hacer soportable el hecho de que el gozo y el dolor viven tan
cercas en nuestra vida, en la vida tal como es – si no como la quisiéramos
ser.”[1]
Y justo como en la escritura
de DiCamillo, la resurrección no borre el dolor y la trauma que han
experimentado los discípulos, y a pesar de esto cuando llegamos al Pentecostés,
el miedo se ha sido transformado a algo nuevo. Antes, los discípulos estaban en
un cuarto cerrado. Estaban con miedo. Ahora están gozando con las llamas de
alegría y abunde el entendimiento mutuo. Pero tenían que pasar por el miedo
para llegar a la renovación.
La renovación es algo muy
importante, pero después de pasar por esto tenemos que compartir las buenas
nuevas. En el capitulo 15 de San Juan, Jesús dice a sus discípulos: “Cuando
venga el Defensor que yo voy a enviar de parte del Padre, el Espíritu de la
verdad que procede del Padre, él será mi testigo. Y ustedes también serán mis
testigos, porque han estado conmigo desde el principio” (Juan 15:26-27). Después
del dolor, los discípulos tienen un trabajo nuevo. Aquí, Jesús lo hace muy
claro a sus discípulos que su trabajo es sencillo- compartir lo que han visto. En
esta base se construye la iglesia. El Espíritu hará el trabajo de probar lo que
es cierto. Es el Espíritu quien hará de nuestras vidas – del dolor y del gozo,
algo que hablará al mundo sobre Dios. Solo tenemos que estar abiertos a ser los
testigos. Al dolor y al gozo, y como Dios permaneció fiel a nosotros. En todo.
El apóstol Pablo, hablando a
los Romanos, escribe de una esperanza que se base en un pasado y que todavía es
por realizar (Romanos 8:24-25). Pablo nos invita a ver el dolor del mundo desde
una perspectiva de creación y resurrección. No importa lo mal que se ve. El fin
no es la muerte. No hay necesidad de escondernos en un cuarto cerrado. ¿Por
qué? Porque ¡el Espíritu nos ha venido! El Dios quien conoce nuestro lenguaje,
y quien honra quienes somos, ha elegido amar a este mundo a través de nosotros.
Y esta es la cosa rara- ¡ni tenemos que saber qué es lo que hacemos! Seguimos
como ciegos en este mundo, tratando de saber que decir, como alcanzar a la
comunidad, o aun como orar por un mundo que es tan quebrado y tan bello a la
vez. Y como un viento que parece venir de ninguna parte, un fuego que quema
dentro de nosotros, un consejero que aparece cuando no sabemos que hacer, o
como el milagro de la vida nueva cuando todo parece perdido, viene el Espíritu.
El Espíritu viene a nuestros
esfuerzos diarios, a veces ciegos de ser la gente de Dios en el mundo y nos
hace nuevos. El Espíritu reza a través de nosotros brindando la sanación y un
sentido de ser enteros a todos nuestros vecinos, “renovando la faz de la tierra.”
Y, en ese momento, estamos transformados. Mientras que el Espíritu ore en y a
través de nosotros, nos convertiremos en la oración de Dios para el mundo.
Amen.
[1]
Krista Tippett, “On Being: Kate Di Camillo: On Nurturing Capacious Hearts,” May
9. 2024 (from March 17, 2022), Kate
DiCamillo — On Nurturing Capacious Hearts | The On Being Project. MCL trad.
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